Por Corina Milán *
Jorge Lanata, en su programa DDT de anoche, después de hablar sobre la situación crítica de la salud en Argentina ante la epidemia de GRIPE A, dijo la frase que titula esta nota: “no hay que tener miedo, porque el miedo baja las defensas”. Tiene razón.
Sin embargo, es difícil no tener miedo cuando nos sentimos vulnerables ante un factor agresivo que puede jaquear nuestra salud y la de la gente que queremos.
Es muy difícil no tener miedo cuando vemos que sube el número de muertos, pero no el de medidas paliativas estatales.
Es muy difícil no tener miedo cuando somos docentes y trabajamos amontonados en aulas llenas de chicos mientras los virus circulan invisiblemente.
Es muy difícil no tener miedo cuando nuestros hijos deben estar en esas aulas o salitas de jardín, mientras nosotros trabajamos.
Es muy difícil no tener miedo cuando el sistema de salud colapsa y corre atrás del problema porque no hay estrategias de contención eficientes.
Es muy difícil no tener miedo cuando tenemos familiares o amigos médicos que sabemos están arriesgando la vida en una tarea titánica y caótica.
Es muy difícil no tener miedo cuando los que deciden sobre el destino de la salud y de la educación arguyen razones burocráticas y números falaces para no tomar las medidas que apremian.
Es muy difícil no tener miedo cuando vemos que los funcionarios que deberían estar al frente de la crisis siguen haciendo jugadas de posicionamiento electoralista (el gobernador de BA reuniéndose con líderes peronistas para decidir puestos; el de Chubut, a 2000 km. apareciendo en programas televisivos de BA para hablar sobre sus proezas y criticar a todos sus ex-aliados)
Es muy difícil no tener miedo cuando hay que pelear para que los representantes hagan lo básico: escuchar y proteger a la población que les permitió estar donde están.
Es muy difícil no tener miedo cuando nos sentimos como Casandra, viviendo un destino de pesadilla, mientras los que lo guían demuestran un total desconocimiento del camino.
Es muy difícil no tener las defensas bajas. Crucemos los dedos (embadurnados en alcohol, por supuesto), pero no dejemos de pelearla.
* D.N.I. 24.021.935
[1] Mientras escribo esto, lo escucho en el programa de Leuco: LE DOY MI PALABRA en el Canal 26.
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El ministro coordinador de gabinete acaba de anunciar el adelantamiento del receso en la provincia porque el pueblo lo pide. Qué bueno si en otros temas también escucharan al pueblo. Es una buena decisión. Mientras tanto..., en la Universidad están más preocupados por dar clase y cumplir con el calendario que en proteger la salud de los alumnos y de los docentes... por eso, así nos va...
adelantan las clases por plaga de hipocondria....
como me gusta esa frasee
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