Por Heraldo Ruddy González *
“La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño”. Nietzsche
A medida que sumo años intento recuperar la niñez y entre mis evocaciones más gratas figura el “Circo” y espectáculos similares.
Tuve la suerte de que mi padre fuese un hábil carpintero, en mi natal Bahía Blanca, por lo que fue contratado a prestar sus servicios por quien administraba el “Salón de los Deportes”, donde se realizaban espectáculos boxísticos complementándose con bailes de disfraz en carnavales y también de “lucha libre” donde belicosos como, el “Hombre Montaña”, “Roca” o Karadajian, por citar los que recuerdo como acérrimos rivales definían sobre el ring sus cualidades (prepotencia, soberbia u humildad) y/o diferencias personales en encarnizados combates, apoyándolos para continuar con sus “principios éticos sociales” o defenestrándolos masificando sus errores o historias nos “involucraban” y “los elegíamos”.
Como dije mi padre realizaba “changuitas” en ese “Salón”, y dada su habilidad para trabajar la madera y bastante prestigio adquirido allí, el Sr. Simonetti, que si mal no recuerdo se llamaba el Empresario, lo contrato para dar mas realismo a los despiadados combates.
Así fue que, comenzada la riña y pasados algunos fieros combates preliminares cuando se median los más aclamados “gladiadores-titánicos”, al luchar sobre las cuerdas cercanas a un rincón del cuadrilátero, zas…se rompía, a causa del ímpetu de la despiadada disputa el poste esquinero se quebraba y por consiguiente debía suspenderse el combate generando la angustia en los espectadores, entonces, el habilidoso árbitro a viva voz inquiría: “no habrá entre el distinguido público alguien que pueda reparar el poste esquinero” y allí “mi viejo”, levantaba la mano, (me decía espérame vuelvo pronto) y tomado la valijita de herramientas, con taladro, serrucho y algunos materiales que “tenía preparados” reparaba inmediatamente la rotura, que había sido programada meticulosamente para dar mas realismo al combate, preparando el escenario del circo.
Así se hacían los “tongos” y no obstante saber la farsa, disfrutaba siendo niño del espectáculo.
Hoy con menos pelos y mas arrugas, veo por “TV color” encarnizadas reyertas verbales de políticos que defienden sus prestigios y gestiones avalados y/o defenestrados, por la democrática parcialidad de los ciudadanos que los apoyo y/o desaprobó con su voto y también recuerdo una sentencia que dice: “en política la única verdad es la mentira” y me atrevo a extender con conocimiento de causa,...”y siempre se arreglan con tongo”
Desde mi añorada niñez contemplo con madurez, los espectáculos que nos ofrece hoy la TV y posiblemente debería agradecer la revalorización del circo que cautivo mi infancia. Aunque reflexionando mas profundamente comparando lo que veo, me parecería conveniente conservar algo de pudor, vergüenza y decencia en algunos argumentos y debates y si esto no es posible como presumo, por compromisos adquiridos, pasarlos en horario de protección al menor,
¿Me apoya en esta campaña “comarcal y nacional” de protección infantil?
* L.E. 5.471.578
Trelew, Chubut, 14/08/09
Publicado en Diario “El Chubut”, el 19/08/09-“Regional” Pág.: 19
“La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño”. Nietzsche
A medida que sumo años intento recuperar la niñez y entre mis evocaciones más gratas figura el “Circo” y espectáculos similares.
Tuve la suerte de que mi padre fuese un hábil carpintero, en mi natal Bahía Blanca, por lo que fue contratado a prestar sus servicios por quien administraba el “Salón de los Deportes”, donde se realizaban espectáculos boxísticos complementándose con bailes de disfraz en carnavales y también de “lucha libre” donde belicosos como, el “Hombre Montaña”, “Roca” o Karadajian, por citar los que recuerdo como acérrimos rivales definían sobre el ring sus cualidades (prepotencia, soberbia u humildad) y/o diferencias personales en encarnizados combates, apoyándolos para continuar con sus “principios éticos sociales” o defenestrándolos masificando sus errores o historias nos “involucraban” y “los elegíamos”.
Como dije mi padre realizaba “changuitas” en ese “Salón”, y dada su habilidad para trabajar la madera y bastante prestigio adquirido allí, el Sr. Simonetti, que si mal no recuerdo se llamaba el Empresario, lo contrato para dar mas realismo a los despiadados combates.
Así fue que, comenzada la riña y pasados algunos fieros combates preliminares cuando se median los más aclamados “gladiadores-titánicos”, al luchar sobre las cuerdas cercanas a un rincón del cuadrilátero, zas…se rompía, a causa del ímpetu de la despiadada disputa el poste esquinero se quebraba y por consiguiente debía suspenderse el combate generando la angustia en los espectadores, entonces, el habilidoso árbitro a viva voz inquiría: “no habrá entre el distinguido público alguien que pueda reparar el poste esquinero” y allí “mi viejo”, levantaba la mano, (me decía espérame vuelvo pronto) y tomado la valijita de herramientas, con taladro, serrucho y algunos materiales que “tenía preparados” reparaba inmediatamente la rotura, que había sido programada meticulosamente para dar mas realismo al combate, preparando el escenario del circo.
Así se hacían los “tongos” y no obstante saber la farsa, disfrutaba siendo niño del espectáculo.
Hoy con menos pelos y mas arrugas, veo por “TV color” encarnizadas reyertas verbales de políticos que defienden sus prestigios y gestiones avalados y/o defenestrados, por la democrática parcialidad de los ciudadanos que los apoyo y/o desaprobó con su voto y también recuerdo una sentencia que dice: “en política la única verdad es la mentira” y me atrevo a extender con conocimiento de causa,...”y siempre se arreglan con tongo”
Desde mi añorada niñez contemplo con madurez, los espectáculos que nos ofrece hoy la TV y posiblemente debería agradecer la revalorización del circo que cautivo mi infancia. Aunque reflexionando mas profundamente comparando lo que veo, me parecería conveniente conservar algo de pudor, vergüenza y decencia en algunos argumentos y debates y si esto no es posible como presumo, por compromisos adquiridos, pasarlos en horario de protección al menor,
¿Me apoya en esta campaña “comarcal y nacional” de protección infantil?
* L.E. 5.471.578
Trelew, Chubut, 14/08/09
Publicado en Diario “El Chubut”, el 19/08/09-“Regional” Pág.: 19
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