Por Centro Fuente Buena
Sábado 19 de Septiembre, a las 14:30- a cargo de Valerie O'Farrell
Los mandalas son dibujos de diferentes colores realizados en una forma circular que representan el universo de cada persona. Su creación tiene efectos positivos: sirven para el autoconocimiento, ayudan a la relajación, elevan la autoestima y disminuyen la violencia. Originados en la India, su uso se extendió a diferentes países del mundo. En Rosario una maestra de plástica los utiliza en clase no sólo para introducirlos a los chicos en el mundo del arte sino también para mejorar la conducta.
La profesora María del Carmen Centenaro, más conocida como Macar, comprobó en la escuela Nº 614 República Nicaragua que son una herramienta muy útil para neutralizar la agresividad. Ya hace cerca de tres años que emplea esta técnica en las aulas de esta escuela y también la puso en práctica en el Complejo Alberdi.
La creación de mandalas marcó un antes y un después en el aula. "En un grupo mixto de alumnos de entre 10 y 15 años, algunos se resistían a trabajar, no querían entrar al salón, se pegaban entre ellos, le rompían la hoja al compañero y se tiraban con los fibrones", cuenta.
Frente a la propuesta artística la profesora recuerda que los chicos empezaron a mostrar interés, les gustaba y además se sentían contenidos. Y las anécdotas brotan: "había un niño toba que no quería hacer nada, no hablaba, y a partir de la pintura pudo ser más comunicativo", relata la profesora de plástica. La conexión del niño con la técnica surgió en una clase cuando la docente repartió fotocopias con imágenes de mandalas de todas las culturas y él eligió una vinculada a sus tradiciones. "Pintó la figura, estuvo sentado y trabajó en forma aplicada", recuerda.
Efectos positivos
Los efectos positivos sobre los chicos no se hicieron esperar. "Querían entrar al salón, trabajar y ponían esmero en terminar las pinturas. Además ya no se pegaban entre ellos, ni rompían los trabajos. Mostraban entusiasmo por la tarea", dice Centenaro.
Otro de los beneficios fue el aumento de la autoestima, en especial cuando los chicos se mostraban satisfechos con sus trabajos. Luego de terminado el trabajo, todos son colgados en el salón y se habla acerca de ellos, sin juicios de valor. Lo que más se valora es el proceso y no el resultado.
Mediante los mandalas, Centenaro también buscó incentivar la solidaridad. "Al alumno que terminaba primero, le sugería que ayudara al compañero, siempre con su permiso", cuenta la profesora.
Ella se propuso que todas estas ventajas trascendieran el aula. Y lo logró. Porque hubo alumnos que comenzaron a regalar los trabajos a su familia y otros pedían fotocopias de mandalas para que los hermanos pudieran pintarlos.
Jung reconoce que mirar, pintar y/o dibujar Mandalas es una terapia muy efectiva frente a muchas enfermedades físicas o psíquicas. Él comenzó a dibujarlos en una etapa de crisis de su vida, cuando se separó de su colega y amigo S. Freud.
Cada mañana pintaba una y otra vez formas circulares que eran un reflejo de su estado psíquico. Durante este proceso creativo y curativo, fue confirmando que la pintura calmaba su inquietud interior, curaba sus heridas y lo ayudaba a retornar a su propio centro.
Los numerosos dibujos realizados durante ese período crítico de su vida, con sus formas, colores y puntos centrales muestran el proceso de cambio de una personalidad desgarrada encaminada hacia la sanación.
El Mandala dice C. Jung, siempre es un reflejo de la personalidad de quien lo pinta.
MANDALA COMO RECURSO TERAPÉUTICO
El trabajo con Mandalas pone en movimiento la creatividad, produce cambios que inciden en la regulación del sueño y la vigilia, en el humor, en la tolerancia al dolor, en la disminución de angustias y puede restablecer el equilibrio perdido con anterioridad.
“Cualquier práctica que realicemos con Mandalas, meditación, realización, pintura, etc., genera un paulatino desarrollo de ciertas cualidades beneficiosas a nivel mental, como la concentración, paciencia, calma, armonía y bienestar; y también otras reacciones en la química cerebral que estimulan el sistema inmunológico”
“El estímulo visual del Mandala impacta sobre el quiasma óptico emitiendo mensajes a nivel del hipotálamo que generan una cascada química de neurotransmisores beneficiando de esta manera a todos los sistemas: endocrinológico, neurológico, inmunológico y psicológico”.
Arancel $50-Inscripción previa
Materiales: hojas canson N°6-lápiz negro-goma de borrar-óleos pastel-compás-regla-trapo y cualquier otro material con el que deseen trabajar que tengan.
"Ser uno mismo" - Centro Fuente Buena - Terapia Psicoenergética Flores de Raff- Masajes Holísticos- Cursos y Talleres- Rivadavia 919 Esquel Chubut Patagonia Argentina - Tel 02945452527-centrofuentebuena@gmail.com www.puertae.com.ar http://www.floresderaff.org.ar/
Sábado 19 de Septiembre, a las 14:30- a cargo de Valerie O'Farrell
Los mandalas son dibujos de diferentes colores realizados en una forma circular que representan el universo de cada persona. Su creación tiene efectos positivos: sirven para el autoconocimiento, ayudan a la relajación, elevan la autoestima y disminuyen la violencia. Originados en la India, su uso se extendió a diferentes países del mundo. En Rosario una maestra de plástica los utiliza en clase no sólo para introducirlos a los chicos en el mundo del arte sino también para mejorar la conducta.
