lunes, noviembre 24, 2008

Ñirihuau: Las huellas del pasado petrolero


Texto y foto: Observatorio Petrolero Sur

Septiembre no parece ser el mes más indicado para adentrarse en Ñirihuau Arriba, el camino de tierra por momentos se torna infranqueable por los pozos, la nieve, el agua de los profundos vados y las alcantarillas en mal estado. Las huellas dejadas por los vehículos a su paso se suman y profundizan desde comienzo del otoño y a fines del invierno es casi imposible el tránsito. Pero a pesar de ello, en septiembre, sorteando esas dificultades, llegamos a casa de Enrique Crespo. El hombre tiene 79 años, nació en ese paraje y conoce muy de cerca el paso de las empresas petroleras por el territorio. En el lote de su familia están los manaderos de crudo que drenan al arroyo Las Minas, aquellos que cobraron protagonismo mediático a principios de año como el 'impacto ambiental' dejado por las empresas tras su breve paso. Entre mates desfilaron recuerdos y contadas de aquellos años de explotación petrolera -una actividad casi artesanal-, de la situación actual y de la incertidumbre que genera la concesión de la Cuenca del Ñirihuau, a la Unión Transitoria de Empresas YPF-Pluspetrol, en un territorio donde las presencias más fuertes del Estado son la escuela y Parques Nacionales. "Cuando estuvieron los chilenos [Compañía Chileno Argentina, en 1916/22], yo no estaba. Estuve en el tiempo de YPF, pero no mucho, hasta el año '35, tenía 6 años y me fui a la escuela al pueblo, a hacer la primaria. Siete años en el pueblo, cuando volví ya estaba La Celina", relató Crespo. Desde la ventana de la casa poblada de sol se ve la nieve que cubre campos y cerros, entre ellos Las Buitreras. "De la época de los chilenos no sé la cantidad de gente que trabajó, hicieron tres pozos, según me dijeron. Después se fueron hasta que vino YPF en el año '30, más o menos, hasta el '35, y después vino La Celina", contó.

El hombre habla con frases cortas y largas pausas, mira con recelo a la visita inesperada que llega en tropel. "En el tiempo de YPF ellos trabajaban invierno, verano, todo, las 24 horas corridas", recordó. "En ese tiempo tenían una cuadrilla arreglando el camino. Todos, todos los días, con carro y bueyes, pasaban en un trineo. Tenían caños de esos que usaban para perforar partidos por la mitad, hacían un trineo y lo arrastraban con carro con bueyes... Para que salga la gente tenían el camino arreglado, habían hecho puente en el arroyo, tenían puentes por todos lados, en ese sentido estábamos mejor... Y cuando nevaba, que nevaba bastante, empezaba a pasar el trineo. Las primeras pasadas era fácil, pero después, cuando se iba haciendo la pared dura, tenía que ponerle 6, 7, 8, yuntas de bueyes para arrastrarlo."

"En ese sentido era mejor." Claro, al menos en el pasado había caminos... Actualmente en el paraje viven escasas familias, alejadas del Municipio de Pilcaniyeu, jurisdicción a la que pertenece. A distancias siderales de Viedma y de la agenda del gobierno provincial. Sólo al momento de las concesiones hidrocarburíferas el territorio vuelve a ser un punto en un mapa colgado en un despacho oficial. Un punto tan, tan diminuto, que los pobladores no se ven.


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