Fuente: Revista Veintitrés
Es el millonario detrás del escándalo de la agresión al programa de TV. Su deseo de un aeropuerto propio sublevó a los vecinos de El Bolsón, pero cuenta con el aval del intendente Romera, quien quiso defender el proyecto por mano propia. Los negocios inmobiliarios.
Por Lucas Cremades y Jorge Repiso
A Joe le gusta mirar el mundo desde arriba. Desde la cima de sus 2.200 millones de dólares. Desde su jet privado, ese que lo trae del calorcito de su residencia de Layford Cays en la isla de Bahamas donde pasa la mayor parte del tiempo, al frío patagónico, allá, cerca de El Bolsón, a no más de 30 kilómetros de esa bella comarca andina, donde vive cuatro meses al año; un paraíso que lo cautivó en 1992 cuando un amigo australiano lo invitó a recorrer sus campos. Cuatro años después, el magnate Joe, sexta fortuna privada británica, se daba un gustito: por sólo ocho millones de dólares de su caja chica sumaba a su emporio unas 12 mil hectáreas de rico suelo rionegrino. Aire puro. Aguas cristalinas. Excelente vista. Buen precio. Una postal bucólica de un país generoso.
Joseph “Joe” Lewis vuela y espera. Espera ese día que su jet de 12 plazas lo deje directo, sin escalas ni curiosos, a unos pocos minutos de su finca en Lago Escondido. Pero le falta algo aún para poder lograrlo. Le falta un aeródromo cerca de su Hidden Lake soñado. Lo que no le falta es algún amigo que intente ayudarlo a cumplir con su anhelo.
Oscar Romera es intendente de El Bolsón. Él casi nunca mira al mundo desde arriba. Lo hace a ras del suelo, mira bajito Romera, por la ventana de su despacho municipal, el mismo donde estuvo a nada de trompear al notero/conductor de CQC, Gonzalo Rodríguez, cuando lo entrevistó –o al menos lo intentó– sobre su intención de mudar el aeródromo de El Bolsón, casualmente, unos kilómetros más cerca de Lago Escondido. Romera provocó un escándalo que debería costarle su cargo y un pico de rating. CQC, gracias al inefable Romera, tuvo un pico de audiencia de 28.2. Gonzalito y el intendente desbocado lograron lo que Mario Pergolini nunca pudo, que Caiga Quien Caiga venciera por amplio margen a Marcelo Tinelli y su ShowMatch.
Está nervioso el intendente. Es que Lewis, “un campeón” según Romera, nunca lo defrauda. Y ahora, tanto ruido, tanto patotero suelto por la comarca andina, hicieron que la pregunta surgiera inevitable: ¿quién está detrás del escándalo? ¿Quién estuvo desde hace años interesado en que se construyera un aeropuerto en la misma zona de El Foyel donde Romera intenta mudar el aeródromo? Casualmente, Lewis. El magnate que gusta de mirar el mundo desde arriba, desde la lista de los más ricos del planeta de la revista Forbes que lo ubica en el puesto 369; gusta, Joe, de mirar sus miles de hectáreas –con lago milenario de 60.000 metros cuadrados y un bosque virgen de alerces de 4.000 años incluidos– desde un Bell 222. Un espectáculo natural imponente que invita a disfrutar a un viejo conocido fiel, que sube cada tanto al helicóptero para pasear, para sentir el vértigo del poder real; y el intendente Romera va.
Gracias, Joe. Es que Romera es un tipo agradecido. A veces, por demás. Este militante radical de 59 años, que va por su segundo matrimonio y su tercer mandato al frente de la intendencia –asumió en 2003 tras ganarle a José Luis Núñez, delfín del entonces gobernador Pablo Verani–, dejó demostrada su lealtad al amigo Joe cuando en marzo último se paró junto a otros laderos en la entrada de la estancia Hidden Lake para echar a una veintena de manifestantes que marchaban contra la extranjerización de la tierra. Hubo golpes. Fue una movilización por “el libre acceso a las costas”, por el libre acceso al lago, de la que participaron militantes de la Central de Trabajadores Argentinos de Neuquén, del Grupo Moreno, del Proyecto Sur, de la Asamblea Comarcal contra el Saqueo de la Comarca Andina y de Programas de LRA 30 Radio Nacional Bariloche, entre otros. El periodista Santiago Rey fue uno de los testigos de lo que define como una “situación muy violenta”. Su colega Leonardo Jalil, de Radio Nacional Bariloche, también estuvo ahí: “Apenas llegamos comenzaron a agredirnos verbalmente, y después apareció gente con palos, de condición social muy humilde. Estaba todo preparado. El intendente Romera daba las órdenes. Era, junto al administrador de la estancia, el capo de la fuerza de choque que habían preparado”. Leer más
Nota relacionada: Hasta el cuello: cerca de 2.500 marcharon en El Bolsón y pidieron la renuncia de Romera
Es el millonario detrás del escándalo de la agresión al programa de TV. Su deseo de un aeropuerto propio sublevó a los vecinos de El Bolsón, pero cuenta con el aval del intendente Romera, quien quiso defender el proyecto por mano propia. Los negocios inmobiliarios.
