Por José Fernando Nuño *
En los Tribunales de Trelew, donde opera el 80 por ciento del sistema penal de Trelew y Rawson, a veces ocurren audiencias de carácter insólito, pero además vejatorio para los justiciables.
Detallo algunos ejemplos: un maestro de una escuela para niños con dificultades de Rawson y empleado de la oficina de empleo de la Municipalidad, fue llevado detenido y esposado, el viernes a una audiencia de control de detención por supuestas amenazas y lesiones leves a su esposa, de la que se halla separado.
No voy a dar nombres, porque hay chicos de por medio, pero la fiscal leyó toda la acusación de agresión del detenido a su ex mujer, pero no pidió prisión preventiva, simplemente apertura de la investigación por seis meses, dicho esto ante la azorada jueza Patricia Asaro que luego comentaría en el pasillo lo vergonzoso de llevar esta nimiedad de caso, digno para un tribunal de faltas o juzgado de paz, y encima preguntó: “y a este hombre lo trajeron esposado?”
El correcto defensor oficial Pericich, un abogado ex empleado judicial de años, pero joven, negó los cargos y el imputado dio su versión de los hechos, totalmente distinta a la acusación: que el incidente fue en otro lugar, no el fijado por la fiscal, que su mujer le arrojó piedras, que fueron contestadas con otras piedras por su propios hijos de 4 y 13 años, que su esposa y reaccionó así en presencia de su hermana porque tenía un cumpleaños y no quería cuidar a los chicos, que el hombre no podía atender a todos porque una es una niña que no puede dormir en la misma pieza que los varones, lógicamente.
Decía, en los pasillos la jueza Asaro, lógicamente que la persona fue dejada en libertad, que están trayendo gente presa por robar o apoderarse supuestamente en Casa Tía, Carreofur o La Anónima de un cepillo de dientes, que es una vergüenza, culpa de la policía que detiene a todo el mundo y del ministerio público que no aplica el criterio de oportunidad y libera a la gente antes de que pasen 24 horas den una comisaría.
En audiencias similares, anteriores del juez Alejandro Defranco, el magistrado llamó la atención públicamente en su fallo a la policía privada de los supermercados, que no tiene potestad para detener a nadie, hacer requisas, palpar a las personas, porque más que supuestamente se estén llevando un lechón a la casa.
Esto ocurrió en dos audiencias donde un total de tres mujeres, dos de ellas madres de hijos de corta edad, recuperaron la libertad luego que las detuvieran en Carrefour, antes de dejar el local, no habían salido a la calle, porque supuestamente tenían un frasco de perfume o un desodorante. La llamada de atención el juez la hizo para la Fiscalía que presenta estos casos vergonzosos a la dignidad humana, aun de mecheros o rateros, probables, pero inocentes hasta que se demuestre lo contrario.
El juez Defranco es toda una garantía de justicia, no tiene pelos en la lengua ni en las resoluciones. Los casos fueron brillantemente defendidos por el abogado oficial Marcos Nápoli que rechazó en su alegato las presiones sociales y políticas que vienen del Poder Ejecutivo, en una jornada donde en una sola comisaría había ocho detenidos.
* DNI 5.192.940
En los Tribunales de Trelew, donde opera el 80 por ciento del sistema penal de Trelew y Rawson, a veces ocurren audiencias de carácter insólito, pero además vejatorio para los justiciables.
Detallo algunos ejemplos: un maestro de una escuela para niños con dificultades de Rawson y empleado de la oficina de empleo de la Municipalidad, fue llevado detenido y esposado, el viernes a una audiencia de control de detención por supuestas amenazas y lesiones leves a su esposa, de la que se halla separado.
No voy a dar nombres, porque hay chicos de por medio, pero la fiscal leyó toda la acusación de agresión del detenido a su ex mujer, pero no pidió prisión preventiva, simplemente apertura de la investigación por seis meses, dicho esto ante la azorada jueza Patricia Asaro que luego comentaría en el pasillo lo vergonzoso de llevar esta nimiedad de caso, digno para un tribunal de faltas o juzgado de paz, y encima preguntó: “y a este hombre lo trajeron esposado?”
El correcto defensor oficial Pericich, un abogado ex empleado judicial de años, pero joven, negó los cargos y el imputado dio su versión de los hechos, totalmente distinta a la acusación: que el incidente fue en otro lugar, no el fijado por la fiscal, que su mujer le arrojó piedras, que fueron contestadas con otras piedras por su propios hijos de 4 y 13 años, que su esposa y reaccionó así en presencia de su hermana porque tenía un cumpleaños y no quería cuidar a los chicos, que el hombre no podía atender a todos porque una es una niña que no puede dormir en la misma pieza que los varones, lógicamente.
Decía, en los pasillos la jueza Asaro, lógicamente que la persona fue dejada en libertad, que están trayendo gente presa por robar o apoderarse supuestamente en Casa Tía, Carreofur o La Anónima de un cepillo de dientes, que es una vergüenza, culpa de la policía que detiene a todo el mundo y del ministerio público que no aplica el criterio de oportunidad y libera a la gente antes de que pasen 24 horas den una comisaría.
En audiencias similares, anteriores del juez Alejandro Defranco, el magistrado llamó la atención públicamente en su fallo a la policía privada de los supermercados, que no tiene potestad para detener a nadie, hacer requisas, palpar a las personas, porque más que supuestamente se estén llevando un lechón a la casa.
Esto ocurrió en dos audiencias donde un total de tres mujeres, dos de ellas madres de hijos de corta edad, recuperaron la libertad luego que las detuvieran en Carrefour, antes de dejar el local, no habían salido a la calle, porque supuestamente tenían un frasco de perfume o un desodorante. La llamada de atención el juez la hizo para la Fiscalía que presenta estos casos vergonzosos a la dignidad humana, aun de mecheros o rateros, probables, pero inocentes hasta que se demuestre lo contrario.
El juez Defranco es toda una garantía de justicia, no tiene pelos en la lengua ni en las resoluciones. Los casos fueron brillantemente defendidos por el abogado oficial Marcos Nápoli que rechazó en su alegato las presiones sociales y políticas que vienen del Poder Ejecutivo, en una jornada donde en una sola comisaría había ocho detenidos.
* DNI 5.192.940
0 Comentá esta nota:
Publicar un comentario