Casa de Beto Apaplaza. Enfrente el río Epuyén (se ven los sauzales) y a la izquierda abajo está el pozón donde fue encontrado sin vida
Por Prensa del Pueblo
Foto: Bernardita Bielsa
El Bolsón (ANPP).- Con una caravana como cierre, vecinos de la Comarca Andina se manifestaron, el sábado 1º de noviembre, en solidaridad con la familia de Alberto Apablaza, poblador de Epuyén que fue encontrado muerto el martes 28 luego de más de un mes de su desaparición.
Al mediodía hubo una asamblea en El Bolsón, en la cual estuvo presente Bernardita Bielsa, la vecina de “Beto” Apablaza que desde los primeros momentos de su desaparición denunció el caso y movilizó a la opinión pública.
Bielsa consideró “poco probable que la muerte de Beto haya sido un accidente” e insistió en detalles sugerentes como “la falta de voluntad de la policía y de la Justicia chubutense por dar con su paradero”, ya que de hecho los primeros rastrillajes los hicieron los pobladores autoconvocados.
A la reunión también se acercó Norma Segundo, integrante de la Asociación de Padres y Amigos del Discapacitado (noroeste del Chubut), una de las voces que siguen exigiendo el esclarecimiento de la desaparición de Javier Palma, joven de 21 años visto por última vez el 29 de mayo en Lago Puelo.
Alrededor de las 19, partió una caravana de una veintena de vehículos desde la oficina de turismo de El Hoyo hasta el lugar donde vivía Alberto Apablaza, ejido de Epuyén.
La caravana hizo un alto en el paraje El Pedregoso, frente a la vivienda de Inés Larena, para dar su apoyo a la vecina amenazada por la Justicia del Chubut de ser desalojada a pedido de quien dice ser dueño de las tierras que nunca habitó.
Los manifestantes también pararon en el kilómetro 1889 de la ruta 40, también en El Pedregoso, para encontrarse con Miriam Apablaza, hermana de “Beto”.
La jornada concluyó pasadas las 21, con una pintada sobre un paredón antiderrumbes, a la altura del kilómetro 1884, sobre el cual se escribieron leyendas tales como “No más desalojos”, “No más muertos” y “Justicia por Beto”, rodeadas por contornos de manos que simbolizan el apoyo de la comunidad a las víctimas del despojo de tierras.
Entre los participantes, se encontraban integrantes de la Asamblea Comarcal contra el Saqueo, la Asociación Civil Alas, Vecinos Autoconvocados de Esquel, Movimiento Artístico Revolucionario Juvenil (MARJ), Agrupación Rojinegra y Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.
“NO CREEMOS”
Para Miriam Apablaza, que Alberto se haya muerto por meterse en el río para cruzarlo, bañarse o para suicidarse, versiones que se están tratando de instalar oficialmente, tienen poco de creíbles.
“Nosotros que nacimos acá y que nos criamos en el campo no vamos a creer que Beto se murió por meterse al río; mucho menos que se haya suicidado”, aseveró categóricamente la hermana del fallecido.
Tampoco convencieron las explicaciones oficiales a Leopoldo Quilodrán, poblador de la zona que participó de los primeros rastrillajes y que fue testigo del momento en que retiraban el cadáver del río Epuyén.
“Ningún paisano se mete al agua con toda la ropa puesta, y Beto estaba vestido –explicó el vecino-. Además ya habíamos hecho rastrillajes en ese mismo lugar y el cuerpo no estaba; parece que lo hubieran tirado.”
Un detalle muy importante señalado por Quilodrán es que la cabeza de Apablaza “estaba como hundida” en la zona de la coronilla, apreciación coincidente con la de un médico de Epuyén que también tuvo la oportunidad de ver el cuerpo antes de ser trasladado a Esquel para realizarle la autopsia.
Julio Saquero, integrante de la Asamblea Comarcal contra el Saqueo, dijo que “esta autopsia no es garantía de nada” ya que “otros peritajes hechos en Esquel sobre muertes dudosas han sido desastrosos”.
“Lo cierto es que los hermanos Apablaza estaban afrontando un juicio a través del cual se pretendía despojarlos de sus tierras, y que Alberto era el que más tenazmente se oponía a resignar sus derechos”, explicó una vecina.
