lunes, abril 20, 2009

De osos, tigres y aduaneros: algunos escándalos protagonizados por el circo que llegó a Esquel


Por Puerta E *
Foto: Esquel Aves

La llegada del circo de los “Hermanos Segura” a Esquel no pasó desapercibida. Fueron muchos los vecinos que cuestionaron el arribo de este espectáculo que, además de payasos, magos y malabaristas, incluye la “actuación” de animales salvajes, una práctica que está prohibida en distintos puntos del país.

No es la primera vez que la polémica por la utilización y el maltrato de especies silvestres hace que este circo aparezca en los medios.

La última noticia data de marzo pasado, cuando un tigre de Bengala –perteneciente a la compañía- atacó a Sebastián Martínez, de 26 años, cuando intentaba sacarle una foto. Esto ocurrió en San Antonio Oeste, provincia de Río Negro, localidad donde rige una ordenanza que prohíbe la utilización de animales en espectáculos públicos.

Las osas y Das Neves

Pero sin dudas, el caso más resonante que involucró al circo de los “Hermanos Segura” ocurrió en 2002 cuando la Administración Nacional de Aduanas –entonces encabezada por Mario Das Neves- perdió cuatro osas que estaban bajo su custodia.

La historia comenzó el 30 de noviembre de 1999 cuando cinco osos pardos llegaron al puerto de Buenos Aires. “No tenían autorización de importación ni documentos”, explicó una fuente cercana a la Aduana.

Una nota del diario La Nación recuerda que los animales “venían de España con su entrenador checo, Jindrich Pesek, y eran originalmente seis. Pero uno murió durante el viaje y fue arrojado al mar. Los animales no tenían los papeles en regla, no pudieron ingresar legalmente en el país y quedaron bajo custodia de la Aduana, que se encontró con que las leyes no permitían donarlos”.

“Este organismo le dio intervención a la Dirección de Flora y Fauna, que depende de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, a la que entregó la potestad de los osos para que se encargara de su cuidado hasta tanto se solucionara el problema”, refiere la crónica.

Según La Nación, la dirección de Flora y Fauna, a su vez, los derivó al Zoológico de Buenos Aires. Allí murió otro oso, el 22 de enero de 2000.

Compras ilegales

El derrotero de las cuatro osas sobrevivientes –entonces de 12, 23, 26 y 28 años-, apenas comenzaba. En el zoológico porteño estuvieron unos pocos días, hasta el 30 de enero de 2000, cuando fueron devueltas a la Dirección de Flora y Fauna.

Les esperaba un nuevo destino: esta vez sería el circo Ralluy, en Mar del Plata. Hacia allí partieron con su cuidador checo, que siempre las tuvo en su tráiler. Pero no estarían por mucho tiempo.

El 13 de marzo de 2002, según la licenciada Victoria Lichtschein, directora de Flora y Fauna, se presentó Carlos Segura, dueño del Circo de los Hermanos Segura. El hombre mostró unos permisos, dijo que las osas eran suyas y que había pagado 13.000 dólares al circo Ralluy por ellas, pese a que la comercialización de los animales estaba prohibida. "Se labró un acta y se nombró al señor Segura depositario de los animales en forma preventiva", dijo entonces la funcionaria.

Teóricamente las osas habían sido llevadas a una quinta de la localidad bonaerense de Moreno, pero cuando las autoridades de la Aduana llegaron hasta ahí para comprobar su estado, los animales ya no estaban.

Finalmente las cuatro osas aparecieron en un circo de Escobar, pese a que –en esa época- en la provincia de Buenos Aires ya estaban prohibidos los espectáculos públicos con animales salvajes.

3 Comentá esta nota:

Anónimo dijo...

Yo creo que los animales deberían estar en sus lugares de origen, protegidos y en libertad,como debe ser.
Pero quiero decir que no todos ni tantos vecinos de Esquel se oponen al circo que ha llegado a nuestra ciudad.
Y tambièn que me parece un poco virulento el ataque del chico que escribe de Esquel Aves al circo, puede ser que esconda muchas frustraciones.
Puedo decir sì que "hay vecinos de Esquel" preocupados más por los niños por nacer que por los animales, más por la ruina que va a traer el Casino que por las cenizas, más por los prostíbulos con chicas de raza negra y que nadie dice nada, que por los pajaritos que se mueren!

Anónimo dijo...

ME PARECE TERRIBLE A ÉSTA ALTURA DEL SIGLO ESTAR HABLANDO DEL MALTRATO A ANIMALES..DEBERÍAN HACER UNA LEY QUE ENCARCELE DIRECTAMENTE A CUALQUIER PERSONA QUE LUCRE CON LOS ANIMALES...ME AVERGUENZA SABER QUE TODAVÍA EXISTE GENTE GANANDO DINERO CON EL ENCIERRO DE ANIMALES....

Pia Floria dijo...

Me encantan los circos, los espectaculos creativos que presentan, las luces, los malabares, los niños sonriendo por las payasadas y la alegría que todo esto produce.. pero cuando buscamos la diversión en el sufriemiento de otro ser todo se vuelve oscuro y deja de ser divertido. Es un fiel reflejo del trato que tenemos los seres humanos entre nosotros mismos. El saber que hay niñas esclavas en nuestro pueblo para satisfacer las necesidades sexuales de unos cuantos pervertidos de renombre y de otros cuantos, es un claro ejemplo de ésto. El saber que todos los inviernos cientos de vecinos (grandes y chicos) mueren de frío y de hambre en los barrios presos de este sistema opresor mientras se permite el acceso de casinos de la perdición que secan los escasos bolsillos de los que tienen un poquito de esperanza inducida que les dará la solución económica a sus problemas, es otro ejemplo. Saber que se le da más relevancia a las opiniones de unos pocos que manejan la jugada y no al pueblo, es otro ejemplo. Y ahora, un circo que por ley no debería de estar operando con animales,teníendolos en jaulas que no son más grandes que su cuerpo, animales que caminan kilómetros y kilómetros por día en el verde des su hogar, que se balancean de un lado por el encierro permanente de ese cautiverio cruel, un encierro de todos los días, de toda la vida.. que decir.. àprovecho este medio para expresar que yo no quiero que se convoque este tipo de entretenimiento a nuestro pueblo, un pueblo que esta creciendo como un niño y en el que todavía es posible elegir su forma e ideosincracia. Gracias.

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