Por Bernardita Bielsa *
TIERRA DE NADIE
Otra vez como tantas otras veces. Alguien que maneja su auto a toda velocidad imprudentemente, y ocasiona el accidente. Una víctima atropellada en “la” 16. La ambulancia del hospital que tarda ¿media hora? en aparecer. Un conductor asesino que no sólo escapa, huye, sino que se refugia en las polleras del Poder y elude la justicia. El automovilista por ahora sin nombre ni apellido, habrá tenido tiempo de sobra (de tres a seis, máximo doce horas reloj) para sacarse de encima aquello que pudiera delatar su propia borrachera, para que el alcohol que tenía en su sangre no dejara rastros que pudieran ser detectados en un sencillo análisis de orina, perdiéndose definitivamente la prueba clave del delito.
Como parte de la macabra estrategia de encubrimiento, apuran la autopsia para así justificar que el lugareño muerto estaba ebrio, y algún dato de importancia que compromete seriamente al conductor, no será agregado a la investigación. Una lamentable actuación policial es escrita con faltas de ortografía y tendrá dudosas inferencias. Imposible casi armar un rompecabezas con los pocos elementos del rodado que han quedado desparramados sobre la ruta, para dar con el automóvil y su dueño, que como armas letales se movían velozmente en la cinta asfáltica, y para el cual de nada sirvieron los frenos. Los peritos que vendrán luego dictaminarán las mismas fórmulas matemáticas, cuyos resultados irán a favor del verdugo y en contra del difunto.
Y la plata ¡el dinero! que no alcanza para pagar el traslado del cuerpo desde Esquel. Familiares, amigos, y vecinos solidarizados debiendo esperar un cadáver que no llega, para luego desplazarse más de 40 km con su dolor a cuestas y recién salidos del cementerio, y así reunirse como pueden bajo el frío y la lluvia que acompaña a la pobre gente en las afueras de la comisaría, y entregar el petitorio firmado por más de cien personas.
Las formalidades de una copia con sello como única constancia de haber pasado por una fría mesa de entrada. El manuscrito redactado, hecho de puño y letra, habrá de ser cajoneado en el escritorio de alguna remota y distante oficina, para caer finalmente en el olvido.
Un segundo comisario dando la cara y hablando bonito, tratando de disuadir cualquier palabra que ponga en duda la actuación del fiscal de turno.
El intendente del municipio que mira el trasero de la que no es su mujer, toma café, y se ríe graciosamente como si nada hubiera pasado.
El abogado racista de ese mismo municipio pone en funcionamiento los servicios de inteligencia regionales, para identificar a todos y cada uno de quienes han firmado lo que fuera entregado en la policía.
Incontables llamadas entre los unos y los otros a tempranas horas de un día domingo de descanso (según lo marca su propia liturgia cristiana), y que no logra apaciguar los ánimos de casi nadie.
Y para cerrar el combo, un funcionario público que tiene a su cargo la investigación, irresponsablemente no se presenta en el lugar del hecho, no atiende a los familiares, ni les da contención ni explicaciones como es debido y como corresponde en estas lamentables circunstancias. Leer más
* DNI 13.057.402
TIERRA DE NADIE
Otra vez como tantas otras veces. Alguien que maneja su auto a toda velocidad imprudentemente, y ocasiona el accidente. Una víctima atropellada en “la” 16. La ambulancia del hospital que tarda ¿media hora? en aparecer. Un conductor asesino que no sólo escapa, huye, sino que se refugia en las polleras del Poder y elude la justicia. El automovilista por ahora sin nombre ni apellido, habrá tenido tiempo de sobra (de tres a seis, máximo doce horas reloj) para sacarse de encima aquello que pudiera delatar su propia borrachera, para que el alcohol que tenía en su sangre no dejara rastros que pudieran ser detectados en un sencillo análisis de orina, perdiéndose definitivamente la prueba clave del delito.
Como parte de la macabra estrategia de encubrimiento, apuran la autopsia para así justificar que el lugareño muerto estaba ebrio, y algún dato de importancia que compromete seriamente al conductor, no será agregado a la investigación. Una lamentable actuación policial es escrita con faltas de ortografía y tendrá dudosas inferencias. Imposible casi armar un rompecabezas con los pocos elementos del rodado que han quedado desparramados sobre la ruta, para dar con el automóvil y su dueño, que como armas letales se movían velozmente en la cinta asfáltica, y para el cual de nada sirvieron los frenos. Los peritos que vendrán luego dictaminarán las mismas fórmulas matemáticas, cuyos resultados irán a favor del verdugo y en contra del difunto.
Y la plata ¡el dinero! que no alcanza para pagar el traslado del cuerpo desde Esquel. Familiares, amigos, y vecinos solidarizados debiendo esperar un cadáver que no llega, para luego desplazarse más de 40 km con su dolor a cuestas y recién salidos del cementerio, y así reunirse como pueden bajo el frío y la lluvia que acompaña a la pobre gente en las afueras de la comisaría, y entregar el petitorio firmado por más de cien personas.
Las formalidades de una copia con sello como única constancia de haber pasado por una fría mesa de entrada. El manuscrito redactado, hecho de puño y letra, habrá de ser cajoneado en el escritorio de alguna remota y distante oficina, para caer finalmente en el olvido.
Un segundo comisario dando la cara y hablando bonito, tratando de disuadir cualquier palabra que ponga en duda la actuación del fiscal de turno.
El intendente del municipio que mira el trasero de la que no es su mujer, toma café, y se ríe graciosamente como si nada hubiera pasado.
El abogado racista de ese mismo municipio pone en funcionamiento los servicios de inteligencia regionales, para identificar a todos y cada uno de quienes han firmado lo que fuera entregado en la policía.
Incontables llamadas entre los unos y los otros a tempranas horas de un día domingo de descanso (según lo marca su propia liturgia cristiana), y que no logra apaciguar los ánimos de casi nadie.
Y para cerrar el combo, un funcionario público que tiene a su cargo la investigación, irresponsablemente no se presenta en el lugar del hecho, no atiende a los familiares, ni les da contención ni explicaciones como es debido y como corresponde en estas lamentables circunstancias. Leer más
* DNI 13.057.402
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Hola al leer esto, ma sigue causando dolor y mucha impotencia, tambien se que es culpa de nosotros, tenemos que hacer un mea culpa, y aceptar que esto pasa porque nosotros no hacemos nada.
Tenemos que entender que el la union del pueblo tiene mucho mas poder que esos titere de trapo que estan gobernando, que ni siquiera saben escribir y mucho menos hablar correctamente, si no hechen un vistaso por los que estan en transito de la Municipalidad de Lago Puelo, Secretario del Intendente, Secretaria, que parecenel Programa de RIAL o el de VIVIANA CANOSA.
El dia que nosotros los habitantes de Lago Puelo digamos Basta Y comencemos a Hacer algo, recien ahi esto se va a terminar.
El autor del Accidente que dejo abandonado al vecino se llama "PELADO BACHAMAN" es la mano derecha y puntero politico del Intendente Ivan Fernandez. Saquen sus propias concluciones.
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