Por Sadop Chubut
Los fines de año son engañosos. Parece que todo está dicho, las cuentas del ciclo cerradas y solo queda esperar con suave tranquilidad las festividades y los brindis. Ese parecía ser el cierre 2010 del SADOP y del colectivo de docentes al cual representa, aquí, en Chubut. Sin embargo esta suave calma sería severamente modificada por un suceso conocido por todos: el pago de una gratificación extraordinaria de mil pesos, suma más que significativa para nuestros vapuleados bolsillos, para los docentes y otros empleados del quehacer provincial.
El día martes 14 de diciembre el Sr. Gobernador Mario Das Neves autorizó el pago de una suma no remunerativa extraordinaria de mil pesos en carácter de “regalo” para empleados de la administración pública. Esta medida, cuestionada por varios sectores, fue llevada adelante mediante el Decreto Nº 1887/10, posteriormente, el día 21 de diciembre se sancionó la Ley 141/10 que está por ser sancionada.
Pero ¿cuál es el conflicto? ¿Cuál es el lugar de SADOP en él?
Pues bien, según el artículo 11 del Estatuto del Docente Privado, ley 13 047, refrendado en los artículos 64 de la Ley de Educación Nacional, Ley 26 206 y 89 de la Ley de Educación Provincial Ley VIII 91, el docente de una institución educativa de gestión privada tiene los mismos derechos, mismos beneficios y, COMO MÍNIMO, el mismo sueldo que sus pares de instituciones de gestión pública. He aquí el dilema.
El martes 20 de éste mes, a las 9 horas se desarrolló una asamblea escolar compuesta por los docentes del Colegio María Auxiliadora de Trelew y miembros de la conducción del SADOP. A partir de la misma se tomó la decisión de realizar acciones de protesta frente al edificio de María Auxiliadora en Trelew además de acciones dentro de la Secretaría de Trabajo de la misma ciudad a manos del Sindicato.
La protesta lleva ya más de una semana. Con docentes del colegio sentados en las escalinatas de ingreso al mismo y con miembros de la conducción del gremio acompañándolos, todos los días de 10 a 12 del mediodía estos colegas muestran su reclamo ante la población de la ciudad, y a la espera de una respuesta favorable, por parte de los patrones, a su pedido. El gremio, mientras tanto, acude a las protestas y además continúa la lucha desde las vías que le corresponden, apoyado en la legislación que avala el reclamo y orquestando la estrategia a futuro dentro del ámbito escolar y de la Secretaría de Trabajo.
Hasta aquí la crónica, más o menos pormenorizada de los hechos. Hablemos ahora de lo que ha estado ocurriendo en este conflicto desde otro lugar.
El reclamo nace con varias inequidades intrínsecas al mismo. Dentro de todas las escuelas de gestión privada coexisten docentes que también trabajan en la gestión pública, por lo que la planta docente se encontraba dividida entre los que habían cobrado ya el bono y los que no. A su vez, dentro de la gestión privada, se encuentran los docentes, mal llamados fuera de planta, quienes son aquellos que, estando dentro de la nómina docente del colegio, no son reconocidos por el Estado Provincial a la hora de realizar el aporte para el pago de sueldos, por lo que tampoco estos colegas reciben la totalidad de los beneficios económicos que le corresponden y, por ello, también les fue negada la gratificación extraordinaria. Por otra parte, el docente de colegios privados, al menos en nuestra provincia, no tiene la práctica del reclamo constante y sostenido por mejoras en su medioambiente laboral. Tampoco, la de realizar sus peleas hermanándose a otros trabajadores u otros actores del campo de la lucha popular en conflicto, ganando así fuerzas y poder de coerción para con la patronal. Es cierto que ninguno de los dos sindicatos de docentes estatales (ATECH y SITRAED) se pronunciaron o se acercaron al lugar del conflicto y que tampoco el resto de la comunidad de trabajadores agrupados en diferentes estructuras, léase CGT o CTA, se arrimaron para compartir nuestras cuitas; esto mina la (poquísima) confianza que tiene el trabajador docente a la idea de organizarse y unirse a otros laburantes para conseguir mejoras en sus derechos laborales. Finalmente, y esto dentro del marco de los colegios confesionales, la patronal de estas instituciones durante años, décadas sería lo correcto, ha inculcado a sus docentes que, siendo el estado provincial quien proporciona los dineros con los que se pagan algunos de los sueldos, es a éste a quien deben realizarle los reclamos que se ajusten a la órbita salarial o provisional, todo esto claro está, con la diáfana intención de correr el eje de la discusión hacia otros pagos más favorables a ellos. Esto hizo que, aún cuando hace ya varios años que el Sindicato viene haciendo hincapié en esta falacia y que fue nuevamente aclarada durante el desarrollo de la Asamblea, en las manifestaciones encontráramos docentes de colegios subvencionados quejándose de haber sido discriminados por el gobierno provincial y sintiendo que solo ellos eran legítimos merecedores del regalo provincial. El resto de la comunidad de la educación privada, algunos realmente discriminados porque no reciben aportes estatales, sólo eran sujetos que servían para su justo reclamo y no colegas compartiendo un objetivo en común.
Ante este panorama es claro que el SADOP debe seguir sosteniendo su plan de lucha permanente por la defensa de los derechos de TODOS los docentes de gestión privada, y continuar con su programa de acciones que apunten al desarrollo y fortalecimiento de una conciencia trabajadora, fuerte, dentro de cada miembro de la comunidad educativa.
La tarea es dura. Aquí estaremos para enfrentarla.
