Por María Eva Editoriales *
Todos creemos que un lugar poblado de árboles y matas constituye un bosque. Y que ese bosque puede tener en su interior elementos sorprendentes. Pero más importante aún, es el Entorno… ese que forma el bosque: especies, subespecies, climas y microclimas, sin los cuales el bosque nunca habría existido.
¿Quién puede festejar el bosque si no conoce su entorno?.
Tenemos un bosque nativo totalmente destruído, por la invasión de pinos, los que sólo pueden ser el orgullo de una persona inconsciente. Alguien al que sólo le sirve vender “pescado podrido”, mostrando una realidad inventada. Un bosque que tiene en sus entrañas un basurero municipal que sigue quemando a cielo abierto, contaminándolo todo. Alguien que ve “perlas” donde solo hay recesión, marginalidad, desocupación y autoritarismo. Si tuviéramos que buscar un tema representativo para festejar podríamos hacer la “Fiesta del Funcionario Público”, dado que son los únicos que sobreviven ó la “Fiesta del Subsidiado” porque Puelo no tiene un perfil definido en materia de desarrollo. Nadie ve más allá de su propio bolsillo. Que reviente el que está cerca, aunque formemos parte del mismo bosque.
En estos meses altos de turismo, sólo trabajan los emprendimientos familiares. La gente apenas consigue changas cada vez más cortas. El trabajo en negro es un denominador común. Los grandes negocios los hacen únicamente los amigos del poder. En Puelo el turismo no está desarrollado como una política de Estado. La improvisación municipal está por encima de cualquier planificación. Son impresentables…y pensar que alguien dijo una vez “gobernar es crear trabajo”.
Seguro que vamos a escuchar en un palco de festejos, la obsecuencia de quien se siente un eterno agradecido de las obras públicas, los puentes, los cordones cunetas y todo lo que deje una imagen de “hacer sin rendir nada a cambio”. Una obra pública signada de sospechas, de amiguismos, de ejecuciones en lugares que no tienen consenso social. Planes de viviendas para unos pocos, con materiales escasos en sus paredes, sin garantías, sobrevaluados y con el desprecio generalizado a los vecinos que siguen esperando ocupar una lista de adjudicatarios en el Instituto de la Vivienda. Familias a las que les sobra puntaje y que el mar de necesidades en el que viven, sólo se calma con el desahogo de sus lágrimas de impotencia.
Vamos a escuchar en el palco de los festejos, que éste bosque en el que vivimos creció de 4.000 a 13.000 arbolitos, perdón de habitantes. Un número que entre otras cosas, demuestra que cada vez somos más los vecinos que no tenemos respuesta. A los que no se les ofrece políticas claras relacionadas con acción social, producción, gobierno, seguridad, vivienda, obras públicas, cultura y deporte. ¿Por qué será que una vez al año, para esta fecha, subimos al palco y mostramos una imagen falsa de compromiso y éxito?. Cuando en realidad somos fracasados, insensibles y no reconocemos nuestras limitaciones.
¿Cómo podemos festejar el bosque, si no conocemos el entorno?
Hoy el entorno tiene necesidades. Necesidades que tienen responsables. Esos responsables que asumieron un compromiso con la sociedad a través de una función de gobierno, elegidos por el voto popular y que hoy se burlan de la PASIVIDAD de un pueblo artesano, pluricultural y trabajador como el nuestro.
Por eso me preguntaba ¿cómo es posible festejar El Bosque, sin comprender que destruimos día a día el Entorno?. Aquí pareciera, hay una necesidad imperiosa de hacer negocios privados con fondos públicos. Llegan a la función con declaraciones juradas acusando un chupetín y salen como mayoristas exportadores de golosinas. La impunidad es espantosa.
Ellos anulan la participación del tejido social. Las asociaciones vecinales no están reconocidas dentro de la estructura municipal. No están reglamentadas por ordenanzas. No reciben fondos públicos para su funcionamiento. No hay una presencia del Estado en los barrios. Toda la iniciativa es privada, con vecinos autodidactas. Por eso se convierten en asociaciones civiles y rescatan tener personería para solventar sus gastos. Cultura no llega a los barrios, ni parajes. Tampoco hay un Deporte Comunitario que llegue a esos lugares. No hay presencia del Estado.
Éste es el bosque que festejamos, con un entorno desamparado y desprotegido. Reina la corrupción y la falta de información pública.
Algún día, estoy segura, el Bosque cobrará vida y sus habitantes tendrán sed de Justicia. Se respetarán sus derechos, el compromiso social y la dignidad del trabajo será un estandarte de vida. La corrupción no tendrá lugar en los palcos oficiales, ya no podrán cubrirse con vidrios polarizados sus miserias y ese tiempo sí será el Nuestro…donde el entorno esté formado por vecinos comunes, trabajadores, mujeres amas de casa, artesanos, jóvenes y niños.
Nadie podrá entonces talar tu derecho a crecer.
…Seguramente otro será el Bosque y su entorno.
