Por José Hernán Díaz Varela
Desde que llegué a la provincia del Chubut, hace unos tres años, no me ha dejado de sorprender la discusión gremial entre las dos asociaciones que se disputan la representación de los docentes chubutenses. Durante estos años, he trabado amistad con varios colegas que simpatizan con una u otra agrupación; todos ellos me parecen buenos profesionales, formados en su área, con criterios sólidos y siempre dispuestos a tender una mano a sus compañeros en la relación laboral cotidiana. Y tienen opiniones bastante uniformes (traducido en términos políticos sería “programático”) sobre los puntos básicos de lo que debería ser una política educativa eficaz. Casi todos, además, coinciden en su visión sobre las fortalezas y debilidades del sistema educativo provincial, rescatan similares experiencias positivas y critican los mismos puntos flojos. Entonces, la pregunta es: ¿por qué no van juntos, por qué no coordinan sus reclamos sumando en vez de restar?. Las confusas razones de un pasado cargado de traiciones, separatismos y cooptaciones varias que alegan unos y otros no alcanzan a convencerme. De hecho, ambas agrupaciones han renovado su dirigencia y muchos de los “nuevos” están totalmente ajenos a aquellas viejas disputas.
Por eso, me entristeció mucho leer en el diario “El Chubut” del 21/10/2008 las declaraciones del secretario adjunto de Atech, Santiago Goodman, cuando manifestó que “el sindicato que tiene personería gremial en esta provincia es la Atech, en tanto el Sitraed tiene personería jurídica, tiene su personería gremial en trámite, pero bajo los términos de la ley 23.551 deberá llegar a la cantidad de afiliados que tiene la Atech como para realizar una compulsa y poder obtener así la tan mentada personería gremial”. Y agregó que, si bien mantienen diálogo con Sitraed, “de ahí a pensarnos en una mesa de discusión salarial o de relación laboral con el Sitraed, que puede defender los intereses individuales de los docentes, pero no de manera colectiva, porque no tiene la personería gremial, estamos a una distancia”.
Es decir, por un lado plantea la división entre las asociaciones e invita a una compulsa del tipo “quién la tiene más larga”, y por otro se adjudica para la Atech la “representación colectiva” de los intereses de los docentes frente a los “rebeldes” de Sitraed, quiénes a su entender sólo representarían “intereses individuales” de los docentes. Goodman se equivoca. Sitraed también defiende los intereses colectivos de sus representados, no a título personal sino como organización sindical legítima.
Desde que llegué a la provincia del Chubut, hace unos tres años, no me ha dejado de sorprender la discusión gremial entre las dos asociaciones que se disputan la representación de los docentes chubutenses. Durante estos años, he trabado amistad con varios colegas que simpatizan con una u otra agrupación; todos ellos me parecen buenos profesionales, formados en su área, con criterios sólidos y siempre dispuestos a tender una mano a sus compañeros en la relación laboral cotidiana. Y tienen opiniones bastante uniformes (traducido en términos políticos sería “programático”) sobre los puntos básicos de lo que debería ser una política educativa eficaz. Casi todos, además, coinciden en su visión sobre las fortalezas y debilidades del sistema educativo provincial, rescatan similares experiencias positivas y critican los mismos puntos flojos. Entonces, la pregunta es: ¿por qué no van juntos, por qué no coordinan sus reclamos sumando en vez de restar?. Las confusas razones de un pasado cargado de traiciones, separatismos y cooptaciones varias que alegan unos y otros no alcanzan a convencerme. De hecho, ambas agrupaciones han renovado su dirigencia y muchos de los “nuevos” están totalmente ajenos a aquellas viejas disputas.
Por eso, me entristeció mucho leer en el diario “El Chubut” del 21/10/2008 las declaraciones del secretario adjunto de Atech, Santiago Goodman, cuando manifestó que “el sindicato que tiene personería gremial en esta provincia es la Atech, en tanto el Sitraed tiene personería jurídica, tiene su personería gremial en trámite, pero bajo los términos de la ley 23.551 deberá llegar a la cantidad de afiliados que tiene la Atech como para realizar una compulsa y poder obtener así la tan mentada personería gremial”. Y agregó que, si bien mantienen diálogo con Sitraed, “de ahí a pensarnos en una mesa de discusión salarial o de relación laboral con el Sitraed, que puede defender los intereses individuales de los docentes, pero no de manera colectiva, porque no tiene la personería gremial, estamos a una distancia”.
Es decir, por un lado plantea la división entre las asociaciones e invita a una compulsa del tipo “quién la tiene más larga”, y por otro se adjudica para la Atech la “representación colectiva” de los intereses de los docentes frente a los “rebeldes” de Sitraed, quiénes a su entender sólo representarían “intereses individuales” de los docentes. Goodman se equivoca. Sitraed también defiende los intereses colectivos de sus representados, no a título personal sino como organización sindical legítima.
Pero esto no es lo más importante. Acá lo esencial es no dividir, unificar criterios ya que, de todos modos, las decisiones que se tomen en la mesa de paritarias van a afectar a todos los docentes, independientemente de su afiliación.
Yo vengo de la experiencia de la Unter (Unión de Trabajadores de la Educación de Río Negro), un gremio único que nuclea a todos los docentes rionegrinos, incluso a los de escuelas públicas de gestión privada y también a muchos privados que, generalmente, sufren una explotación aún mayor que los estatales (pagos fuera de término, inestabilidad laboral por contratos anualizados, no pago de vacaciones, evaluación de acuerdo a criterios mercantiles y no pedagógicos y otros destratos más que también padecen los privados en esta provincia). Recuerdo históricas reuniones de varias horas e incluso días, en las que se procuraba unificar mandatos de las seccionales, tomar resoluciones por consenso -y no por votación dividida- y practicar todos los mecanismos democráticos posibles. No era perfecto, claro que no. Pero no se le hacía el caldo gordo al gobierno, y la legitimidad de las decisiones de las seccionales y de los congresos era –y es- indiscutible.
Entre la Atech (con 2.450 afiliados) y Sitraed (con 1.200) suman un tercio del total de docentes del Chubut. Es un dato realmente interesante. En una actividad donde debería primar la inteligencia por sobre las pasiones acríticas y los intereses personales que siempre debilitan cualquier reclamo sectorial, urge promover y formar un “Siutech”, un sindicato único de educadores al que, estoy seguro, se sumarían los dos tercios restantes de los que hoy contemplamos desde afuera esta escisión, en la que él único que pierde es el docente.
* Profesor en Lengua y Comunicación Oral y Escrita
D.I.: 17.536.512 - Trevelin - Chubut
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