Por Raúl Montenegro
Enviado por Eduardo Hualpa
Hay muertes por balas de plomo y muertes por papeles inventados. El plomo disparado desde un arma de fuego mata. Pero los papeles mal hechos de quienes gobiernan también. Es lo que viene ocurriendo en la comunidad Quom de La Primavera, en Formosa. Aquellos que convivieron durante cientos de años con el monte son expulsados ahora por quienes llegaron después.
10 de enero de 2010. "La comunidad está cansada de tantos pedidos de la devolución del terreno en manos de la Universidad [Nacional] de Formosa (…) Más de 70 Quom estamos dentro del terreno y afuera estamos rodeados de policías" [1].
11 de enero de 2010. "Hoy me ha llamado el comisario de Laguna Blanca para advertirme que si no nos vamos de nuestras casas habrá violencia policial. Además por la tarde pasaron por frente de mi casa criollos con armas de calibre grueso" [1].
Las luces de alarma estaban prendidas desde el año 2007. Pero el conflicto era invisible para el resto del país. Estaba oculto por el polvo, los kilómetros y el gobierno provincial. Desde el año 2007 los Quom de La Primavera -Quom Navogoh en su lengua- vienen sufriendo un renacimiento de la Campaña del Desierto [20]. Ya no está el general Julio Argentino Roca ni sus soldados, que enristraban en alambre los testículos de los indígenas asesinados en Patagonia. En Formosa no hay estepas frías y ventosas sino bosques secos y calientes, hay un veterinario gobernador que nació en Laguna Blanca y policías que reprimen cuando lo ordena el Ministro de Gobierno. En Formosa no se enristran los testículos, pero van quedando reducidas a cenizas las chozas de los Quom expulsados y sus sueños. Porque en Formosa los sueños indígenas son asesinados con papeles de dudoso origen, jueces sin venda en los ojos y balas de plomo.
El casi vitalicio gobernador Gildo Insfrán está empeñado en construir una sede de la Universidad Nacional de Formosa sobre tierras ajenas en la zona de Laguna Blanca. La provincia tiene muchas tierras públicas, pero Insfrán quiere construir sobre territorio Quom. Su cruzada progresista es compartida por algunos terratenientes locales, tan armados como violentos, y por quienes buscan reemplazar el bosque nativo con redituables cultivos industriales.
Desde el año 2007 y aún antes, el gobierno estuvo jugando con fuego, pero quienes terminaron quemándose no fueron los funcionarios ni los terratenientes. El 23 de noviembre la Ruta 86 se tiñó de sangre y furia. Temprano en la mañana ingresó a La Primavera un grupo de civiles armados que venían en compañía de policías provinciales. Varios integrantes de una familia local de pretendidos terratenientes, los Celia, llevaban revólveres y escopetas. Aunque hubo disparos al aire, corridas y una batalla feroz la policía no intervino. Finalmente los agresores se replegaron, y por la tarde –aduciendo que los Quom les habían arrebatado una pistola reglamentaria- un centenar de policías antimotines cargó contra la comunidad. Fueron enviados por el Ministro de Gobierno, Trabajo y Seguridad, Jorge González. Tenían una orden de desalojo emitida por el juez de Instrucción de Clorinda Julio Raúl Mouriño [2].
¿Puede aceptarse que un Juez de Instrucción como Mouriño desconociera la Ley Nacional n° 26.160 que prohíbe los desalojos de pueblos originarios, ahora extendida hasta el año 2013? ¿Ignoraba que rige en Argentina la Convención 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ratificada por Ley Nacional n° 24.071, cuyo Artículo 14 Inciso 1 indica que deberá reconocerse a los pueblos indígenas el derecho de propiedad y posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan? ¿Asumió ese magistrado que con decisiones jurídicamente equivocadas y temerarias estaba provocando un baño de sangre? Nota completa
Nota relacionada: Declaración de Río Cuarto: los defensores del pueblo piden solucionar el conflicto en Formosa
Enviado por Eduardo Hualpa
Hay muertes por balas de plomo y muertes por papeles inventados. El plomo disparado desde un arma de fuego mata. Pero los papeles mal hechos de quienes gobiernan también. Es lo que viene ocurriendo en la comunidad Quom de La Primavera, en Formosa. Aquellos que convivieron durante cientos de años con el monte son expulsados ahora por quienes llegaron después.
