martes, septiembre 15, 2009

“La vieja ley en vigencia de los militares versus el proyecto de ley de la democracia”


Por Abla Carballo *

La oposición política reacciona con prejuicio y desmesura ante el proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y respaldan a los monopolios –los grandes medios de nuestro país- para que no salga. Defendiendo con argumentos a veces mentirosos y muchas otras utilitarios, con la complicidad de las telefónicas, una ley vieja de la dictadura militar.

El periodismo, al que se denominó el Cuarto Poder por su condición de formar opinión política, aunque vivimos en medio de la tergiversación por falta de rigurosidad, seriedad e intereses debido a la voracidad de poder de las empresas periodísticas, lo que hace es borrar su misión cuando se pone al servicio de pretextos y ambigüedades de esos patrones.

Además de proteger la continuidad de una ley de la dictadura militar genocida, estos profesionales y sus medios han adquirido gran notoriedad en las últimas décadas, pero no ennoblecen su labor. La van farandulizando, al punto que, a veces, se parece al oficio más antigüo del mundo.

La liviandad, los disparates, la irrespetuosidad que muestran las pantallas de televisión donde se juzga, se sanciona con impunidad, no se cuida a la niñez ni a nadie, es basura que brinda la “mass media” al pueblo. Es una manera de introducir al público en un mundo irreal, asimétrico, que dicta pautas de conductas incompatibles con la solución de los verdaderos problemas, aprovechado deliberadamente por los factores de poder económico.

Este poder monopólico, concentrado y globalizado, manifestó su pensamiento –una vez más- en la declaración de la Asociación empresaria Argentina (AEA), al afirmar que, “debe evitarse toda acción o medida que debilite económicamente a las empresas periodísticas independientes. La libertad de elegir entre la amplia oferta de medios periodísticos existente en la Argentina es potestad exclusiva de los ciudadanos y no debe ser distorsionada por medio de regulaciones o medidas de gobierno”.

¿Quién no sabe que “empresa periodística independiente” es una falsedad? ¿Quién desconoce que esas empresas monopólicas, impiden que otros sectores, sin fines de ganancia empresarial, participen en la comunicación y el periodismo? Y, ¿están informados los argentinos que la “amplia oferta de medios periodísticos” se reduce a cuatro monopolios de multimedios?

En todo caso el rechazo al proyecto de ley, que para el tema es avaricia de varios calibres, sigue sometiendo las normas a su utilidad.

Mientras y porque “todo poder es deber” especialmente de los ´representantes del pueblo´, ocupen el lugar que ocupen por el mandato popular, por el sólo hecho de ser oposición, reboten un proyecto de la democracia son funcionales a los monopolios empresariales y a una ley de la dictadura, (como tantas otras) aún en el disentimiento, lícito y respetable, para modificar y/o mejorarlo si no expresan la verdad.

La incultura que muestran numerosos legisladores, dirigentes y personalidades sociales, invitados a debatir el proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual es incompatible con las ´promesas´ electoralistas. Ponen en descubierto sus falsedades ideológicas y la intencionalidad lesiva a los verdaderos intereses de los argentinos.-

* DNI 4159560

Nota relacionada: Ley de Medios: aportes de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) a la discusión

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