Por José Fernando Nuño *
Terminó el juicio oral de la Megacausa y el 3 de septiembre se reanuda nada más que para oír las últimas palabras de los imputados, que es un mero formalismo, es como la última cena del reo, en palabras: ¿qué va a decir?.
Pero casi un año de juicio oral que los defensores han reiterado que es nulo, entonces para qué se hizo. El canal estatal 7 no transmitió la última jornada y en las anteriores hizo cortes, porque los defensores pasaban gráficos o fotografías de acontecimientos en los que estuvieron, caso las lanchas de los Fernándes, Menem, Maestro, Das Neves, el periodista Carlos Di Filippo o sea el tiempo los cambió o los hizo cambiar, ahora archienemigos, algunos, del Grupo, en aquel momento lo adulaban, como Das Neves a Menem.
Algunos abogados y también algunos imputados, van a extrañar, paradójicamente el juzgamiento, la prensa, la televisión, la mediatización que tuvieron, incluyendo los jueces, que van a pasar a la Historia por haber fallado la Megacausa, el más largo y quizás el más inútil de los juicios, por lo que se vio, parecería que falta un pedazo grande de verdad, de certeza, es decir, cuando una causa se inicia mal o se instruye mal a propósito, deja jirones en el camino, que jamás se recuperan.
Deberían haber venido a testimoniar o declarar responsables ausentes, manipuladores o ejecutores desde las tinieblas del juicio escrito o mixto, el ex juez Ricardo Basílica, el ex procurador Eduardo Samamé, la fiscal Alicia Vilaseca, la ex fiscal Ana Casajús, el ahora ministro de la Corte provincial Rebagliati, porque la impulsó y luego lo premiaron con una cargo en la Sala Penal del STJ, personas de las que no dudo de su buen nombre y honor, pero con las cual, al menos sentados en la sala, hubieran contado alguna motivación, secreto, quien fue el que tiró la primera premia de tal extraña investigación. Si todo o algo se anula como se viene pidiendo desde hace años, Salomón habrá hecho justicia, en Portela, Anguiano (una gran esperanza viviente de imparcialidad) y Servent. Leer más
Terminó el juicio oral de la Megacausa y el 3 de septiembre se reanuda nada más que para oír las últimas palabras de los imputados, que es un mero formalismo, es como la última cena del reo, en palabras: ¿qué va a decir?.
Pero casi un año de juicio oral que los defensores han reiterado que es nulo, entonces para qué se hizo. El canal estatal 7 no transmitió la última jornada y en las anteriores hizo cortes, porque los defensores pasaban gráficos o fotografías de acontecimientos en los que estuvieron, caso las lanchas de los Fernándes, Menem, Maestro, Das Neves, el periodista Carlos Di Filippo o sea el tiempo los cambió o los hizo cambiar, ahora archienemigos, algunos, del Grupo, en aquel momento lo adulaban, como Das Neves a Menem.
Algunos abogados y también algunos imputados, van a extrañar, paradójicamente el juzgamiento, la prensa, la televisión, la mediatización que tuvieron, incluyendo los jueces, que van a pasar a la Historia por haber fallado la Megacausa, el más largo y quizás el más inútil de los juicios, por lo que se vio, parecería que falta un pedazo grande de verdad, de certeza, es decir, cuando una causa se inicia mal o se instruye mal a propósito, deja jirones en el camino, que jamás se recuperan.
Deberían haber venido a testimoniar o declarar responsables ausentes, manipuladores o ejecutores desde las tinieblas del juicio escrito o mixto, el ex juez Ricardo Basílica, el ex procurador Eduardo Samamé, la fiscal Alicia Vilaseca, la ex fiscal Ana Casajús, el ahora ministro de la Corte provincial Rebagliati, porque la impulsó y luego lo premiaron con una cargo en la Sala Penal del STJ, personas de las que no dudo de su buen nombre y honor, pero con las cual, al menos sentados en la sala, hubieran contado alguna motivación, secreto, quien fue el que tiró la primera premia de tal extraña investigación. Si todo o algo se anula como se viene pidiendo desde hace años, Salomón habrá hecho justicia, en Portela, Anguiano (una gran esperanza viviente de imparcialidad) y Servent. Leer más
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