viernes, abril 16, 2010

Opinión: “¿Bailando por un Comodoro Accesible o cuando el Estado se desentiende de los Derechos Humanos de las personas con discapacidad y otros derec


Manuel Correia *
María Cristina Queheille **


Memoria, verdad y justicia se necesitan para cambiar las mentalidades y las prácticas sociales, contribuir a la vigencia promoción de los derechos humanos (ddhh), la ciudadanía plena, los valores y procesos democráticos, la no-discriminación y también para cambiar la ciudad y hacer de Comodoro Rivadavia un lugar accesible para todos y todas. No banalizar los ddhh de las “personas con discapacidad” o hacer de ellos objetos de la caridad o beneficencia, del mercado o al servicio del lucro, de las conveniencias y de las aspiraciones personales de éxito, ni un show o espectáculo farandulezco para quienes nos miran por tv.

“Bailando por un Sueño” no es nada más y nada menos que una forma más de discriminar y manipular a las personas que inocente e ingenuamente confían en quienes los utilizan. El deseo de participación en este nuevo certamen de bailando (temporada 2010) debiera interpelarnos y llamarnos a pensar sobre que instalan los medios en torno a la discapacidad y si realmente es eso lo que como sociedad queremos. ¿Puede sumarse la máxima autoridad de la ciudad diciendo “espero que la ciudad de Comodoro Rivadavia gane…”?, ¿ganar que, para qué? los derechos ¿hay que ganarlos? ¿En qué ciudad vivimos? Es lamentable que las luces de la televisión les encandilen hasta su propia responsabilidad. ¿Qué pasaría si dejaran, dejáramos todo librado al azar?, porque para ganar en ese contexto, debemos tener presente que en el otro extremo está el perder, y en el medio, el azar, la suerte y la nada.

Las personas con discapacidad son personas con derechos. Estos derechos son ddhh que como sociedad debemos respetar y hacer respetar. Para hacerlos respetar, debemos exigir que se les garanticen integralmente sus derechos fundamentales a todas las personas, derechos a los cuales deben poder acceder y desde niños, niñas y adolescentes (NNA) además poder ejercer y reclamar.

Si bien el Estado y la sociedad deben proteger esos derechos, el Estado, las instituciones y los funcionarios poseen obligaciones mayores, distintivas, insoslayables e indelegables con la efectividad de todos sus derechos y cuando no las asumen con políticas públicas universales, programas de acción, y no asignan el presupuesto necesario en materia de salud, educación y accesibilidad (entre otros), son ellos quienes los violan. No hagamos a las condiciones de impunidad con nuestras actitudes cómplices o complacientes, ya sean cotidianas o extraordinarias, ni seamos funcionales a los intereses u oportunistas de turno.

Se requiere memoria reconociendo, recordando y valorando los reclamos, los procesos de luchas individuales y colectivas que se han hecho y se vienen haciendo desde hace años en nuestra ciudad, el país y el mundo. Luchas que determinaron que existan conquistas como los convenios de ddhh y marcos normativos internos como nuestra Carta Orgánica Municipal o las Constituciones Nacional y Provincial (desde 1994). Leé acá la nota completa

* Manuel CORREIA, Máster en Derechos de la Infancia y la Adolescencia, y Licenciado en Psicología.
** María Cristina QUEHEILLE, Licenciada en Educación y Profesora de Educación Especial.

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