* Una Militante de toda la Vida.
http//mariaevaeditoriales.blogspot.com
Todos creemos que un lugar poblado de árboles y matas constituye un bosque. Y que ese bosque puede tener en su interior elementos sorprendentes. Pero más importante aún, es el Entorno… ese que forma el bosque: especies, subespecies, climas y microclimas, sin los cuales el bosque nunca habría existido.
¿Quién puede festejar el bosque si no conoce su entorno?.
Tenemos un bosque nativo totalmente destruído, por la invasión de pinos, los que sólo pueden ser el orgullo de una persona inconsciente. Alguien al que sólo le sirve vender “pescado podrido”, mostrando una realidad inventada. Un bosque que tiene en sus entrañas un basurero municipal que sigue quemando a cielo abierto, contaminándolo todo. Alguien que ve “perlas” donde solo hay recesión, marginalidad, desocupación y autoritarismo. Si tuviéramos que buscar un tema representativo para festejar podríamos hacer la “Fiesta del Funcionario Público”, dado que son los únicos que sobreviven ó la “Fiesta del Subsidiado” porque Puelo no tiene un perfil definido en materia de desarrollo. Nadie ve más allá de su propio bolsillo. Que reviente el que está cerca, aunque formemos parte del mismo bosque.
En estos meses altos de turismo, sólo trabajan los emprendimientos familiares. La gente apenas consigue changas cada vez más cortas. El trabajo en negro es un denominador común. Los grandes negocios los hacen únicamente los amigos del poder. En Puelo el turismo no está desarrollado como una política de Estado. La improvisación municipal está por encima de cualquier planificación. Son impresentables…y pensar que alguien dijo una vez “gobernar es crear trabajo”.
Seguro que vamos a escuchar en un palco de festejos, la obsecuencia de quien se siente un eterno agradecido de las obras públicas, los puentes, los cordones cunetas y todo lo que deje una imagen de “hacer sin rendir nada a cambio”. Una obra pública signada de sospechas, de amiguismos, de ejecuciones en lugares que no tienen consenso social. Planes de viviendas para unos pocos, con materiales escasos en sus paredes, sin garantías, sobrevaluados y con el desprecio generalizado a los vecinos que siguen esperando ocupar una lista de adjudicatarios en el Instituto de la Vivienda. Familias a las que les sobra puntaje y que el mar de necesidades en el que viven, sólo se calma con el desahogo de sus lágrimas de impotencia.
Vamos a escuchar en el palco de los festejos, que éste bosque en el que vivimos creció de 4.000 a 13.000 arbolitos, perdón de habitantes. Un número que entre otras cosas, demuestra que cada vez somos más los vecinos que no tenemos respuesta. A los que no se les ofrece políticas claras relacionadas con acción social, producción, gobierno, seguridad, vivienda, obras públicas, cultura y deporte. ¿Por qué será que una vez al año, para esta fecha, subimos al palco y mostramos una imagen falsa de compromiso y éxito?. Cuando en realidad somos fracasados, insensibles y no reconocemos nuestras limitaciones.
¿Cómo podemos festejar el bosque, si no conocemos el entorno?
Hoy el entorno tiene necesidades. Necesidades que tienen responsables. Esos responsables que asumieron un compromiso con la sociedad a través de una función de gobierno, elegidos por el voto popular y que hoy se burlan de la PASIVIDAD de un pueblo artesano, pluricultural y trabajador como el nuestro.
Por eso me preguntaba ¿cómo es posible festejar El Bosque, sin comprender que destruimos día a día el Entorno?. Aquí pareciera, hay una necesidad imperiosa de hacer negocios privados con fondos públicos. Llegan a la función con declaraciones juradas acusando un chupetín y salen como mayoristas exportadores de golosinas. La impunidad es espantosa.
Ellos anulan la participación del tejido social. Las asociaciones vecinales no están reconocidas dentro de la estructura municipal. No están reglamentadas por ordenanzas. No reciben fondos públicos para su funcionamiento. No hay una presencia del Estado en los barrios. Toda la iniciativa es privada, con vecinos autodidactas. Por eso se convierten en asociaciones civiles y rescatan tener personería para solventar sus gastos. Cultura no llega a los barrios, ni parajes. Tampoco hay un Deporte Comunitario que llegue a esos lugares. No hay presencia del Estado.
Éste es el bosque que festejamos, con un entorno desamparado y desprotegido. Reina la corrupción y la falta de información pública.
Algún día, estoy segura, el Bosque cobrará vida y sus habitantes tendrán sed de Justicia. Se respetarán sus derechos, el compromiso social y la dignidad del trabajo será un estandarte de vida. La corrupción no tendrá lugar en los palcos oficiales, ya no podrán cubrirse con vidrios polarizados sus miserias y ese tiempo sí será el Nuestro…donde el entorno esté formado por vecinos comunes, trabajadores, mujeres amas de casa, artesanos, jóvenes y niños.
Nadie podrá entonces talar tu derecho a crecer.
…Seguramente otro será el Bosque y su entorno.
* Una Militante de toda la Vida.
http//mariaevaeditoriales.blogspot.com
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