Por Colectivo Libertario de Loncopué
A las 04:30 de la madrugada del día 30 de septiembre de 2010, la representante por la "oposición" provincial en el Senado de la Nación tenía dos opciones: presionar el botón por "sí" o el botón por "no". No se trataba de un juego electrónico. Se trataba de aprobar o rechazar el proyecto de la Cámara de Diputados de Ley de Protección de Glaciares y Ambiente Periglacial.
El representante del oficialismo provincial, senador Lores, ya había anticipado su voto negativo: de aprobarse la ley no podrían llevarse adelante los proyectos geotérmicos de Copahue y Domuyo.
El de Copahue se proyectó para generar 30 MW, energía que sobra a la escasa población del lugar, pero que se necesitan para poder saquear el cobre, el plomo, la plata, el oro y el uranio circundantes.
La senadora de la "oposición" adelantó que compartía todo lo que había afirmado el representante del oficialismo. Esto es, la preocupación por que no se pudiera concreta el proyecto de generación eléctrica.
Y las 04:30, así votó. Sin importar que los glaciares están allí desde hace mas de diez mil años, en casi segundos su mano se deslizó sobre su banca y suavemente presionó el botón que indicaba "negativo".
Los músculos de su dedo índice siguieron las órdenes de su cerebro, que evidentemente no siguieron las indicaciones de un pueblo que dijo, dice y dirá NO a estos emprendimientos.
Afortunadamente, 35 votos afirmativos pudieron más que los 33 votos negativos y una abstención, y el proyecto hoy es Ley.
Senadora Parrilli: en Loncopué tenemos memoria. Por eso preferimos que este viernes 17 no venga a nuestro pueblo a inaugurar nada. Con la frialdad de un glaciar (con la misma con la que votó) le decimos: preferimos olvidarla.
Nota relacionada: Opinión: “Glaciares y universidades mineras”
A las 04:30 de la madrugada del día 30 de septiembre de 2010, la representante por la "oposición" provincial en el Senado de la Nación tenía dos opciones: presionar el botón por "sí" o el botón por "no". No se trataba de un juego electrónico. Se trataba de aprobar o rechazar el proyecto de la Cámara de Diputados de Ley de Protección de Glaciares y Ambiente Periglacial.
El representante del oficialismo provincial, senador Lores, ya había anticipado su voto negativo: de aprobarse la ley no podrían llevarse adelante los proyectos geotérmicos de Copahue y Domuyo.
El de Copahue se proyectó para generar 30 MW, energía que sobra a la escasa población del lugar, pero que se necesitan para poder saquear el cobre, el plomo, la plata, el oro y el uranio circundantes.
La senadora de la "oposición" adelantó que compartía todo lo que había afirmado el representante del oficialismo. Esto es, la preocupación por que no se pudiera concreta el proyecto de generación eléctrica.
Y las 04:30, así votó. Sin importar que los glaciares están allí desde hace mas de diez mil años, en casi segundos su mano se deslizó sobre su banca y suavemente presionó el botón que indicaba "negativo".
Los músculos de su dedo índice siguieron las órdenes de su cerebro, que evidentemente no siguieron las indicaciones de un pueblo que dijo, dice y dirá NO a estos emprendimientos.
Afortunadamente, 35 votos afirmativos pudieron más que los 33 votos negativos y una abstención, y el proyecto hoy es Ley.
Senadora Parrilli: en Loncopué tenemos memoria. Por eso preferimos que este viernes 17 no venga a nuestro pueblo a inaugurar nada. Con la frialdad de un glaciar (con la misma con la que votó) le decimos: preferimos olvidarla.
Nota relacionada: Opinión: “Glaciares y universidades mineras”
0 Comentá esta nota:
Publicar un comentario