Por RENACE
DECLARACIÓN DE TRELEW, PATAGONIA ARGENTINA, Octubre 2008.
Con motivo de informarnos, debatir y analizar las actuales políticas públicas dirigidas al desarrollo de industrias extractivas mineras en la meseta central de la Provincia del Chubut, los participantes del II FORO AMBIENTAL Y SOCIAL DE LA PATAGONIA , militantes sociales, estudiantiles, trabajadores, integrantes de las comunidades originarias y vecinos de distintas localidades de la Provincia del Chubut, en el marco académico de la UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PATAGONIA SAN JUAN BOSCO sede Trelew, manifestamos:
Que el desarrollo no debe implicar de ninguna manera un deterioro en la calidad de vida para quienes habitan este suelo.
Que debemos mirar nuestro presente, pero pensando en quienes habitaran estas tierras.
Que nuestra búsqueda debe ser por un nuevo sistema de valores que orienten la vida y el encuentro entre los seres humanos y el ambiente donde transcurre su vida.
Que abordamos conjuntamente las problemáticas sociales y ambientales ya que entendemos que ambas se encuentran íntimamente relacionadas.
Que reconocemos como prioritario el cuidado del medio ambiente, como lo manda la Constitución Nacional en sus obligaciones, derechos y garantías.
Que la sustentabilidad del siglo XXI continúa regida por el paradigma del mundo capitalista, los macro números y la externalidad de costos.
Que los pasivos ambientales no integran la ecuación con las verdaderas cifras que generan. (Ni las licencias sociales violadas y sostenidas con represión, como parte del digesto operacional de las empresas y sus aliados en los poderes que deciden futuros.)
Entendemos que la Tierra es un patrimonio mundial compartido y que las fronteras y divisiones políticas pocas veces tienen en cuenta la dinámica de la naturaleza que rige el planeta.
Que las verdaderas políticas ambientales y sociales deben proteger los derechos e identidad culturales de los pueblos originarios, además de los bienes comunes naturales, todas las formas del patrimonio cultural y el arte nativo, como todo aquello que se encuentre en nuestro suelo para actuales y futuras generaciones.
Que cercano a nuestras ciudades, una conocida forma de las actividades mineras aparece dispuesta a incluirnos en algunos de los términos de la economía del subdesarrollo mediante saqueo de riquezas naturales, ganancias ilegitimas, pasivos ambientales y olvidos de responsabilidades.
Frente a esta visión de los proyectos que se pretenden llevar adelante en contra de la voluntad de miles de habitantes en todo el ámbito regional, vemos con preocupación:
Que las normas legales en el ámbito internacional, nacional y provincial son benefactoras de la radicación de empresas multinacionales que realizan impunemente actividades prohibidas en otros países y contrarias del sentido común y protector del ambiente.
Que los órganos estatales de información pública y los de control y fiscalización de la mega minería no brindan información clara.
Que se pretende confundir los conceptos desarrollo y progreso, con promesas materiales y de infraestructura donde estas empresas realizan actividades, olvidando consecuencias ambientales futuras y desestimando derechos naturales y económicos.
Que el estado de incertidumbre auspicia el deterioro de relaciones interpersonales fomentando el enfrenamiento entre los ciudadanos.
Por esto, luego de estudio, debate, reflexión, dialéctica y consenso exigimos:
Respeto irrenunciable a la cultura y al hábitat de los habitantes históricos de la región.
Derecho al acceso a la información y al debate.
Que el gobierno sea representante de la voluntad del pueblo de la provincia y no gestor de los intereses que buscan la apropiación de recursos naturales propios en muy dudosas condiciones de calidad, explotación y beneficios económicos.
Rever las ecuaciones económicas del modelo de desarrollo actual que demuestran que el propio gobierno, separado de la representatividad de los ciudadanos, es quien financia la pérdida de sus ganancias y de la calidad del entorno.
Que se cumpla con el inciso 17 del artículo 75 de la Constitución Nacional, asegurando la participación de las comunidades originarias en la gestión referida a sus recursos naturales y demás intereses que los afectan.
Reactivar y reorganizar el sistema de audiencias publicas con la verdadera participación de todos aquellos interesados desde distintos sectores, cumpliendo con los debidos requisitos legales y administrativos.
Sancionar una ley de protección de la tierra que impida la extranjerización del territorio.
Al Defensor del Pueblo actuar con prontitud y celeridad ante la presentación de denuncias y de oficio ante delitos ambientales declarados o presuntos.
Libertad de expresión tanto en medios de comunicación como en centros educativos formales y no formales, de todos los niveles, en igualdad de posibilidades como las que hoy disponen las empresas y el gobierno, a fin de exponer todos los puntos de vista sobre el desarrollo deseado para la provincia.
A los medios de comunicación la objetividad y equidad en el tratamiento de la información. Independencia de criterios y libertad de expresión.
