jueves, noviembre 20, 2008

"Corrupción en el INTA de El Bolsón"

Autos estacionados bajo la sombra de los alerces

Por Bernardita Bielsa *

Corrupción en el INTA de El Bolsón

El INTA tiene problemas de larga data. Según informan los vecinos “de forma permanente persigue a pobladores con el apoyo de la Gendarmería y la policía, como la mejor época de los militares, y hace constante inteligencia e infiltración en juntas vecinales y en diferentes estratos sociales, para tener datos de copamientos de tierra dentro del área de la Loma del Medio”. Es una realidad además que los barrios van avanzar en resarcimiento – venganza, ya que según parece una familia mapuche habría sido perseguida con perros, garroteada y apaleada por personal del INTA, porque fueron encontrados dentro mismo de la reserva.

Los funcionarios federales Ing. Forestal Marcelo Perdomo a cargo del área protegida en cuestión, junto con el Ing. Forestal Gustavo Basil, delegado de la Estación Forestal Campo San Martín, incurrieron ahora en discriminar en reciente llamado a licitación para concesionar el camping Los Alerces, favoreciendo un oferente en detrimento de las demás ofertas locales, incluso de empresas de turismo y otros prestadores independientes reconocidos de larga data, perdiéndose oportunidades de trabajo para los pobladores y gente de los barrios. Es más que evidente que el Estado, a través de sus instituciones y organismos tiene institucionalizado asociaciones cuasi ilícitas. En el medio de estas disputas y conflictos, están como rehenes las áreas naturales protegidas y los circuitos turísticos más importantes de la comarca andina, ya que el INTA mantiene bajo su órbita, el citado camping, Cascada Escondida, Cabeza del Indio, y Mirador del río Azul, cita obligada de miles de turistas que año a año visitan la región.

INTA ¿Asociación ilícita institucionalizada?

La Asociación Cooperadora de la Estación Experimental Regional Agropecuaria del INTA Campo Forestal Gral. San Martín, mediante pedido de precios N° 17/2008, hizo recientemente un llamado a licitación pública para la adjudicación en concesión de los servicios al turismo del camping Los Alerces, en jurisdicción de la Reserva Forestal Loma del Medio – Río Azul. Hasta allí parecería que la cosa era transparente y de rutina, pero varias son las cuestiones que fueron objetadas, y generaron malestar entre prestadores turísticos, vecinos y los propios oferentes.

Es confuso el hecho de que el INTA delegue en una cooperadora el manejo de un camping dentro de un área protegida, y como es que la cooperadora no explote directamente el área y encargue a un tercero esta obligación, y bien podría tratarse de un acto que exceda facultades. Se desconoce a título de qué el INTA tiene bajo su órbita esas tierras, cual es el instrumento fundacional de la cooperadora, sus objetivos, que naturaleza tiene y que facultades le delega el INTA (para ver si son delegables o no). Se debería haber agregado esta documentación, que avale quien es el que llama a licitación y – sobre todo - si puede hacerlo del modo que lo hace. Tales constancias (aunque sea en copia) deberían haber sido exhibidas en procura de que se observe la legalidad del procedimiento, garantizando así derechos sustanciales de la comunidad, pues se está ante el temor de ofertar para algo que no se podía licitar, o no había facultades para hacerlo. Y en ese caso, el oferente queda como un sándwich: Se obligó con quien no podía, desautorizado por quien sí.

Los pliegos de la licitación

Varios de los interesados coincidieron en afirmar que la licitación estaba “armada” para “alguien” en particular, y lo primero que llama la atención es que se licite por un año ¿Quién está en condiciones de concesionar por tan poco tiempo, esto es por una sola temporada, con todos los requisitos pedidos? El plazo podía extenderse a otros cinco más, mediando un acuerdo con el plan de obras que se encuentra en elaboración, pero al no especificarlas de antemano, después pueden salir con un martes 13 y todo el trabajo caer en saco roto. Además no fue consignado quienes serían los integrantes de la comisión evaluadora, y no se invitó a realizar una visita al camping a los fines de corroborar el estado de la infraestructura existente, en atención a cumplimentar el punto 20 del pliego respecto de obras de mantenimiento. Hubo informalidad de los datos de ocupación y de ingresos, enviados desde el propio INTA por Perdomo vía mail, careciendo los mismos de verosimilitud, imposibilitando presentar una estrategia económica y de canon viable, y poniendo en desigualdad de oportunidades a los oferentes.

