lunes, mayo 04, 2009

Opinión: “Acerca del terrorismo de Estado como práctica de gobierno”, por Pérez Álvarez

Por Gonzalo Pérez Álvarez *

Para reflexionar sobre lo sucedido el pasado miércoles por la madrugada en el ministerio de educación del Chubut no puedo dejar de recurrir a pensar esos hechos desde mi práctica docente como historiador y a partir de las clases que día a día tengo que dar acerca de qué democracia tenemos hoy en Argentina. Esas clases, tanto en la universidad como en las escuelas secundarias en que me tocó ejercer, devienen en interesantes debates acerca de la actualidad, de cómo gobiernan hoy los que nos gobiernan y cómo lucha nuestro pueblo por cambiar estas cosas.

El terrorismo de estado fue impuesto por la cúpula de la gran burguesía contra la lucha de la clase obrera que resistía el intento de quitarle los derechos que durante años había conquistado. Fue necesaria esa masacre de miles y miles de luchadores para imponernos este modelo de país para unos pocos. La lucha del pueblo siguió aún en las peores condiciones y finalmente se logró el regreso a la democracia, aunque fue una democracia restringida a unas pocas prácticas rituales de votaciones y sesiones parlamentarias, mientras las verdaderas grandes decisiones se tomaban al margen de la voluntad popular. Así fue el pacto con los militares durante el gobierno de Alfonsín, así fueron las medidas que impuso el gobierno de Menem, así fueron los indultos, el pacto de Olivos, la venta de YPF, etc, etc, etc.

La democracia fue desvirtuándose, pero el pueblo también seguía luchando contra eso. La gran resistencia popular de los años 90 alimentó la fuerza social que realizó el 19 y 20 de diciembre, el hecho en que las masas en lucha le dijeron a la burguesía que no querían volver al autoritarismo y la muerte que vieron reaparecer en la figura de estado de sitio a la que había recurrido De la Rúa.

Los gobiernos de los Kirchner y Das Neves parten de esa situación. Y buscan volver a imponer las prácticas autoritarias como algo “normal” en nuestra sociedad. Buscan generar terror entre los trabajadores. Buscan que vuelva el “no te metás”. No hay mejor ejemplo de esto que el gobernador que hoy tenemos. Das Neves juega siempre con el terror. Con el terror que muchos tienen a lo que dice y, sobre todo, a lo que hace. Las persecuciones en el estado, las patotas contra los docentes, los sumarios a los trabajadores que resisten, son sólo algunos ejemplos de una práctica sistemática. Un estado que ataca a los dirigentes sindicales que luchan por sus derechos, que usa policías encapuchados en medio de la noche, que desaparece jóvenes sin que nadie vaya preso, que eleva el gatillo fácil a política de estado, que aprieta a los periodistas para que no nos hagan notas. Eso es el terrorismo de estado.

Nada de esto debe ser leído como un apoyo a alguna de las otras variantes de la burguesía para la provincia. Junto a muchos otros compañeros no luchamos contra este gobierno en particular sino contra los intereses de una clase dominante que gobierna para unos pocos mientras deja en la miseria a la mayoría. Sabemos que ninguno de los que no quieren romper con este sistema ofrecen algo distinto, especialmente no aquellos que nos gobernaron durante los años 90' y contra los cuales también dimos duras luchas.

Los trabajadores somos los únicos que podemos cambiar esto, organizándonos y trabajando por una nueva forma de gobierno, donde ya no manden los mismos de siempre, sino que de una vez por todas los que gobernemos seamos los de abajo y en ese camino construyamos la verdadera democracia: el poder del pueblo organizado.

* Secretario Gremial ADU, afiliado de ATECH e integrante de la agrupación Espacio Docente


Pd: yo soy el que fue baleado por el policía mientras estaba filmando. Pero no me interesa hacer hincapié en lo personal. Por suerte las heridas no fueron graves (por suerte, ya que una bala de goma a esa distancia puede generar serios riesgos, no olvidemos que a Carlos Fuentealba lo mataron con un gas lacrimógeno). Sí quiero agradecer profundamente las muchísimas expresiones de cariño y solidaridad que he recibido yo y mi familia. Son muestras de que vamos por buen camino. Y también quiero decir que tengo mucha bronca, no por mí en particular sino por la represión contra mis compañeros, y muchas ganas de seguir luchando y mucha indignación contra los mentirosos que nos gobiernan, especialmente contra aquellos que posan de progresistas y apoyan a este gobierno represor. Ninguno de los que fuimos reprimidos nos vamos a olvidar de ellos, de los que protestaban cuando reprimían los radicales pero hoy se callan y hasta aplauden cuando reprime el PJ. No olvidar, y hacer de la bronca organización para seguir luchando con más fuerza que nunca. Adelante compañeros, somos los trabajadores organizados los que vamos a cambiar las cosas.

Nota relacionada: Opinión: “Gracias por los disparos”

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