jueves, marzo 12, 2009

Opinión: “¡No aflojar! una mirada a la situación educativa”, por Daniel Moliterno


Por Daniel Moliterno *

Quiera o no quiera aceptarlo el gobierno del Chubut, en materia educativa, hay tensiones, unas veces más explícitas otras más encubiertas. Más allá de la posible paridad o disparidad de fuerzas - cuestión sin dudas secundaria – la visión que tienen las autoridades sobre la realidad educativa no es coincidente con la de un amplio sector de la docencia cuyo número es de dificultosa ponderación pero, con seguridad, mucho mayor a lo que muestra la participación directa en las medidas de fuerza.

El gobernador acompañado por su séquito podrá seguir inaugurando cuanto edificio, sala, ampliación o reforma se le antoje, podrá regodearse con aplausos y discursos emotivos, podrá empacharse de las adulaciones de la prensa obsecuente y cautiva, pero la tensión continuará profundizándose, sencillamente porque en la base de la misma hay una clara injusticia que afecta de manera directa y concreta la vida de muchas personas.

Ni los titulares de los diarios y noticieros, ni los eventuales triunfos electorales podrán modificar aquello que tiene de suyo la fuerza de una realidad incontestable: LA CONDICION SALARIAL DOCENTE ES PAUPÉRRIMA. ¿De qué otra forma puede calificarse un salario que apenas cubre el costo del alquiler de una vivienda sencilla?

Entre las diversas estrategias pergeñadas por el poder político para controlar las tensiones en el ámbito educativo, hacia fines de los años 80 en nuestra provincia se sancionó la Ley Orgánica de Educación (Ley 3146) que introdujo una superestructura política de Directores Generales por encima de los funcionarios de carrera. Aquella ley fue derogada pero la superestructura no sólo siguió existiendo sino que, además, creció notablemente. En la actualidad la gestión educativa en Chubut es dirigida por funcionarios políticos a quienes están subordinados los de carrera docente.

Donde alguna vez hubo un Consejo formado por un solo funcionario político (Presidente) tres representantes de los padres de familia y tres de los docentes (Vocales) hoy hay …

¡ATENCIÓN!!!)

1 Ministro 3 Subsecretarios 13 Directores Generales 14 Directores y 6 Coordinaciones. (y no sé si no me olvido de algo) Demás está decir que ninguno los que ocupan estos cargos accede a él en virtud de su carrera docente.

Debe agregarse a este elenco los equipos “técnicos”, secretarios y asesores nombrados al arbitrio de cada funcionario.

Recién donde termina esta larga nómina de conducción política comienza la pirámide que corresponde a la carrera docente. No obstante ello, más abajo, vuelven a aparecer otros agentes políticos (vg. Delegados Administrativos) cuya enumeración me resulta imposible.

Sin lugar a dudas la fuerza de esta hipertrofiada presencia gubernamental (a la que nadie eligió mediante el voto popular) ejerce una constante presión sobre el conjunto de la docencia.

¿Qué le queda por hacer a los docentes a la hora de defender sus legítimos derechos laborales?

Propongo un ejercicio. Revisar el reclamo docente a la luz de la antigua ética quechua – aymará ¿suena extravagante y raro? Seguramente, pero quizás ayude.

Son apenas 3 Principios:

1. AMA SUA: No ser ladrón. ¿Estamos robando cuando percibimos nuestro sueldo o se trata del legítimo derecho de todo trabajador?

2. AMA LLULLA: No ser mentiroso. ¿Estamos mintiendo cuando decimos que el salario docente es a todas luces insuficiente?

Y por último…

3 AMA QUELLA: No ser flojos.

Tal vez este último sea el aspecto que debamos revisar bajo las actuales circunstancias, no ser flojos.

En consecuencia si como yo estás convencido de que no robamos y no mentimos, entonces ¡A NO AFLOJAR Compañero !!!!!!!! y a ver cómo les va en el test a los del otro lado.
* L.E. Nº 8.007.149