La profesora María del Carmen Centenaro, más conocida como Macar, comprobó en la escuela Nº 614 República Nicaragua que son una herramienta muy útil para neutralizar la agresividad. Ya hace cerca de tres años que emplea esta técnica en las aulas de esta escuela y también la puso en práctica en el Complejo Alberdi.
La creación de mandalas marcó un antes y un después en el aula. "En un grupo mixto de alumnos de entre 10 y 15 años, algunos se resistían a trabajar, no querían entrar al salón, se pegaban entre ellos, le rompían la hoja al compañero y se tiraban con los fibrones", cuenta.
Frente a la propuesta artística la profesora recuerda que los chicos empezaron a mostrar interés, les gustaba y además se sentían contenidos. Y las anécdotas brotan: "había un niño toba que no quería hacer nada, no hablaba, y a partir de la pintura pudo ser más comunicativo", relata la profesora de plástica. La conexión del niño con la técnica surgió en una clase cuando la docente repartió fotocopias con imágenes de mandalas de todas las culturas y él eligió una vinculada a sus tradiciones. "Pintó la figura, estuvo sentado y trabajó en forma aplicada", recuerda.
Efectos positivos
Los efectos positivos sobre los chicos no se hicieron esperar. "Querían entrar al salón, trabajar y ponían esmero en terminar las pinturas. Además ya no se pegaban entre ellos, ni rompían los trabajos. Mostraban entusiasmo por la tarea", dice Centenaro.
Otro de los beneficios fue el aumento de la autoestima, en especial cuando los chicos se mostraban satisfechos con sus trabajos. Luego de terminado el trabajo, todos son colgados en el salón y se habla acerca de ellos, sin juicios de valor. Lo que más se valora es el proceso y no el resultado.
Mediante los mandalas, Centenaro también buscó incentivar la solidaridad. "Al alumno que terminaba primero, le sugería que ayudara al compañero, siempre con su permiso", cuenta la profesora.
Ella se propuso que todas estas ventajas trascendieran el aula. Y lo logró. Porque hubo alumnos que comenzaron a regalar los trabajos a su familia y otros pedían fotocopias de mandalas para que los hermanos pudieran pintarlos.
Jung reconoce que mirar, pintar y/o dibujar Mandalas es una terapia muy efectiva frente a muchas enfermedades físicas o psíquicas. Él comenzó a dibujarlos en una etapa de crisis de su vida, cuando se separó de su colega y amigo S. Freud.
Cada mañana pintaba una y otra vez formas circulares que eran un reflejo de su estado psíquico. Durante este proceso creativo y curativo, fue confirmando que la pintura calmaba su inquietud interior, curaba sus heridas y lo ayudaba a retornar a su propio centro.
Los numerosos dibujos realizados durante ese período crítico de su vida, con sus formas, colores y puntos centrales muestran el proceso de cambio de una personalidad desgarrada encaminada hacia la sanación.
El Mandala dice C. Jung, siempre es un reflejo de la personalidad de quien lo pinta.
MANDALA COMO RECURSO TERAPÉUTICO
El trabajo con Mandalas pone en movimiento la creatividad, produce cambios que inciden en la regulación del sueño y la vigilia, en el humor, en la tolerancia al dolor, en la disminución de angustias y puede restablecer el equilibrio perdido con anterioridad.
“Cualquier práctica que realicemos con Mandalas, meditación, realización, pintura, etc., genera un paulatino desarrollo de ciertas cualidades beneficiosas a nivel mental, como la concentración, paciencia, calma, armonía y bienestar; y también otras reacciones en la química cerebral que estimulan el sistema inmunológico”
“El estímulo visual del Mandala impacta sobre el quiasma óptico emitiendo mensajes a nivel del hipotálamo que generan una cascada química de neurotransmisores beneficiando de esta manera a todos los sistemas: endocrinológico, neurológico, inmunológico y psicológico”.
Arancel $50-Inscripción previa
Materiales: hojas canson N°6-lápiz negro-goma de borrar-óleos pastel-compás-regla-trapo y cualquier otro material con el que deseen trabajar que tengan.
"Ser uno mismo" - Centro Fuente Buena - Terapia Psicoenergética Flores de Raff- Masajes Holísticos- Cursos y Talleres- Rivadavia 919 Esquel Chubut Patagonia Argentina - Tel 02945452527-centrofuentebuena@gmail.com www.puertae.com.ar http://www.floresderaff.org.ar/
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interesante experiencia...lo he realizado con mis alumnos en Lago Puelo cuando ejercí en las escuelas de la zona.
Dá excelentes resultados cuando ellos también dibujan su mandala.
Gracias por compartir tu experiencia.
Ana María Quittard
El Bolsón Río Negro
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