Por Lucas Chiappe
Autoridades Provinciales decidieron apoyar firmemente la decisión tomada por ambos Municipios de prohibir la navegación con motores a explosión en el Lago Epuyen.
En el marco de la reunión mensual del Consejo Consultivo de la Reserva Forestal lago Epuyen, se confirmó la firma por parte del Director General de la Dirección de Bosques y Parques, "Tato" Peralta y del subsecretario de Recursos Naturales y Medio Ambiente de Chubut Ruben Manfredi, de sendas Disposiciones que coinciden en la necesidad de preservar el cuerpo de agua del Lago Epuyen, prohibiendo la navegación con motores a explosión en toda su extensión, contemplando algunas excepciones para los pobladores que no tienen acceso por otros medios a sus viviendas, personal de los entes que supervisan y fiscalizan las actividades turísticas de pesca y bosques, emergencias por casos de seguridad e incendios y algunas otras.
De esta forma se ratifica una vez más la vocación conservacionista de las localidades de Epuyen y E Hoyo, cuyas autoridades municipales ya se habían pronunciado en ese sentido con dos Ordenanzas de sus HCD, aprobadas a principios de este año.
La prohibición que comenzó a regir a partir del 1 de Mayo fue tomada a instancias del Consejo Consultivo de la Reserva, luego de casi cinco años de deliberaciones, consultas y estudios específicos referidos a la calidad de las aguas, realizados a lo largo de este tiempo en varios puntos estratégicos del lago donde se desarrollan la mayoría de las actividades turísticas y recreativas.
El simple de ser uno de los lagos cordilleranos con mayor pureza, transparencia y temperatura de sus aguas (ultraoligotróficas), debido a la no existencia de glaciares en los cerros que lo rodean ni de poblaciones importantes en sus costas, sumado a la escasa cantidad de agua que aportan los dos arroyos que tributan en este espejo lacustre, justifica plenamente esta medida tomada en bien de la conservación y de la calidad de vida de los habitantes del Noroeste del Chubut además de mantener incólume la fragil biodiversidad que allí se cobija.
Cabe destacar que han sido justamente los pobladores de la Reserva, las organizaciones ecológicas de ambos valles y las autoridades municipales, quienes acompañaron desde el inicio las gestiones de la DGByP, tendientes a preservar este espejo de agua que es la “Cabecera Sur de la Cuenca Bi-Nacional del Puelo”, siendo fundamental su rol como hábitat de numerosas aves -cauquenes, cisnes de cuello negro, garzas, cormoranes, patos- peces nativos (perca, puyén, pejerrey) y exóticos y mamíferos como el “Coipo” (Myocastor coipus) considerada una de las especies más vulnerables y en vía de desaparición de la comarca;
En el caso de la actividad turística en la Reserva es evidente que ésta tiene un alto grado de dependencia con el medio ambiente, por lo tanto con estas medidas se apunta a fomentar un turismo acorde a los tiempos de emergencia ambiental que se viven, diferenciándose a la vez de las actividades que se desarrollan en otras localidades patagónicas, y fomentando un tipo de turismo contemplativo, científico, educativo y de aventura, que obvia el factor perturbador que significa la contaminación de hidrocarburos y auditiva que repercuten a kilómetros de distancia por las características propias del lago y los vientos predominantes.
Ojalá esta medida ya aplicada en el caso del Río Carrileufu en Cholila y en varios otros lagos, ríos y arroyos pertenecientes al sistema de Parques Nacionales, sea imitada en otros espejos de agua de similares características y fragilidad a lo largo y ancho de la Patagonia, remarcando el perfil conservacionista que sigue extendiéndose en localidades que priorizan el cuidado del medio ambiente como una forma de planificar actividades turísticas, sociales y económicas a mediano y largo plazo.
No debemos olvidar que el desarrollo de cualquier actividad que pretenda perpetuarse en el tiempo, garantizando beneficio económicos y estabilidad ambiental para la mayoría de la población, debe estar sujeto indefectiblemente a claros objetivos de conservación.
El manejo de la Reserva Forestal Epuyen es un claro ejemplo en este sentido a partir del compromiso y participación de sus pobladores para establecer el perfil de desarrollo elegido por la mayoría de sus habitantes, acompañado en este caso por las gestiones de gobierno necesarias para su implementación.
