lunes, marzo 16, 2009

Pasión de mujer: crítica de Lucía Giner


Enviado por Marta Sahores
Foto: Germán Pasini


“La pasión sube a escena”, por Lucía Giner

El arte no es una obligación sino un placentero capricho. Ninguna ley de orden público –nos dice Ortega- nos impone la tarea de leer versos, ver cuadros, oír música o asistir al teatro. No podemos estar seguros de esa verdad; menos aún cuando se trata del teatro: un antiguo ritual de exorcismo y purificación que le ha permitido al hombre invocar las fuerzas que no puede controlar y, por un breve tiempo, jugar con ellas. Desde las viejas tragedias griegas y su trasfondo religioso hasta la noche iluminada por los círculos de fuego en el bosque, una necesidad vital nos ha empujado a plasmar en escenas nuestras preocupaciones más profundas. “Pasión de mujer” de Nené Guitart es teatro de pura cepa, un memorioso aquelarre que invoca a las fuerzas que empujan la vida de cuatro mujeres. Enmarcada en una puesta a la vez austera y visualmente armoniosa las protagonistas supieron encontrar en un texto exigente el canal adecuado para trasmitir sentimiento y emoción, ingredientes inescindibles de la pasión.

Juana “la loca” (Marta Golleti) arrastra por años el cadáver de su marido Felipe el Hermoso; María Félix “la doña” (Graciela Bonansea) roba caprichosamente el collar comprado por Franco para Eva Perón; María Callas (Elda Griffiths) abandonó todo por Aristóteles Onasis, el primer hombre con quien tuvo un orgasmo a los 37 años; Violeta Parra (Nelda Scoltore) se quita la vida luego de componer algunas de sus más hermosas canciones. Una conjunción inteligente de música, poesía y canto realzada por un guión contundente y sensible permitió configurar un espectáculo fluido, conmovedor por momentos y en otros con notas sutiles de humor. A pesar de ser una obra sobre mujeres y ejecutada por mujeres, no trata del universo exclusivamente femenino. Por el contrario, los sentimientos en escena son atribuibles al género humano sin excepción. Precisamente ésta es una de las características más relevantes del guión: traducir en un ámbito de mujeres sentimientos y ansias que nos empujan a todos: poder, vanidad, desesperación y eso que Mishima llamaba “sed de amor”. Sentimientos que nos llevan a lugares donde no quisiéramos estar pero que, al fin de cuentas, son inseparables de la vida misma. Inseparables de esa pasión por vivir que es la “pasión de mujer” que llevamos o nos lleva a todos.

En el pre-estreno se advirtieron algunas imprecisiones compensadas por la actitud y –paradójicamente, teniendo presente que Griffiths y Golletti enfrentaban su debut en el teatro- por el profesionalismo de las protagonistas que sortearon dificultades menores, pero que no empañaron el producto final. Tal vez vale la pena sugerir que el elenco profundice su trabajo alrededor de los desplazamientos escénicos, para así superar alguna que otra desprolijidad en la resolución de cada uno de los cuadros, dotarla de mayor armonía, así como mantener constante la capacidad de actuar en todo momento, independientemente de quien tome la palabra. Como sucede en toda obra de teatro, el ajuste es parte del proceso creativo, tanto de los actores como del guión mismo. Hay algunos textos que redundan y otros que merecen mayor énfasis. Lo mismo sucede con el final que no logra trasmitir con toda la fuerza necesaria el elogio de la vida que se propone como cierre; en definitiva serán los mismos personajes, más allá de los propios actores, quienes impondrán su propia lógica, arrastrados por la pasión que en su tiempo los empujó más allá de ellos mismos.

Lucía Giner
Esquel, 14 de marzo de 2009

Ficha Técnica:
PASIÓN DE MUJER
Reparto
Graciela Bonansea
Marta Golletti
Elda Griffiths
Nelda Scoltore
Guión y dirección
Nené Guitart
Iluminación
Silvio Musaccio
Sonido y musicalización
Cristina Zuppa

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