El canon y la garantía patrimonial fueron consignados en dólares. Si bien es legal que las cifras de dinero sean expresadas en dólares, resulta por demás extraño y hasta inadmisible, que un ente autárquico de la República Argentina como lo es el INTA, y/o su cooperadora (que no son entes recaudadores) hayan impuesto casi caprichosamente, la moneda estadounidense en las obligaciones que inevitablemente deberá asumir el concesionario.
Ex zona del polígono de tiro totalmente abandonada y usada como baños públicos
El adjudicatario y futuro concesionario

21 solicitudes fueron retiradas, y 5 fueron las presentaciones hechas. De las dos preseleccionadas, finalmente se adjudicó por un canon ofertado de U$S 8.000 (ocho mil dólares) a Carlos Di Ludovico quién ya tuvo a su cargo el camping durante los dos últimos dos años en calidad de contratado, y fue quien ocasionó numerosos inconvenientes, reportándose quejas y denuncias de vecinos, prestadores y turistas, varias de las cuales fueron documentadas en libros de actas de la secretaría de turismo. Hechos que el INTA no desconoce y hace oídos sordos, dejando trascender que las acusaciones nunca fueron formales, y que “la gente siempre tiene motivos de queja”, minimizando así la gravedad de lo sucedido. Basil dijo al respecto que “se tomó la decisión en función de lo que había, y de la documentación y propuestas que fueron entregadas por los oferentes”. El mal trato y los problemas se reiteraron en Cabeza del Indio, donde Di Ludovico también tenía a su cargo la atención del kiosco. Sin embargo y para sorpresa de muchos, no sólo le fue otorgada la licitación a dicho concesionario, sino que el combo incluyó también, la explotación “a dedo”, subjetivamente, del citado puesto. Una verdadera ganga.

La lista es larga y los conflictos se centran en Di Ludovico, la persona que fuera contratada por el INTA y que ahora ya es legalmente el concesionario. En años de desmanejo en un área como la que el INTA pretende defender y conservar, fueron realizadas fiestas electrónicas, desmantelado el sendero de interpretación (parte de cuyas instalaciones fueron arrojadas y se encontraban flotando en el río), y en una actitud que no tiene explicación racional, Di Ludovico recategorizó el camping, ya que cobró durante la temporada $2 de acceso al área supuestamente libre, y la gente se vio en la obligación de correrse hacia áreas más alejadas, zonas que eran históricamente de reserva de flora autóctona, con ejemplares de alerces muy vulnerables ecológicamente. Como consecuencia de lo enunciado, los alerzales fueron utilizados como soportes de fogones, estacionamiento de autos, para colgar cosas diversas, y bajar al río como pasamanos ya que hay un barranco de 2 mt hasta el mismo, algo totalmente increíble que haya permitido la institución. El camping está hoy fuera de control, las instalaciones y predio en situación de precariedad y abandono, con evidentes signos de contaminación cloacal debido al colapso del sistema de drenaje de los baños, sobre los cuales jamás se hicieron tareas de mantenimiento, o fueron insuficientes. Un muerto difícil de levantar.

Siguen las quejas y denuncias

En vano pareciera que los vecinos Martín Ortega, Marta Novoa, Laura Panasiti, María Aurora Hermosilla, y otros del corredor turístico de la costa del río Azul expresaron mediante extensas notas y pedidos de informes al INTA “su descontento con el mal manejo del área”. Agregan que “una zona que era de reserva se transformó de la noche a la mañana en área libre con sus consecuentes alteraciones al ambiente y probabilidades de incendio, desconociéndose quien tomó la decisión”, como así también la falta de mantenimiento de la infraestructura y de inversiones reconociendo además que “falta de control de tales situaciones por parte de personal del INTA”. Verónica Cerda otra de las vecinas que se siente perjudicada agrega que “el sitio conocido como del ex tiro federal, se convirtió en lugar libre y gratuito, y fue utilizado en el verano como baño público, todo esto acarrea peligros, mal aspecto e imagen en general al turismo”, y terminan diciendo “la situación nos incomoda y nos afecta, el INTA debería dar ejemplo de conservación cuidado y control, sin embargo se muestra sumamente desprolijo, más cuando se halla lindera al área natural protegida Río Azul – Lago Escondido”.
Fogatas encendidas al lado mismo del alerzal
“Esto es mío”

Cristian Ferrer otro de los vecinos de la costa del Azul, dice que “la realidad hoy en el camping es muy diferente a la de otros años, ya no tenemos esa accesible playa como lugar libre y gratuito, debemos pagar para acceder al lugar, no se han construido baños ni otro tipo de servicios para justificar el pago, y lo que es peor, se está cobrando por acceder a la costa del río por una ruta provincial, lo cual es inaceptable ya que estamos hablando de áreas públicas, es difícil aceptar esta desidia y negligencia por parte del INTA, en un lugar tan cuidado y respetado por todos nosotros”. Ferrer recuerda que quisieron cobrarle el acceso, cosa que él se negaba, a lo que Di Ludovico le contestó muy enfáticamente diciendo “esto es mío”.

Ya tomaron cartas en el asunto el Concejo Deliberante y la Cámara de Turismo de El Bolsón. Los prestadores a través de la Cámara de Turismo mantuvieron una reunión para debatir sobre estos temas, mostrándose los Ing. Perdomo y Basil muy molestos con actitud hasta soberbia por las preguntas y los planteos allí expuestos. Un concesionario un tanto testarudo, y una institución lerda en reaccionar. No se entiende como se le permitió a Di Ludovico presentarse en la licitación, y lo que es peor aún que finalmente se le haya otorgado la concesión de Los Alerces. Parece que para estos funcionarios nacionales, hacer la vista gorda es una manera institucionalizada de hacer buenos negocios. De otra manera no se explica la desidia, y la voluntad ciega para con un empresario que ya se mostró negligente, desordenado y anárquico, y que impone sus propias leyes.

* DNI 13.057.402

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