Autoridades Provinciales decidieron apoyar firmemente la decisión tomada por ambos Municipios de prohibir la navegación con motores a explosión en el Lago Epuyen.
En el marco de la reunión mensual del Consejo Consultivo de la Reserva Forestal lago Epuyen, se confirmó la firma por parte del Director General de la Dirección de Bosques y Parques, "Tato" Peralta y del subsecretario de Recursos Naturales y Medio Ambiente de Chubut Ruben Manfredi, de sendas Disposiciones que coinciden en la necesidad de preservar el cuerpo de agua del Lago Epuyen, prohibiendo la navegación con motores a explosión en toda su extensión, contemplando algunas excepciones para los pobladores que no tienen acceso por otros medios a sus viviendas, personal de los entes que supervisan y fiscalizan las actividades turísticas de pesca y bosques, emergencias por casos de seguridad e incendios y algunas otras.
De esta forma se ratifica una vez más la vocación conservacionista de las localidades de Epuyen y E Hoyo, cuyas autoridades municipales ya se habían pronunciado en ese sentido con dos Ordenanzas de sus HCD, aprobadas a principios de este año.
La prohibición que comenzó a regir a partir del 1 de Mayo fue tomada a instancias del Consejo Consultivo de la Reserva, luego de casi cinco años de deliberaciones, consultas y estudios específicos referidos a la calidad de las aguas, realizados a lo largo de este tiempo en varios puntos estratégicos del lago donde se desarrollan la mayoría de las actividades turísticas y recreativas.
El simple de ser uno de los lagos cordilleranos con mayor pureza, transparencia y temperatura de sus aguas (ultraoligotróficas), debido a la no existencia de glaciares en los cerros que lo rodean ni de poblaciones importantes en sus costas, sumado a la escasa cantidad de agua que aportan los dos arroyos que tributan en este espejo lacustre, justifica plenamente esta medida tomada en bien de la conservación y de la calidad de vida de los habitantes del Noroeste del Chubut además de mantener incólume la fragil biodiversidad que allí se cobija.
Cabe destacar que han sido justamente los pobladores de la Reserva, las organizaciones ecológicas de ambos valles y las autoridades municipales, quienes acompañaron desde el inicio las gestiones de la DGByP, tendientes a preservar este espejo de agua que es la “Cabecera Sur de la Cuenca Bi-Nacional del Puelo”, siendo fundamental su rol como hábitat de numerosas aves -cauquenes, cisnes de cuello negro, garzas, cormoranes, patos- peces nativos (perca, puyén, pejerrey) y exóticos y mamíferos como el “Coipo” (Myocastor coipus) considerada una de las especies más vulnerables y en vía de desaparición de la comarca;
En el caso de la actividad turística en la Reserva es evidente que ésta tiene un alto grado de dependencia con el medio ambiente, por lo tanto con estas medidas se apunta a fomentar un turismo acorde a los tiempos de emergencia ambiental que se viven, diferenciándose a la vez de las actividades que se desarrollan en otras localidades patagónicas, y fomentando un tipo de turismo contemplativo, científico, educativo y de aventura, que obvia el factor perturbador que significa la contaminación de hidrocarburos y auditiva que repercuten a kilómetros de distancia por las características propias del lago y los vientos predominantes.
Ojalá esta medida ya aplicada en el caso del Río Carrileufu en Cholila y en varios otros lagos, ríos y arroyos pertenecientes al sistema de Parques Nacionales, sea imitada en otros espejos de agua de similares características y fragilidad a lo largo y ancho de la Patagonia, remarcando el perfil conservacionista que sigue extendiéndose en localidades que priorizan el cuidado del medio ambiente como una forma de planificar actividades turísticas, sociales y económicas a mediano y largo plazo.
No debemos olvidar que el desarrollo de cualquier actividad que pretenda perpetuarse en el tiempo, garantizando beneficio económicos y estabilidad ambiental para la mayoría de la población, debe estar sujeto indefectiblemente a claros objetivos de conservación.
El manejo de la Reserva Forestal Epuyen es un claro ejemplo en este sentido a partir del compromiso y participación de sus pobladores para establecer el perfil de desarrollo elegido por la mayoría de sus habitantes, acompañado en este caso por las gestiones de gobierno necesarias para su implementación.
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