Por Lucas Cremades y Jorge Repiso
A Joe le gusta mirar el mundo desde arriba. Desde la cima de sus 2.200 millones de dólares. Desde su jet privado, ese que lo trae del calorcito de su residencia de Layford Cays en la isla de Bahamas donde pasa la mayor parte del tiempo, al frío patagónico, allá, cerca de El Bolsón, a no más de 30 kilómetros de esa bella comarca andina, donde vive cuatro meses al año; un paraíso que lo cautivó en 1992 cuando un amigo australiano lo invitó a recorrer sus campos. Cuatro años después, el magnate Joe, sexta fortuna privada británica, se daba un gustito: por sólo ocho millones de dólares de su caja chica sumaba a su emporio unas 12 mil hectáreas de rico suelo rionegrino. Aire puro. Aguas cristalinas. Excelente vista. Buen precio. Una postal bucólica de un país generoso.
Joseph “Joe” Lewis vuela y espera. Espera ese día que su jet de 12 plazas lo deje directo, sin escalas ni curiosos, a unos pocos minutos de su finca en Lago Escondido. Pero le falta algo aún para poder lograrlo. Le falta un aeródromo cerca de su Hidden Lake soñado. Lo que no le falta es algún amigo que intente ayudarlo a cumplir con su anhelo.
Oscar Romera es intendente de El Bolsón. Él casi nunca mira al mundo desde arriba. Lo hace a ras del suelo, mira bajito Romera, por la ventana de su despacho municipal, el mismo donde estuvo a nada de trompear al notero/conductor de CQC, Gonzalo Rodríguez, cuando lo entrevistó –o al menos lo intentó– sobre su intención de mudar el aeródromo de El Bolsón, casualmente, unos kilómetros más cerca de Lago Escondido. Romera provocó un escándalo que debería costarle su cargo y un pico de rating. CQC, gracias al inefable Romera, tuvo un pico de audiencia de 28.2. Gonzalito y el intendente desbocado lograron lo que Mario Pergolini nunca pudo, que Caiga Quien Caiga venciera por amplio margen a Marcelo Tinelli y su ShowMatch.
Está nervioso el intendente. Es que Lewis, “un campeón” según Romera, nunca lo defrauda. Y ahora, tanto ruido, tanto patotero suelto por la comarca andina, hicieron que la pregunta surgiera inevitable: ¿quién está detrás del escándalo? ¿Quién estuvo desde hace años interesado en que se construyera un aeropuerto en la misma zona de El Foyel donde Romera intenta mudar el aeródromo? Casualmente, Lewis. El magnate que gusta de mirar el mundo desde arriba, desde la lista de los más ricos del planeta de la revista Forbes que lo ubica en el puesto 369; gusta, Joe, de mirar sus miles de hectáreas –con lago milenario de 60.000 metros cuadrados y un bosque virgen de alerces de 4.000 años incluidos– desde un Bell 222. Un espectáculo natural imponente que invita a disfrutar a un viejo conocido fiel, que sube cada tanto al helicóptero para pasear, para sentir el vértigo del poder real; y el intendente Romera va.
Gracias, Joe. Es que Romera es un tipo agradecido. A veces, por demás. Este militante radical de 59 años, que va por su segundo matrimonio y su tercer mandato al frente de la intendencia –asumió en 2003 tras ganarle a José Luis Núñez, delfín del entonces gobernador Pablo Verani–, dejó demostrada su lealtad al amigo Joe cuando en marzo último se paró junto a otros laderos en la entrada de la estancia Hidden Lake para echar a una veintena de manifestantes que marchaban contra la extranjerización de la tierra. Hubo golpes. Fue una movilización por “el libre acceso a las costas”, por el libre acceso al lago, de la que participaron militantes de la Central de Trabajadores Argentinos de Neuquén, del Grupo Moreno, del Proyecto Sur, de la Asamblea Comarcal contra el Saqueo de la Comarca Andina y de Programas de LRA 30 Radio Nacional Bariloche, entre otros. El periodista Santiago Rey fue uno de los testigos de lo que define como una “situación muy violenta”. Su colega Leonardo Jalil, de Radio Nacional Bariloche, también estuvo ahí: “Apenas llegamos comenzaron a agredirnos verbalmente, y después apareció gente con palos, de condición social muy humilde. Estaba todo preparado. El intendente Romera daba las órdenes. Era, junto al administrador de la estancia, el capo de la fuerza de choque que habían preparado”. Leer más
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