Por Espacio Docente
Contra el cierre de cursos: defendamos el derecho a una verdadera educacion para todos/as
La semana pasada un grupo de estudiantes del Colegio 762 de Trelew se vio en la necesidad de manifestarse ante un ataque directo hacia la calidad de la enseñanza que reciben.
Estos/as jóvenes salieron a denunciar ante la comunidad que -a raíz de una decisión política- se realizó el cierre de un curso, debiendo asistir a clases más de 40 estudiantes en un aula.
El tema de la calidad educativa es una problemática que persigue a los/as docentes desde años. El poder político y sus funcionarios han pretendido culparnos argumentando que los problemas de la enseñanza radican en la falta de “estrategias” desarrolladas por los/as trabajadores/as de la educación. Estas estrategias debían y deben atender los problemas educativos de múltiples estudiantes con necesidades diversas, tanto educativas como sociales. Pero dentro de la misma política que supuestamente busca “optimizar los recursos” también se aplica - y el caso de lo sucedido en Trelew es un ejemplo más- el cierre de secciones ante la falta de un determinado número de estudiantes. Un determinado número que nada dice de las necesidades específicas de esos grupos, sino que solamente es un mero “recuento de cabezas”.
En ese marco, los/as estudiantes que la semana pasada decidieron salir a la calle, y muchos otros en nuestra provincia, tendrán una experiencia educativa signada por la aglomeración de personas en un espacio reducido.
A ello debemos sumarle a que estos estudiantes, como cualquier otro, necesitan de una atención personalizada, necesitan que se los acompañe en su proceso de aprendizaje y que no sean sólo un número o un nombre en una evaluación desaprobada. La calidad de la educación no solo se mide por la cantidad final de estudiantes que egresan, también se mide por el modo en que inician y transitan la vida escolar.
Para ello es necesario que en las aulas de nuestra provincia no se amontonen alumnos/as, midiendo al milímetro los metros necesario para que puedan respirar, ya no digamos caminar, trabajar en grupos, realizar debates, etc.
En esas condiciones son siempre los sectores más vulnerables los que se ven afectados, aquellos cuyos padres no pueden pagar un docente particular para prepararlos para los exámenes finales, aquellos que no pueden adquirir libros, computadoras, etc. Sobre ellos/as recaen más fuertemente este tipo de políticas.
La calidad educativa se mide también por la cantidad de estudiantes que puede atender un/a docente para lograr mejores resultados. Aulas hiperpobladas no mejoran ni potencian la calidad educativa solo atacan el derecho a una verdadera educación para los/as estudiantes y atentan contra las condiciones laborales de los trabajadores de la educación.
Por una educación que contemple las necesidades de los estudiantes que los funcionarios piensen más en cuantos estudiantes pueden ser atendidos adecuadamente por un/a docente y no en cuantos alumnos entran en un aula.
ESPACIO DOCENTE
En la LILA
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