Por Raine Golab *
El 2 de marzo envié una nota con el mismo título, entre signos de pregunta. Ahora le quito los signos, porque decididamente, nuestro querido Parque, excluye.
Ya sobre una nueva temporada, como no he visto señal alguna de que los impedimentos para muchos de nosotros hayan sido remediados, es que reitero lo siguiente:
Conocí el Parque Nacional Los Alerces hace unos 25 años, y supe ya entonces que algún día debería residir cerca de tanta grandiosidad. Y aquí estoy, desde hace casi 12 años.
Ir al Parque (o “al lago” como dicen los más antiguos en la zona) es el mayor placer que un residente o un turista puede experimentar cuando llega a Esquel o a Trevelin.
No hace mucho, celebré la iniciativa de construir una vereda adoquinada para que quienes utilizan silla de ruedas, pudiesen acercarse hasta el alero de las pinturas rupestres. ¡Al fin alguien pensó que aquellos con capacidades diferentes, también tienen derecho a admirar los sitios increíbles que disponemos!.
Pero…
En enero pasado, fui con mi hija de 46 años a caminar el circuito Chucao-Lago Verde; bajamos el auto al viejo y tradicional estacionamiento que todos conocemos. Pero al dar la vuelta después del muelle Mermoud, me encontré con nuevas MUY empinadas escaleras. Ambas quedamos exhaustas y el esfuerzo por recorrerlas, empañó grandemente la alegría de la jornada. Una cosa es caminar y otra escalar. Para mí, que sufro EPOC y problemas dorsales, ese sendero escalonado queda totalmente vedado en el futuro. Están muy buenos los miradores, pero no todo el mundo puede trepar hasta allí.
El domingo pasado (fines de febrero) llevé a una amiga a conocer nuestro Parque. De ida, le expliqué mi problema con las escalinatas de Lago Verde, así que le ofrecí ir juntas por el río Menéndez; yo volvería por el mismo camino y ella podía completar el circuito. Como amiga, no quiso dejarme sola, así que ella tampoco conoció toda la vuelta.
Pero lo peor, fue que no pudimos bajar el auto al viejo estacionamiento. Es verdad que ya nos quedó chico y era necesario encontrar un lugar más amplio, especialmente para los colectivos que no tenían donde girar sobre el camino. Pero la bajada… que digo… ¡la subida! al nuevo estacionamiento es terriblemente empinado, a muchos nos produce una violenta taquicardia.
La trepada al estacionamiento, nos están vedando el acceso a la pasarela, a Chucao, al lago Menéndez y a la vuelta por lago Verde, a muchísimos residentes y turistas que tengamos alguna insuficiencia respiratoria, un poco de sobrepeso, lumbalgia, algún problemita en las extremidades inferiores o diversas otras afecciones. Por otra parte, ya no tendrán acceso a la pasarela quienes se movilizan en sillas de ruedas, como podían hacerlo antes. Tampoco gran número de adultos mayores con dificultades óseas, o simplemente con algunos añitos más encima. Pueden no tratarse de problemas tan serios en la vida cotidiana, pero lo suficientemente serios como para impedir trepadas como las señaladas.
Lo del lago Verde tiene fácil solución: dejar habilitado el sendero viejo por abajo, poner un par de cartelitos indicando la dificultad de cada opción así uno puede elegir según sus limitaciones físicas.
Más complicado lo del estacionamiento. El domingo subía delante mío un señor bastante más joven, pero con unos kilos más que yo, y resoplaba de tal manera que parecía al borde de un infarto. Una pareja que bajaba volvió sobre sus pasos después de unos pocos metros, porque comprendió que no podría volver a subir por ese sendero.
Ya para esta temporada probablemente no alcance el tiempo para remediarlo, pero para la próxima, sería deseable que las autoridades de Parques piensen como devolvernos lo que hemos perdido. Desde mi ignorancia sugiero otro sendero de subida MUCHO más suave que el realizado, aunque sea un poco más largo. Es imprescindible, porque si no se puede bajar hasta la pasarela, TODO el circuito queda vedado para muchos, muchísimos de nosotros!
La idea de convertir el viejo estacionamiento en zona de recreación para pic nic está buena, el problema es que todo el mundo seguirá comiendo cerca de donde dejó el auto, por la misma razón: porque le será imposible remontar ese caminito casi vertical acarreando, además, bebés, reposeras, bolsos, heladera etc.
Espero que las autoridades de Parques pongan remedio a una situación que discrimina a un gran número de personas, tanto de la región, como visitantes, tal como en el Parque Nacional Iguazú y en su par brasilero, donde a quienes tenemos alguno, lejos de ponernos trabas, se nos soluciona cualquier problema para que no nos perdamos absolutamente nada.
Atentos saludos.
* DNI 12.382.633
Nota relacionada: Opinión: ¿Un Parque Nacional que excluye?
El 2 de marzo envié una nota con el mismo título, entre signos de pregunta. Ahora le quito los signos, porque decididamente, nuestro querido Parque, excluye.