Una hipótesis fuerte es que “Beto” fue asesinado como venganza por arruinar un negocio inmobiliario, en el que se rumoreaba como posible comprador al dueño de un importante diario de Trelew.
LARENA RESISTE
La amenaza de desalojo que cae sobre la pobladora Inés Larena, del paraje El Pedregoso (El Hoyo, Chubut), es otro de los casos paradigmáticos de los avances del poder para expulsar a los campesinos de las tierras en las que han vivido siempre.
Durante la década de 1970, con el aval del gobierno provincial, operó en la zona de El Hoyo y Epuyén la Maderera Noroeste S.A. (Manosa), que arrasó con innumerables hectáreas de bosque nativo para plantar pino en su lugar, todo esto sin el consentimiento de los pobladores.
Entre las tierras afectadas por este desastre ecológico se encontraban las de la familia Larena, que habita en ese lugar desde la década de 1940.
En los años de Manosa, el abogado Enrique Alejandro Korn fue asesor de la empresa y al cierre de ésta convinieron en pagarle los honorarios que le debían con pinos.
Hábilmente, y con la anuencia de funcionarios judiciales y de gobierno, Korn transformó la propiedad de los pinos en su ahora pretendido reclamo de las tierras (miles de hectáreas) en las que están esos pinos.
De esta manera, el abogado, padre de Pablo Korn, actual coordinador de Gabinete del gobierno de Mario Das Neves, se apoderó de un extenso territorio que pertenece en realidad a la familia Quilodrán, una de las primeras en asentarse en el valle de El Hoyo (1909).
Con los mismos argumentos, Enrique Alejandro Korn vinculado al poder ha iniciado un juicio contra Inés Larena con el fin de desalojarla de su hogar, quedarse con sus tierras y hacer pagarle un escarmiento con una condena de seis meses de prisión en suspenso.
Foto: Bernardita Bielsa
El Bolsón (ANPP).- Con una caravana como cierre, vecinos de la Comarca Andina se manifestaron, el sábado 1º de noviembre, en solidaridad con la familia de Alberto Apablaza, poblador de Epuyén que fue encontrado muerto el martes 28 luego de más de un mes de su desaparición.
Al mediodía hubo una asamblea en El Bolsón, en la cual estuvo presente Bernardita Bielsa, la vecina de “Beto” Apablaza que desde los primeros momentos de su desaparición denunció el caso y movilizó a la opinión pública.
Bielsa consideró “poco probable que la muerte de Beto haya sido un accidente” e insistió en detalles sugerentes como “la falta de voluntad de la policía y de la Justicia chubutense por dar con su paradero”, ya que de hecho los primeros rastrillajes los hicieron los pobladores autoconvocados.
A la reunión también se acercó Norma Segundo, integrante de la Asociación de Padres y Amigos del Discapacitado (noroeste del Chubut), una de las voces que siguen exigiendo el esclarecimiento de la desaparición de Javier Palma, joven de 21 años visto por última vez el 29 de mayo en Lago Puelo.
Alrededor de las 19, partió una caravana de una veintena de vehículos desde la oficina de turismo de El Hoyo hasta el lugar donde vivía Alberto Apablaza, ejido de Epuyén.
La caravana hizo un alto en el paraje El Pedregoso, frente a la vivienda de Inés Larena, para dar su apoyo a la vecina amenazada por la Justicia del Chubut de ser desalojada a pedido de quien dice ser dueño de las tierras que nunca habitó.
Los manifestantes también pararon en el kilómetro 1889 de la ruta 40, también en El Pedregoso, para encontrarse con Miriam Apablaza, hermana de “Beto”.
La jornada concluyó pasadas las 21, con una pintada sobre un paredón antiderrumbes, a la altura del kilómetro 1884, sobre el cual se escribieron leyendas tales como “No más desalojos”, “No más muertos” y “Justicia por Beto”, rodeadas por contornos de manos que simbolizan el apoyo de la comunidad a las víctimas del despojo de tierras.