Que no haya persecución ideológica ni política a quienes se manifiestan en disidencia a las decisiones del gobierno.
Que se reconozcan los proyectos productivos y de autogestión que proponen e intentan llevar adelante las comunidades originarias y los pequeños poblados del interior de la Provincia.
Que las universidades no deben prestarse a manejos espurios transnacionales disfrazados generalmente de investigación académica y sostén financiero.
Que los cuerpos legislativos de todos los ámbitos atiendan todas las necesidades sobre la problemática social y ambiental, no respondiendo solamente a sus intereses partidarios, gubernamentales o empresariales. Dando cuenta de su gestión.
Finalmente concluimos:
Que el Estado es el lugar del bien común de los ciudadanos y como tal debe ser garante de que el desarrollo no coarte la vitalidad de los ambientes, la calidad de vida de los habitantes y asegure un entorno sano para las generaciones que nos sucederán.
Que deben imponerse en todo momento los principios republicanos, la división e independencia de poderes y que cada uno de ellos sea representante fiel de la voluntad de los ciudadanos del Estado.
Que es imprescindible una revisión y modificación de la normativa legal que involucra los recursos naturales y su explotación beneficiando más a las empresas que a la Nación generándose situaciones que fomentan la corrupción, el abuso y la violencia.
Que debemos alertar sobre el desarrollo histórico de políticas que tienden al despojo sistemático y estratégico de los recursos naturales de la periferia global.
Que entendemos imprescindible y necesaria la participación de todos los habitantes en la búsqueda de un Estado que funcione garantizando la independencia económica y la soberanía política.
La necesidad de revalorización de los principios humanitarios en contraposición a un modelo consumista que hace prevalecer el lucro sobre la dignidad, la pobreza sobre la equidad y el enfrentamiento sobre la hermandad.
Expresamos nuestra solidaridad hacia todos los grupos de ciudadanos autoconvocados que entienden a los recursos naturales como bienes naturales comunes y que se movilizan en su defensa.
Para mayor información:
Dr. Miguel Webb, médico pediatra (Comodoro Rivadavia)
Tel.: 0297-4463434
E-mail: webbacua@yahoo.com.ar
Humberto Kadomoto (Esquel)
Tel.: 02945-15680916
E-mail: hkadomoto@coop16.com.ar
Javier Rordriguez Pardo
Tel.: 011 1567485340
machsepa21@hotmail.com
DECLARACIÓN DE TRELEW, PATAGONIA ARGENTINA, Octubre 2008.
Con motivo de informarnos, debatir y analizar las actuales políticas públicas dirigidas al desarrollo de industrias extractivas mineras en la meseta central de la Provincia del Chubut, los participantes del II FORO AMBIENTAL Y SOCIAL DE LA PATAGONIA , militantes sociales, estudiantiles, trabajadores, integrantes de las comunidades originarias y vecinos de distintas localidades de la Provincia del Chubut, en el marco académico de la UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PATAGONIA SAN JUAN BOSCO sede Trelew, manifestamos:
Que el desarrollo no debe implicar de ninguna manera un deterioro en la calidad de vida para quienes habitan este suelo.
Que debemos mirar nuestro presente, pero pensando en quienes habitaran estas tierras.
Que nuestra búsqueda debe ser por un nuevo sistema de valores que orienten la vida y el encuentro entre los seres humanos y el ambiente donde transcurre su vida.
Que abordamos conjuntamente las problemáticas sociales y ambientales ya que entendemos que ambas se encuentran íntimamente relacionadas.
Que reconocemos como prioritario el cuidado del medio ambiente, como lo manda la Constitución Nacional en sus obligaciones, derechos y garantías.
Que la sustentabilidad del siglo XXI continúa regida por el paradigma del mundo capitalista, los macro números y la externalidad de costos.
Que los pasivos ambientales no integran la ecuación con las verdaderas cifras que generan. (Ni las licencias sociales violadas y sostenidas con represión, como parte del digesto operacional de las empresas y sus aliados en los poderes que deciden futuros.)
Entendemos que la Tierra es un patrimonio mundial compartido y que las fronteras y divisiones políticas pocas veces tienen en cuenta la dinámica de la naturaleza que rige el planeta.
Que las verdaderas políticas ambientales y sociales deben proteger los derechos e identidad culturales de los pueblos originarios, además de los bienes comunes naturales, todas las formas del patrimonio cultural y el arte nativo, como todo aquello que se encuentre en nuestro suelo para actuales y futuras generaciones.
Que cercano a nuestras ciudades, una conocida forma de las actividades mineras aparece dispuesta a incluirnos en algunos de los términos de la economía del subdesarrollo mediante saqueo de riquezas naturales, ganancias ilegitimas, pasivos ambientales y olvidos de responsabilidades.