Ya sobre una nueva temporada, como no he visto señal alguna de que los impedimentos para muchos de nosotros hayan sido remediados, es que reitero lo siguiente:
Conocí el Parque Nacional Los Alerces hace unos 25 años, y supe ya entonces que algún día debería residir cerca de tanta grandiosidad. Y aquí estoy, desde hace casi 12 años.
Ir al Parque (o “al lago” como dicen los más antiguos en la zona) es el mayor placer que un residente o un turista puede experimentar cuando llega a Esquel o a Trevelin.
No hace mucho, celebré la iniciativa de construir una vereda adoquinada para que quienes utilizan silla de ruedas, pudiesen acercarse hasta el alero de las pinturas rupestres. ¡Al fin alguien pensó que aquellos con capacidades diferentes, también tienen derecho a admirar los sitios increíbles que disponemos!.
Pero…
En enero pasado, fui con mi hija de 46 años a caminar el circuito Chucao-Lago Verde; bajamos el auto al viejo y tradicional estacionamiento que todos conocemos. Pero al dar la vuelta después del muelle Mermoud, me encontré con nuevas MUY empinadas escaleras. Ambas quedamos exhaustas y el esfuerzo por recorrerlas, empañó grandemente la alegría de la jornada. Una cosa es caminar y otra escalar. Para mí, que sufro EPOC y problemas dorsales, ese sendero escalonado queda totalmente vedado en el futuro. Están muy buenos los miradores, pero no todo el mundo puede trepar hasta allí.
El domingo pasado (fines de febrero) llevé a una amiga a conocer nuestro Parque. De ida, le expliqué mi problema con las escalinatas de Lago Verde, así que le ofrecí ir juntas por el río Menéndez; yo volvería por el mismo camino y ella podía completar el circuito. Como amiga, no quiso dejarme sola, así que ella tampoco conoció toda la vuelta.
Pero lo peor, fue que no pudimos bajar el auto al viejo estacionamiento. Es verdad que ya nos quedó chico y era necesario encontrar un lugar más amplio, especialmente para los colectivos que no tenían donde girar sobre el camino. Pero la bajada… que digo… ¡la subida! al nuevo estacionamiento es terriblemente empinado, a muchos nos produce una violenta taquicardia.
La trepada al estacionamiento, nos están vedando el acceso a la pasarela, a Chucao, al lago Menéndez y a la vuelta por lago Verde, a muchísimos residentes y turistas que tengamos alguna insuficiencia respiratoria, un poco de sobrepeso, lumbalgia, algún problemita en las extremidades inferiores o diversas otras afecciones. Por otra parte, ya no tendrán acceso a la pasarela quienes se movilizan en sillas de ruedas, como podían hacerlo antes. Tampoco gran número de adultos mayores con dificultades óseas, o simplemente con algunos añitos más encima. Pueden no tratarse de problemas tan serios en la vida cotidiana, pero lo suficientemente serios como para impedir trepadas como las señaladas.
Lo del lago Verde tiene fácil solución: dejar habilitado el sendero viejo por abajo, poner un par de cartelitos indicando la dificultad de cada opción así uno puede elegir según sus limitaciones físicas.
Más complicado lo del estacionamiento. El domingo subía delante mío un señor bastante más joven, pero con unos kilos más que yo, y resoplaba de tal manera que parecía al borde de un infarto. Una pareja que bajaba volvió sobre sus pasos después de unos pocos metros, porque comprendió que no podría volver a subir por ese sendero.
Ya para esta temporada probablemente no alcance el tiempo para remediarlo, pero para la próxima, sería deseable que las autoridades de Parques piensen como devolvernos lo que hemos perdido. Desde mi ignorancia sugiero otro sendero de subida MUCHO más suave que el realizado, aunque sea un poco más largo. Es imprescindible, porque si no se puede bajar hasta la pasarela, TODO el circuito queda vedado para muchos, muchísimos de nosotros!
La idea de convertir el viejo estacionamiento en zona de recreación para pic nic está buena, el problema es que todo el mundo seguirá comiendo cerca de donde dejó el auto, por la misma razón: porque le será imposible remontar ese caminito casi vertical acarreando, además, bebés, reposeras, bolsos, heladera etc.
Espero que las autoridades de Parques pongan remedio a una situación que discrimina a un gran número de personas, tanto de la región, como visitantes, tal como en el Parque Nacional Iguazú y en su par brasilero, donde a quienes tenemos alguno, lejos de ponernos trabas, se nos soluciona cualquier problema para que no nos perdamos absolutamente nada.
Atentos saludos.
* DNI 12.382.633
Nota relacionada: Opinión: ¿Un Parque Nacional que excluye?
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Muy buena e interesante nota.
Quiero agregar el lugar de acceso a los sanitarios del Puerto Limonao, una larga escalera sin rampa, ni instalaciones para discapacitados.
Saludos!
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