martes, julio 27, 2010

Opinión: “Una figura blanqueada, una ideología manchada: Sarmiento”, por Díaz Fernández

Por Antonio Díaz Fernández *

El 16 de julio aparecía el pedestal que soporta el busto de Domingo F. Sarmiento, emplazado en la plazoleta frente a la Esc. 76, en Esquel, manchado con rojo por los cuatro lados. El 24 de julio apareció pintado de blanco nuevamente, seguro que la municipalidad lo mandó a pintar. Sarmiento es un “prócer” para muchos. Prócer es una construcción simbólica y discursiva que exalta personas buenas o malvadas, como en este caso.

Desgraciadamente aún se canta el himno a Sarmiento en las escuelas, se le rinde homenaje, se colocan placas en edificios, se funde bronce para inmortalizarlo, se aplica su nombre a calles, avenidas, plazas, bibliotecas, pueblos, departamentos provinciales, etc. El imaginario popular lo cree el “fundador de la escuela”, el “gran educador”, etc. Sarmiento era un personaje altamente racista que quería insertar gente anglosajona, a quienes consideraba superiores, en suelo argentino para “lograr el progreso” a costa de eliminar a los originarios. Su discurso abunda en expresiones discriminatorias, despectivas y peyorativas hacia los argentinos, los pueblos originarios y latinoamericanos, como se puede apreciar en los siguientes fragmentos:

Los argentinos “(son) una dañosa amalgama de razas incapaces e inadecuadas para la civilización”. “Los argentinos somos pobres hombres llenos de pretensiones y de inepcia, miserables pueblos, ignorantes, inmorales y apenas en la infancia. Somos una raza bastarda que no ocupa, sino que embaraza la tierra”. “Nuestro pueblo no está preparado sino para degollar, robar, haraganear, devastar y destruir”. (De sus Obras Completas)

Los paraguayos son “descendientes de razas guaraní¬es, indios salvajes y esclavos que obran por instinto a falta de razón. En ellos se perpetúa la barbarie primitiva y colonial. Son unos perros ignorantes de los cuales ya han muerto ciento cincuenta mil. Su avance, capitaneados por descendientes degenerados de españoles, traerí¬a la detención de todo progreso y un retroceso a la barbarie (…) Es providencial que un tirano haya hecho morir a todo ese pueblo guaraní¬. Era preciso purgar la tierra de toda esa excrecencia humana: raza perdida de cuyo contagio hay que librarse”. (Carta de Sarmiento a Mitre, 1872)

“¿Lograremos exterminar los indios? Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa calaña no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso. Su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado”. (Diario El Progreso, 27/09/1844, Diario El Nacional, 19/05/1887, 25/11/1876 y 08/02/1879).

Leer más...La chusma y el pueblo gaucho nos es hostil (…)” (El Nacional, 3 de febrero de 1857). “Mientras haya un chiripá no habrá ciudadanos, (…) El poncho, el chiripá y el rancho son de origen salvaje y forman una división entre la ciudad culta y el pueblo, haciendo que los cristianos se degraden (…) Usted tendrá la gloria de establecer en toda la República el poder de la clase culta aniquilando el levantamiento de las masas” (Carta de Sarmiento a Bmé. Mitre, 24-09-1861)

“No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al paí¬s. La sangre de esta chusma criolla, incivil, bárbara y ruda, es lo único que tienen de seres humanos”. (Carta de Sarmiento a Mitre, 20-09- 1861).

“Artigas es un bandido, un tártaro terrorista. Jefe de bandoleros, salteador, contrabandista, endurecido en la rapiña, incivil, extraño a todo sentimiento de patriotismo, famoso vándalo, ignorante, rudo, monstruo, sediento de pillaje, sucio y sangriento ídolo con chiripá. Ese salvaje animal que enchalecaba hombres con cuero fresco lleva por séquito inseparable el degüello y la devastación”. (Obras Completas, tomo 17, págs. 87 y 92; tomo 15, págs. 348 y 349 y tomo 38, pág. 280).

Palabras como esas, no creo que reflejen la imagen de un “educador”, más bien lo acercan a la imagen de un genocida. ¿Será digno de honra un personaje como este? Las manchas rojas del pedestal, que un valiente anónimo las hizo, remiten a la conducta hematofílica de Sarmiento; obviamente este “prócer” no pensaba en un banco de sangre, su sed sanguinaria apuntaba a “abonar la tierra” de los futuros latifundistas. Me pregunto, ¿en un estado de respeto a los derechos humanos, se debe reivindicar la figura de un RACISTA, DISCRIMINADOR, IDEOLOGO de GENOCIDIO, APOLOGETA de GENOCIDIO y ETNOCIDA? Me vuelvo a preguntar, ¿por qué cuando manchan, o mejor dicho se repudia la conducta, de un genocida de la talla de Roca, Sarmiento los municipios se apresuran a limpiarlos, como ocurrió en Esquel y como ocurre siempre en Bariloche con el monumento al genocida ecuestre en el centro cívico? Quizás soy ignorante, ¿no será que el sistema comulga con la ideología de estos genocidas? Me quedo pensando, pero soy un indio ignorante, seguro que los funcionarios saben más que yo.

Utimpa, Kuraka de Tolombón
* Lingüista especialista en lengua mapuche. Descendiente del pueblo diaguita-kalchakí

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