Por Daniel Moliterno *
Dijo el Gobernador: “pagamos los sueldos en tiempo y forma, inauguramos y refaccionamos edificios escolares, mandamos las partidas para los comedores…¿de qué se quejan los docentes?” (texto aproximado)
Introducir en el debate esta clase de argumentos es ni más ni menos que eludir el asunto sobre el que se debe debatir. Lo que aquí se debe discutir es el salario de los trabajadores de la educación de la provincia del Chubut. ¡Ésa y no otra es la cuestión!
Podríamos decir, rápidamente, “¡qué bien, Sr. Gobernador, que Ud. hace lo que debe hacer!” Porque en cuanto a estas cuestiones lo que todo gobierno debe hacer es: pagar los sueldos en tiempo y en forma, construir edificios escolares, arreglar los ya existentes, proveer fondos para los comedores, etc. etc.
Dentro del mismo tono deformante que aporta el oficialismo se dijo que los docentes deberían estar conformes con la estabilidad laboral que les asegura el Estado. Como no encuentro las palabras adecuadas aquí debería dibujar una carita que exprese mi perplejidad.
Por cierto hay más cosas para señalar pero (debe ser por la edad) me estoy cansando con este comentario, por lo tanto sólo quiero agregar que el último y más absurdo planteo tiene que ver con la pretensión oficial de darle a aquello que suceda el próximo lunes carácter de “medición de fuerzas”.
Imaginemos un escenario: que la adhesión al paro docente fuera escasa (aunque a ciencias ciertas, en esta materia, nunca se sabe cual ha sido la real realidad) ¿qué saldrían a decir desde el gobierno? Dirían, palabras más, palabras menos, y con diversos matices : “vieron que los docentes están conformes con la gestión educativa del Gobierno” y, a pesar de lo aberrante de semejante conclusión, probablemente gran parte del periodismo obsecuente se limitará a difundirla, cuando no a avalarla.
Queridos colegas, compañeros o como quieran que se los denomine: siempre hubo y seguirá habiendo excusas para postergar la adecuación del salario docente; alguna vez fue el efecto tequila, hoy es la crisis financiera internacional, el precio del petróleo y la mar en coche. Una buena idea sería trasladarle esos argumentos al carnicero, a la cajera del supermercado, al señor de la librería y a todo aquel que pretenda cobrarnos lo que necesitamos comprar y pedirles “solidaridad” de modo tal que consigamos una buena rebaja.
A ver si nos hacemos cargo de nuestras necesidades, dejamos las cuestiones internas (por ejemplo adhesión o no a tal o cual sindicato) para otro momento y este lunes el Gobierno recibe un mensaje claro, muy claro ¡para que lo entienda bien!
* Docente jubilado
L.E. 8.007.149
Dijo el Gobernador: “pagamos los sueldos en tiempo y forma, inauguramos y refaccionamos edificios escolares, mandamos las partidas para los comedores…¿de qué se quejan los docentes?” (texto aproximado)
Introducir en el debate esta clase de argumentos es ni más ni menos que eludir el asunto sobre el que se debe debatir. Lo que aquí se debe discutir es el salario de los trabajadores de la educación de la provincia del Chubut. ¡Ésa y no otra es la cuestión!
Podríamos decir, rápidamente, “¡qué bien, Sr. Gobernador, que Ud. hace lo que debe hacer!” Porque en cuanto a estas cuestiones lo que todo gobierno debe hacer es: pagar los sueldos en tiempo y en forma, construir edificios escolares, arreglar los ya existentes, proveer fondos para los comedores, etc. etc.
Dentro del mismo tono deformante que aporta el oficialismo se dijo que los docentes deberían estar conformes con la estabilidad laboral que les asegura el Estado. Como no encuentro las palabras adecuadas aquí debería dibujar una carita que exprese mi perplejidad.
Por cierto hay más cosas para señalar pero (debe ser por la edad) me estoy cansando con este comentario, por lo tanto sólo quiero agregar que el último y más absurdo planteo tiene que ver con la pretensión oficial de darle a aquello que suceda el próximo lunes carácter de “medición de fuerzas”.
Imaginemos un escenario: que la adhesión al paro docente fuera escasa (aunque a ciencias ciertas, en esta materia, nunca se sabe cual ha sido la real realidad) ¿qué saldrían a decir desde el gobierno? Dirían, palabras más, palabras menos, y con diversos matices : “vieron que los docentes están conformes con la gestión educativa del Gobierno” y, a pesar de lo aberrante de semejante conclusión, probablemente gran parte del periodismo obsecuente se limitará a difundirla, cuando no a avalarla.
Queridos colegas, compañeros o como quieran que se los denomine: siempre hubo y seguirá habiendo excusas para postergar la adecuación del salario docente; alguna vez fue el efecto tequila, hoy es la crisis financiera internacional, el precio del petróleo y la mar en coche. Una buena idea sería trasladarle esos argumentos al carnicero, a la cajera del supermercado, al señor de la librería y a todo aquel que pretenda cobrarnos lo que necesitamos comprar y pedirles “solidaridad” de modo tal que consigamos una buena rebaja.
A ver si nos hacemos cargo de nuestras necesidades, dejamos las cuestiones internas (por ejemplo adhesión o no a tal o cual sindicato) para otro momento y este lunes el Gobierno recibe un mensaje claro, muy claro ¡para que lo entienda bien!
* Docente jubilado
L.E. 8.007.149