Entre los participantes, se encontraban integrantes de la Asamblea Comarcal contra el Saqueo, la Asociación Civil Alas, Vecinos Autoconvocados de Esquel, Movimiento Artístico Revolucionario Juvenil (MARJ), Agrupación Rojinegra y Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.
“NO CREEMOS”
Para Miriam Apablaza, que Alberto se haya muerto por meterse en el río para cruzarlo, bañarse o para suicidarse, versiones que se están tratando de instalar oficialmente, tienen poco de creíbles.
“Nosotros que nacimos acá y que nos criamos en el campo no vamos a creer que Beto se murió por meterse al río; mucho menos que se haya suicidado”, aseveró categóricamente la hermana del fallecido.
Tampoco convencieron las explicaciones oficiales a Leopoldo Quilodrán, poblador de la zona que participó de los primeros rastrillajes y que fue testigo del momento en que retiraban el cadáver del río Epuyén.
“Ningún paisano se mete al agua con toda la ropa puesta, y Beto estaba vestido –explicó el vecino-. Además ya habíamos hecho rastrillajes en ese mismo lugar y el cuerpo no estaba; parece que lo hubieran tirado.”
Un detalle muy importante señalado por Quilodrán es que la cabeza de Apablaza “estaba como hundida” en la zona de la coronilla, apreciación coincidente con la de un médico de Epuyén que también tuvo la oportunidad de ver el cuerpo antes de ser trasladado a Esquel para realizarle la autopsia.
Julio Saquero, integrante de la Asamblea Comarcal contra el Saqueo, dijo que “esta autopsia no es garantía de nada” ya que “otros peritajes hechos en Esquel sobre muertes dudosas han sido desastrosos”.
“Lo cierto es que los hermanos Apablaza estaban afrontando un juicio a través del cual se pretendía despojarlos de sus tierras, y que Alberto era el que más tenazmente se oponía a resignar sus derechos”, explicó una vecina.
Una hipótesis fuerte es que “Beto” fue asesinado como venganza por arruinar un negocio inmobiliario, en el que se rumoreaba como posible comprador al dueño de un importante diario de Trelew.
LARENA RESISTE
La amenaza de desalojo que cae sobre la pobladora Inés Larena, del paraje El Pedregoso (El Hoyo, Chubut), es otro de los casos paradigmáticos de los avances del poder para expulsar a los campesinos de las tierras en las que han vivido siempre.
Durante la década de 1970, con el aval del gobierno provincial, operó en la zona de El Hoyo y Epuyén la Maderera Noroeste S.A. (Manosa), que arrasó con innumerables hectáreas de bosque nativo para plantar pino en su lugar, todo esto sin el consentimiento de los pobladores.
Entre las tierras afectadas por este desastre ecológico se encontraban las de la familia Larena, que habita en ese lugar desde la década de 1940.
En los años de Manosa, el abogado Enrique Alejandro Korn fue asesor de la empresa y al cierre de ésta convinieron en pagarle los honorarios que le debían con pinos.
Hábilmente, y con la anuencia de funcionarios judiciales y de gobierno, Korn transformó la propiedad de los pinos en su ahora pretendido reclamo de las tierras (miles de hectáreas) en las que están esos pinos.
De esta manera, el abogado, padre de Pablo Korn, actual coordinador de Gabinete del gobierno de Mario Das Neves, se apoderó de un extenso territorio que pertenece en realidad a la familia Quilodrán, una de las primeras en asentarse en el valle de El Hoyo (1909).
Con los mismos argumentos, Enrique Alejandro Korn vinculado al poder ha iniciado un juicio contra Inés Larena con el fin de desalojarla de su hogar, quedarse con sus tierras y hacer pagarle un escarmiento con una condena de seis meses de prisión en suspenso.
Sin embargo, desde hace meses, vecinos y organizaciones sociales de la Comarca Andina han dado muestras de que no van a permitir que se lleve a cabo “semejante atropello”, como lo ratificaron ayer durante la caravana.
“Sólo hay una manera de frenar a los poderosos y esa manera es que la comunidad esté organizada y fuerte para reaccionar contra las injustitas –señaló un vecino de El Bolsón-. Les tiene que quedar bien claro que si se meten con uno de nosotros se meten con todo el pueblo.”
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