Por Abla Carballo *
Con numerosas modificaciones, en la cámara de diputados lograron la media sanción del proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Es probable que el 7 de octubre se trate en la cámara de senadores el segundo trámite parlamentario, para definir dicho proyecto de ley.
Mientras el sector por el NO reclama, ahora a los senadores, que … “no convaliden este gobierno fascista que avasalla la libertad de expresión y el pluralismo. Espero que no nos defrauden. Espero que esté Cobos, en caso de empate y para administrar el reglamento” (M. Macri).
El proceso de globalización, con sus poderosos efectos desnacionalizantes y sus apremios, controlado por grandes multinacionales además por los centros del poder mundial ponen a la Argentina, como al resto de los países suramericanos, con pocas posibilidades de realizar su propio destino. Si bien el éxito para ser autónomos en este siglo, sería efectivo si se basara en una visión compartida. No sólo en nuestro país que afronta, hace demasiados años, una crisis grave que inició un proceso de disgregación, atomización y disolución de las instituciones y de las organizaciones políticas, sociales y productivas, a punto tal que las capas dirigentes sufren de agudo escepticismo y desconfianza (que impregna la opinión pública que impregna sentimiento de resignación a la dependencia, la pobreza y la debilidad) respecto de la viabilidad de preservar los aspectos formales de la soberanía en democracia; si renuncian sin análisis objetivo y aspiran solamente a liderazgos de sectores dominantes, actuando como si fueran el ombligo del mundo sin tener en cuenta las reales situaciones que acarrea, por ejemplo, la pobreza, aceleran el espacio de permisividad internacional.
La posibilidad de la Argentina como una nación independiente, con realización de justicia social, con posesión de un sistema productivo que distribuya riquezas y bienestar a toda la comunidad, de la afirmación y desarrollo de su cultura, sería factible si tuviera la convicción de acometer la cuestión como colonia –ni siquiera ya como país dependiente exógenamente y endógenamente- , o como una Nación soberana.
Reconstruir el sistema productivo y permitir que todos los argentinos puedan invitarse al esfuerzo por ejercer el derecho a trabajar, recuperar la autoridad de sus instituciones, devolver el prestigio a la institución familiar, entre tantos aspectos que hacen a la subsistencia del pueblo como tal, devolverá y otorgará no sólo la autoridad necesaria sino derrotará la ausencia de militancia, descreimiento, escepticismo e irreverencia. Manifestada por la desdignificación del trabajo al convertirlo en el elemento más barato, agraviando de ese modo el valor mismo de la vida humana.
Las organizaciones libres del pueblo y en particular las gremiales, sistemáticamente atacadas que deben defender palmo a palmo y cotidianamente la resolución para las que fueron creadas. Las instituciones y los poderes del Estado reducidos a aparatos insensibles, domados para meros administradores de la miseria ante los reclamos de sus mandantes, es lo que permite preguntar si se trata de libertad o comodidad. Parece obvia.
Sin embargo, desde la concepción teológica COMODIDAD es dar fe, esperanza, caridad así el mundo sería un paraíso. Sólo que ésa es la clase de COMO DI, DA, desde alguna fe religiosa. Pero también de toda persona de bien.
Por su parte la LIBERTAD que permite a cualquier ser humano decidir si quiere o no hacer algo, ´vivir su vida´, también lo hace responsable de sus actos. Claro que si no cumple con su responsabilidad estaría transitando el libertinaje.
Quizás por ello ante la pregunta, sería importante analizar a los que les compete (la dirigencia) que piden, pidieron y quisieron esa responsabilidad, que consideren, razonen sobre la base de consenso e interés beneficioso para las mayorías, digo el pueblo, los ciudadanos sean del color que fueren.
“…Libertad cuando te vas te llevas mi sangre corriendo detrás”.-
* DNI 4159560
Con numerosas modificaciones, en la cámara de diputados lograron la media sanción del proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Es probable que el 7 de octubre se trate en la cámara de senadores el segundo trámite parlamentario, para definir dicho proyecto de ley.
Mientras el sector por el NO reclama, ahora a los senadores, que … “no convaliden este gobierno fascista que avasalla la libertad de expresión y el pluralismo. Espero que no nos defrauden. Espero que esté Cobos, en caso de empate y para administrar el reglamento” (M. Macri).
El proceso de globalización, con sus poderosos efectos desnacionalizantes y sus apremios, controlado por grandes multinacionales además por los centros del poder mundial ponen a la Argentina, como al resto de los países suramericanos, con pocas posibilidades de realizar su propio destino. Si bien el éxito para ser autónomos en este siglo, sería efectivo si se basara en una visión compartida. No sólo en nuestro país que afronta, hace demasiados años, una crisis grave que inició un proceso de disgregación, atomización y disolución de las instituciones y de las organizaciones políticas, sociales y productivas, a punto tal que las capas dirigentes sufren de agudo escepticismo y desconfianza (que impregna la opinión pública que impregna sentimiento de resignación a la dependencia, la pobreza y la debilidad) respecto de la viabilidad de preservar los aspectos formales de la soberanía en democracia; si renuncian sin análisis objetivo y aspiran solamente a liderazgos de sectores dominantes, actuando como si fueran el ombligo del mundo sin tener en cuenta las reales situaciones que acarrea, por ejemplo, la pobreza, aceleran el espacio de permisividad internacional.
La posibilidad de la Argentina como una nación independiente, con realización de justicia social, con posesión de un sistema productivo que distribuya riquezas y bienestar a toda la comunidad, de la afirmación y desarrollo de su cultura, sería factible si tuviera la convicción de acometer la cuestión como colonia –ni siquiera ya como país dependiente exógenamente y endógenamente- , o como una Nación soberana.
Reconstruir el sistema productivo y permitir que todos los argentinos puedan invitarse al esfuerzo por ejercer el derecho a trabajar, recuperar la autoridad de sus instituciones, devolver el prestigio a la institución familiar, entre tantos aspectos que hacen a la subsistencia del pueblo como tal, devolverá y otorgará no sólo la autoridad necesaria sino derrotará la ausencia de militancia, descreimiento, escepticismo e irreverencia. Manifestada por la desdignificación del trabajo al convertirlo en el elemento más barato, agraviando de ese modo el valor mismo de la vida humana.
Las organizaciones libres del pueblo y en particular las gremiales, sistemáticamente atacadas que deben defender palmo a palmo y cotidianamente la resolución para las que fueron creadas. Las instituciones y los poderes del Estado reducidos a aparatos insensibles, domados para meros administradores de la miseria ante los reclamos de sus mandantes, es lo que permite preguntar si se trata de libertad o comodidad. Parece obvia.
Sin embargo, desde la concepción teológica COMODIDAD es dar fe, esperanza, caridad así el mundo sería un paraíso. Sólo que ésa es la clase de COMO DI, DA, desde alguna fe religiosa. Pero también de toda persona de bien.
Por su parte la LIBERTAD que permite a cualquier ser humano decidir si quiere o no hacer algo, ´vivir su vida´, también lo hace responsable de sus actos. Claro que si no cumple con su responsabilidad estaría transitando el libertinaje.
Quizás por ello ante la pregunta, sería importante analizar a los que les compete (la dirigencia) que piden, pidieron y quisieron esa responsabilidad, que consideren, razonen sobre la base de consenso e interés beneficioso para las mayorías, digo el pueblo, los ciudadanos sean del color que fueren.
“…Libertad cuando te vas te llevas mi sangre corriendo detrás”.-
* DNI 4159560
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