Por Red Eco
Arrojaron piedras y prendieron fuego una vivienda. Ocurrió el martes a la noche en la capital de Neuquén.
(Cecilia Litvin – Red Eco) Neuquén – En un hecho que se repite en forma semanal, la policía metropolitana atacó el martes a los habitantes de la toma de la zona de Confluencia, en la capital provincial. Según relataron los vecinos, efectivos recorrieron las inmediaciones del barrio arrojando grandes cantidades de piedras desde un camión. Por último, prendieron fuego y destruyeron completamente la casilla de Ramón Liyo.
Cabe recordar que este joven fue uno de los detenidos durante una de las represiones sufridas en el barrio en octubre de este año. Además, Liyo debió ser internado por graves lesiones en sus costillas y por la perforación de un pulmón, consecuencias de la fuerte golpiza recibida.
Estos ataques a las 91 familias que viven en Confluencia vienen repitiéndose desde el momento en que comenzó la toma, hace ya casi tres meses. María Elena es integrante de la Asociación Zainuco (ONG dedicada a la defensa de los derechos humanos, especialmente de las personas privadas de libertad), y estuvo presente junto a otros compañeros en distintas represiones en la toma. Ella fue testigo de cómo la policía en varias ocasiones disparó a quemarropa hiriendo con balas de plomo a varias personas, entre ellas a menores: “De hecho, yo he visto cómo le pegaban, a la par que me golpeaban a mí, a una secretaria del ministro de Gobierno, Jorge Tobares, que se había acercado a dialogar con los vecinos”, relató.
María Elena le explicó a Red Eco que los primeros intentos de desalojo se efectuaron a comienzos de octubre, a pesar de que se había firmado un convenio con el subsecretario de Tierras y Vivienda del municipio, Carlos Di Camillo, en el que se les garantizaba a los vecinos la estadía en el lugar sin represión ni desalojo.
Luego de los primeros hechos de violencia policial, se formó una comisión integrada por representantes de los ejecutivos municipal y provincial, y del barrio. Una de las propuestas fue la de trasladar a los habitantes de la zona a otras tierras. El compromiso fue verbal, pero los vecinos quisieron algún tipo de garantía por escrito. No hubo respuesta al pedido. El nuevo lugar se encuentra frente a la Comisaría 19 y detrás de la Planta de Tratamiento de líquidos cloacales Tronador, planta cuya contaminación al lindante Río Limay está demostrada. Obviamente, los habitantes no aceptaron; y la represión continuó.
Además, María Elena remarcó que las tierras del barrio Confluencia se encuentran enfrente de un barrio privado y que en esa zona, el gobierno tiene previsto construir un paseo turístico. Según describieron los vecinos estas tierras tienen un valor altísimo, de ahí surge la urgencia de las autoridades por desalojarlos.
En la tarde de hoy, los habitantes de la toma volvieron a reunirse con enviados del municipio y de la provincia. Andrés, habitante de Confluencia, le contó a Red Eco que en el encuentro, los funcionarios volvieron a ofrecerles las tierras ubicadas a metros de la Planta Tronador: “Nosotros no tenemos problema en irnos de esta zona, pero sólo vamos a aceptar un lugar que cumpla con todos los requisitos de seguridad ambiental, no queremos nada que perjudique a nuestros chicos”, expresó Andrés.
Otro de los temas tratados, el más importante para los vecinos, es el de la seguridad. Los habitantes de Confluencia le hicieron saber a los funcionarios la represión policial que sufren cotidianamente. Aunque los representantes gubernamentales afirmaron no saber nada al respecto, aceptaron de todas maneras que se organice una reunión con el ministro de Seguridad provincial, César Pérez.
Entre medio de promesas, lo concreto es que la represión continúa.
Arrojaron piedras y prendieron fuego una vivienda. Ocurrió el martes a la noche en la capital de Neuquén.
(Cecilia Litvin – Red Eco) Neuquén – En un hecho que se repite en forma semanal, la policía metropolitana atacó el martes a los habitantes de la toma de la zona de Confluencia, en la capital provincial. Según relataron los vecinos, efectivos recorrieron las inmediaciones del barrio arrojando grandes cantidades de piedras desde un camión. Por último, prendieron fuego y destruyeron completamente la casilla de Ramón Liyo.
Cabe recordar que este joven fue uno de los detenidos durante una de las represiones sufridas en el barrio en octubre de este año. Además, Liyo debió ser internado por graves lesiones en sus costillas y por la perforación de un pulmón, consecuencias de la fuerte golpiza recibida.
Estos ataques a las 91 familias que viven en Confluencia vienen repitiéndose desde el momento en que comenzó la toma, hace ya casi tres meses. María Elena es integrante de la Asociación Zainuco (ONG dedicada a la defensa de los derechos humanos, especialmente de las personas privadas de libertad), y estuvo presente junto a otros compañeros en distintas represiones en la toma. Ella fue testigo de cómo la policía en varias ocasiones disparó a quemarropa hiriendo con balas de plomo a varias personas, entre ellas a menores: “De hecho, yo he visto cómo le pegaban, a la par que me golpeaban a mí, a una secretaria del ministro de Gobierno, Jorge Tobares, que se había acercado a dialogar con los vecinos”, relató.
María Elena le explicó a Red Eco que los primeros intentos de desalojo se efectuaron a comienzos de octubre, a pesar de que se había firmado un convenio con el subsecretario de Tierras y Vivienda del municipio, Carlos Di Camillo, en el que se les garantizaba a los vecinos la estadía en el lugar sin represión ni desalojo.
Luego de los primeros hechos de violencia policial, se formó una comisión integrada por representantes de los ejecutivos municipal y provincial, y del barrio. Una de las propuestas fue la de trasladar a los habitantes de la zona a otras tierras. El compromiso fue verbal, pero los vecinos quisieron algún tipo de garantía por escrito. No hubo respuesta al pedido. El nuevo lugar se encuentra frente a la Comisaría 19 y detrás de la Planta de Tratamiento de líquidos cloacales Tronador, planta cuya contaminación al lindante Río Limay está demostrada. Obviamente, los habitantes no aceptaron; y la represión continuó.
Además, María Elena remarcó que las tierras del barrio Confluencia se encuentran enfrente de un barrio privado y que en esa zona, el gobierno tiene previsto construir un paseo turístico. Según describieron los vecinos estas tierras tienen un valor altísimo, de ahí surge la urgencia de las autoridades por desalojarlos.
En la tarde de hoy, los habitantes de la toma volvieron a reunirse con enviados del municipio y de la provincia. Andrés, habitante de Confluencia, le contó a Red Eco que en el encuentro, los funcionarios volvieron a ofrecerles las tierras ubicadas a metros de la Planta Tronador: “Nosotros no tenemos problema en irnos de esta zona, pero sólo vamos a aceptar un lugar que cumpla con todos los requisitos de seguridad ambiental, no queremos nada que perjudique a nuestros chicos”, expresó Andrés.
Otro de los temas tratados, el más importante para los vecinos, es el de la seguridad. Los habitantes de Confluencia le hicieron saber a los funcionarios la represión policial que sufren cotidianamente. Aunque los representantes gubernamentales afirmaron no saber nada al respecto, aceptaron de todas maneras que se organice una reunión con el ministro de Seguridad provincial, César Pérez.
Entre medio de promesas, lo concreto es que la represión continúa.
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* Represión y detenciones por derecho a la vivienda
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