lunes, agosto 03, 2009

“El fiscal del Chubut que no atiende a los pobres”


Por Bernardita Bielsa *

LA RUTA DE LOS MÁRTIRES

¡Justo ese lugar! ¡A esa hora de la madrugada!

Nadie por aquí. Nadie por allá.

Esta vez fue el km 4,100 de la nefasta ruta provincial 16, y parece ser que nadie pudo evitar la tragedia. Ni los incontables lomos de burro que fueron puestos como reguladores de velocidad, ni los precarios semáforos de aquel entonces, ni las intensas campañas y advertencias de los vecinos del Paraje.

Como quien trata de sacarse rápidamente el peso del muerto de encima, resulta ser que ahora la culpa de todo la tuvieran los que acuden a la fiesta y “el” Aromo. Como si para los pobladores ir de baile con sus mujeres y sus hijos fuera una nueva forma de delito, cuyo escarmiento ocurre a la salida misma del local. Con la facilidad con que culpa a los pobladores y a la bailanta como única causal del atropello, se desliga de toda responsabilidad a la policía, como si dichos vigilantes estuvieran pintados, fueran de cartón, o muñecos de cera o torta.

NO SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE

No sólo de pan vive el hombre humilde. La fatalidad se suma a la inoperancia de un sistema judicial (jueces y fiscales) que se despreocupan del dolor ajeno, que no atienden ni les interesa nada de los pobres, que sólo miran los números que marcan en el reloj la rutina de su trabajo, y los que aparecen en el cajero automático cuando llega fin de mes y cobran su bien merecido salario.

Nada, absolutamente nada nuevo. Una historia repetida hasta el cansancio. El MALDITO PODER Y LA MALDITA POLICÍA DEL CHUBUT AMPARANDO OTRA VEZ A UN CRIMINAL (seguramente alguno de sus serviles EM-PELADOS, perdón, EMPLEADOS), a los que no les afecta la vida del otro ya muerto, sino salvar su propio pellejo, por ahora ileso, sin un solo rasguño, ni un rastro de culpabilidad que lo atormente. Un aprendiz de sicario que ni quiso ser tal pero se convirtió en prófugo, sin importarle si lo que había quedado muerto allí era un caballo, un padre de familia, un amigo, o un perro.

Muy complacientes y conocedores de las leyes de la física cuántica, nada en el ejido de Lago Puelo es azaroso. Una vez más la MAQUINARIA ASESINA DEL CHUBUT funcionando con la perfección y el deleite de un Rolex suizo, inmutables ellos frente al dolor y las lágrimas de los que piden JUSTICIA por uno de los suyos. Esclarecimiento. DAR CON EL VERDUGO. Lo de siempre. Parecería hasta inevitable, pero aquí y ahora no lo es. Las leyes, los funcionarios amigos, y los tiempos, los mismos personajes de siempre, los manejan a su placer y antojo.

NOCHE DE PERROS

La madrugada del domingo 30 apagó la llama de un humilde caminante y poblador de la cordillera, esa que apura el fuego cuando nieva, o la que tira el carro cargado de bueyes y de leña húmeda del invierno. Esta vez te tocó a vos Víctor. Te colgaron el cartelito y así como así, te dejaron tirado en la ruta que tanto conocías, no te asistieron como debería haber sido, ingresaste a una morgue judicial sin vida, y ¡se nos ha obligado a guardar tu sonrisa en el maldito cajón de los recuerdos!

Solos nos hemos quedado sin vos bajo el cielo gris de esta primavera, las flores sin cuajar por culpa de tanta lluvia, y los rastros frescos del “lion” volviendo a su guarida en el cañadón de El Lindo.

No sabemos ni nos imaginamos quién será el atrevido que habrá de apagar tu radio y la luz que aún está prendida en tu casita de la montaña, o pondrá a resguardo tus botas, las que dejabas afuera apoyadas en dos palos para que se secaran y que esperan la vuelta de su dueño. Tu gran amigo y yo sin saber porque y antes de que ocurriera todo esto, habíamos desatado y liberado a tu perro. Seguramente andará buscándote por allí, tan perdido y triste como estamos todos nosotros hoy sin tu silenciosa presencia.

EL PEDIDO QUE ES UNA ROGATIVA

Alejandro Víctor Cruz era un hombre humilde, fiel amigo, buen padre y compañero. Peregrino a cualquier hora, de picadas y caminos de montaña. Peón rural, y matero sencillo como todos los de su linaje. El destino quiso que viviera los últimos meses de su vida, allí, al otro lado del Azul, donde había nacido y se había criado. Su tan extrañado lugar con olores y recuerdos de la infancia, de tardes largas y nevadas tortas fritas. Y ahora, a sus 47 habrá vuelto al regazo de su madre querida, como niño recién nacido buscando el pecho.

Hoy más que nunca familiares, amigos y vecinos solidarios aún conmovidos por la muerte de Víctor venimos a decir que NO OLVIDAMOS, que no nos dejamos abatir por la ineficacia del sistema judicial del Chubut.

Y con la humildad de la que era dueño y con la dignidad con la que vivió toda su vida, es que venimos a pedir que de manera urgente se investigue, se encuentre al asesino y se lo ponga a disposición de la justicia.

* DNI 13.057.402

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Anónimo dijo...

bernardita: debiaras dar el nombre del verdugo! del fiscal! etc. para que no se repita del todo la historia... no los encubras...

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