10 de enero de 2010. "La comunidad está cansada de tantos pedidos de la devolución del terreno en manos de la Universidad [Nacional] de Formosa (…) Más de 70 Quom estamos dentro del terreno y afuera estamos rodeados de policías" [1].
11 de enero de 2010. "Hoy me ha llamado el comisario de Laguna Blanca para advertirme que si no nos vamos de nuestras casas habrá violencia policial. Además por la tarde pasaron por frente de mi casa criollos con armas de calibre grueso" [1].
Las luces de alarma estaban prendidas desde el año 2007. Pero el conflicto era invisible para el resto del país. Estaba oculto por el polvo, los kilómetros y el gobierno provincial. Desde el año 2007 los Quom de La Primavera -Quom Navogoh en su lengua- vienen sufriendo un renacimiento de la Campaña del Desierto [20]. Ya no está el general Julio Argentino Roca ni sus soldados, que enristraban en alambre los testículos de los indígenas asesinados en Patagonia. En Formosa no hay estepas frías y ventosas sino bosques secos y calientes, hay un veterinario gobernador que nació en Laguna Blanca y policías que reprimen cuando lo ordena el Ministro de Gobierno. En Formosa no se enristran los testículos, pero van quedando reducidas a cenizas las chozas de los Quom expulsados y sus sueños. Porque en Formosa los sueños indígenas son asesinados con papeles de dudoso origen, jueces sin venda en los ojos y balas de plomo.
El casi vitalicio gobernador Gildo Insfrán está empeñado en construir una sede de la Universidad Nacional de Formosa sobre tierras ajenas en la zona de Laguna Blanca. La provincia tiene muchas tierras públicas, pero Insfrán quiere construir sobre territorio Quom. Su cruzada progresista es compartida por algunos terratenientes locales, tan armados como violentos, y por quienes buscan reemplazar el bosque nativo con redituables cultivos industriales.
Desde el año 2007 y aún antes, el gobierno estuvo jugando con fuego, pero quienes terminaron quemándose no fueron los funcionarios ni los terratenientes. El 23 de noviembre la Ruta 86 se tiñó de sangre y furia. Temprano en la mañana ingresó a La Primavera un grupo de civiles armados que venían en compañía de policías provinciales. Varios integrantes de una familia local de pretendidos terratenientes, los Celia, llevaban revólveres y escopetas. Aunque hubo disparos al aire, corridas y una batalla feroz la policía no intervino. Finalmente los agresores se replegaron, y por la tarde –aduciendo que los Quom les habían arrebatado una pistola reglamentaria- un centenar de policías antimotines cargó contra la comunidad. Fueron enviados por el Ministro de Gobierno, Trabajo y Seguridad, Jorge González. Tenían una orden de desalojo emitida por el juez de Instrucción de Clorinda Julio Raúl Mouriño [2].
¿Puede aceptarse que un Juez de Instrucción como Mouriño desconociera la Ley Nacional n° 26.160 que prohíbe los desalojos de pueblos originarios, ahora extendida hasta el año 2013? ¿Ignoraba que rige en Argentina la Convención 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ratificada por Ley Nacional n° 24.071, cuyo Artículo 14 Inciso 1 indica que deberá reconocerse a los pueblos indígenas el derecho de propiedad y posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan? ¿Asumió ese magistrado que con decisiones jurídicamente equivocadas y temerarias estaba provocando un baño de sangre? Nota completa
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