Los fines de año son engañosos. Parece que todo está dicho, las cuentas del ciclo cerradas y solo queda esperar con suave tranquilidad las festividades y los brindis. Ese parecía ser el cierre 2010 del SADOP y del colectivo de docentes al cual representa, aquí, en Chubut. Sin embargo esta suave calma sería severamente modificada por un suceso conocido por todos: el pago de una gratificación extraordinaria de mil pesos, suma más que significativa para nuestros vapuleados bolsillos, para los docentes y otros empleados del quehacer provincial.
El día martes 14 de diciembre el Sr. Gobernador Mario Das Neves autorizó el pago de una suma no remunerativa extraordinaria de mil pesos en carácter de “regalo” para empleados de la administración pública. Esta medida, cuestionada por varios sectores, fue llevada adelante mediante el Decreto Nº 1887/10, posteriormente, el día 21 de diciembre se sancionó la Ley 141/10 que está por ser sancionada.
Pero ¿cuál es el conflicto? ¿Cuál es el lugar de SADOP en él?
Pues bien, según el artículo 11 del Estatuto del Docente Privado, ley 13 047, refrendado en los artículos 64 de la Ley de Educación Nacional, Ley 26 206 y 89 de la Ley de Educación Provincial Ley VIII 91, el docente de una institución educativa de gestión privada tiene los mismos derechos, mismos beneficios y, COMO MÍNIMO, el mismo sueldo que sus pares de instituciones de gestión pública. He aquí el dilema.
El martes 20 de éste mes, a las 9 horas se desarrolló una asamblea escolar compuesta por los docentes del Colegio María Auxiliadora de Trelew y miembros de la conducción del SADOP. A partir de la misma se tomó la decisión de realizar acciones de protesta frente al edificio de María Auxiliadora en Trelew además de acciones dentro de la Secretaría de Trabajo de la misma ciudad a manos del Sindicato.
La protesta lleva ya más de una semana. Con docentes del colegio sentados en las escalinatas de ingreso al mismo y con miembros de la conducción del gremio acompañándolos, todos los días de 10 a 12 del mediodía estos colegas muestran su reclamo ante la población de la ciudad, y a la espera de una respuesta favorable, por parte de los patrones, a su pedido. El gremio, mientras tanto, acude a las protestas y además continúa la lucha desde las vías que le corresponden, apoyado en la legislación que avala el reclamo y orquestando la estrategia a futuro dentro del ámbito escolar y de la Secretaría de Trabajo.
Hasta aquí la crónica, más o menos pormenorizada de los hechos. Hablemos ahora de lo que ha estado ocurriendo en este conflicto desde otro lugar.
El reclamo nace con varias inequidades intrínsecas al mismo. Dentro de todas las escuelas de gestión privada coexisten docentes que también trabajan en la gestión pública, por lo que la planta docente se encontraba dividida entre los que habían cobrado ya el bono y los que no. A su vez, dentro de la gestión privada, se encuentran los docentes, mal llamados fuera de planta, quienes son aquellos que, estando dentro de la nómina docente del colegio, no son reconocidos por el Estado Provincial a la hora de realizar el aporte para el pago de sueldos, por lo que tampoco estos colegas reciben la totalidad de los beneficios económicos que le corresponden y, por ello, también les fue negada la gratificación extraordinaria. Por otra parte, el docente de colegios privados, al menos en nuestra provincia, no tiene la práctica del reclamo constante y sostenido por mejoras en su medioambiente laboral. Tampoco, la de realizar sus peleas hermanándose a otros trabajadores u otros actores del campo de la lucha popular en conflicto, ganando así fuerzas y poder de coerción para con la patronal. Es cierto que ninguno de los dos sindicatos de docentes estatales (ATECH y SITRAED) se pronunciaron o se acercaron al lugar del conflicto y que tampoco el resto de la comunidad de trabajadores agrupados en diferentes estructuras, léase CGT o CTA, se arrimaron para compartir nuestras cuitas; esto mina la (poquísima) confianza que tiene el trabajador docente a la idea de organizarse y unirse a otros laburantes para conseguir mejoras en sus derechos laborales. Finalmente, y esto dentro del marco de los colegios confesionales, la patronal de estas instituciones durante años, décadas sería lo correcto, ha inculcado a sus docentes que, siendo el estado provincial quien proporciona los dineros con los que se pagan algunos de los sueldos, es a éste a quien deben realizarle los reclamos que se ajusten a la órbita salarial o provisional, todo esto claro está, con la diáfana intención de correr el eje de la discusión hacia otros pagos más favorables a ellos. Esto hizo que, aún cuando hace ya varios años que el Sindicato viene haciendo hincapié en esta falacia y que fue nuevamente aclarada durante el desarrollo de la Asamblea, en las manifestaciones encontráramos docentes de colegios subvencionados quejándose de haber sido discriminados por el gobierno provincial y sintiendo que solo ellos eran legítimos merecedores del regalo provincial. El resto de la comunidad de la educación privada, algunos realmente discriminados porque no reciben aportes estatales, sólo eran sujetos que servían para su justo reclamo y no colegas compartiendo un objetivo en común.
Ante este panorama es claro que el SADOP debe seguir sosteniendo su plan de lucha permanente por la defensa de los derechos de TODOS los docentes de gestión privada, y continuar con su programa de acciones que apunten al desarrollo y fortalecimiento de una conciencia trabajadora, fuerte, dentro de cada miembro de la comunidad educativa.
La tarea es dura. Aquí estaremos para enfrentarla.
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