Frente a esta visión de los proyectos que se pretenden llevar adelante en contra de la voluntad de miles de habitantes en todo el ámbito regional, vemos con preocupación:
Que las normas legales en el ámbito internacional, nacional y provincial son benefactoras de la radicación de empresas multinacionales que realizan impunemente actividades prohibidas en otros países y contrarias del sentido común y protector del ambiente.
Que los órganos estatales de información pública y los de control y fiscalización de la mega minería no brindan información clara.
Que se pretende confundir los conceptos desarrollo y progreso, con promesas materiales y de infraestructura donde estas empresas realizan actividades, olvidando consecuencias ambientales futuras y desestimando derechos naturales y económicos.
Que el estado de incertidumbre auspicia el deterioro de relaciones interpersonales fomentando el enfrenamiento entre los ciudadanos.
Por esto, luego de estudio, debate, reflexión, dialéctica y consenso exigimos:
Respeto irrenunciable a la cultura y al hábitat de los habitantes históricos de la región.
Derecho al acceso a la información y al debate.
Que el gobierno sea representante de la voluntad del pueblo de la provincia y no gestor de los intereses que buscan la apropiación de recursos naturales propios en muy dudosas condiciones de calidad, explotación y beneficios económicos.
Rever las ecuaciones económicas del modelo de desarrollo actual que demuestran que el propio gobierno, separado de la representatividad de los ciudadanos, es quien financia la pérdida de sus ganancias y de la calidad del entorno.
Que se cumpla con el inciso 17 del artículo 75 de la Constitución Nacional, asegurando la participación de las comunidades originarias en la gestión referida a sus recursos naturales y demás intereses que los afectan.
Reactivar y reorganizar el sistema de audiencias publicas con la verdadera participación de todos aquellos interesados desde distintos sectores, cumpliendo con los debidos requisitos legales y administrativos.
Sancionar una ley de protección de la tierra que impida la extranjerización del territorio.
Al Defensor del Pueblo actuar con prontitud y celeridad ante la presentación de denuncias y de oficio ante delitos ambientales declarados o presuntos.
Libertad de expresión tanto en medios de comunicación como en centros educativos formales y no formales, de todos los niveles, en igualdad de posibilidades como las que hoy disponen las empresas y el gobierno, a fin de exponer todos los puntos de vista sobre el desarrollo deseado para la provincia.
A los medios de comunicación la objetividad y equidad en el tratamiento de la información. Independencia de criterios y libertad de expresión.
Que no haya persecución ideológica ni política a quienes se manifiestan en disidencia a las decisiones del gobierno.
Que se reconozcan los proyectos productivos y de autogestión que proponen e intentan llevar adelante las comunidades originarias y los pequeños poblados del interior de la Provincia.
Que las universidades no deben prestarse a manejos espurios transnacionales disfrazados generalmente de investigación académica y sostén financiero.
Que los cuerpos legislativos de todos los ámbitos atiendan todas las necesidades sobre la problemática social y ambiental, no respondiendo solamente a sus intereses partidarios, gubernamentales o empresariales. Dando cuenta de su gestión.
Finalmente concluimos:
Que el Estado es el lugar del bien común de los ciudadanos y como tal debe ser garante de que el desarrollo no coarte la vitalidad de los ambientes, la calidad de vida de los habitantes y asegure un entorno sano para las generaciones que nos sucederán.
Que deben imponerse en todo momento los principios republicanos, la división e independencia de poderes y que cada uno de ellos sea representante fiel de la voluntad de los ciudadanos del Estado.
Que es imprescindible una revisión y modificación de la normativa legal que involucra los recursos naturales y su explotación beneficiando más a las empresas que a la Nación generándose situaciones que fomentan la corrupción, el abuso y la violencia.
Que debemos alertar sobre el desarrollo histórico de políticas que tienden al despojo sistemático y estratégico de los recursos naturales de la periferia global.
Que entendemos imprescindible y necesaria la participación de todos los habitantes en la búsqueda de un Estado que funcione garantizando la independencia económica y la soberanía política.
La necesidad de revalorización de los principios humanitarios en contraposición a un modelo consumista que hace prevalecer el lucro sobre la dignidad, la pobreza sobre la equidad y el enfrentamiento sobre la hermandad.
Expresamos nuestra solidaridad hacia todos los grupos de ciudadanos autoconvocados que entienden a los recursos naturales como bienes naturales comunes y que se movilizan en su defensa.
Para mayor información:
Dr. Miguel Webb, médico pediatra (Comodoro Rivadavia)
Tel.: 0297-4463434
E-mail: webbacua@yahoo.com.ar
Humberto Kadomoto (Esquel)
Tel.: 02945-15680916
E-mail: hkadomoto@coop16.com.ar
Javier Rordriguez Pardo
Tel.: 011 1567485340
machsepa21@hotmail.com
0 Comentá esta nota:
Publicar un comentario