Enviado por No a la Mina
Empezó el día como otro cualquiera: el martes 22 de febrero amaneció soleado y tranquilo, como cualquier día del verano mendocino. De a poco empezaron a llegar jóvenes, viejos y niños, mujeres y varones con pancartas y carteles demostrando su rechazo a Proyecto San Jorge (una minera canadiense que tiene la intención de instalarse prontamente en las montañas de Uspallata). El lugar elegido por los manifestantes era Vicente Zapata y Costanera, un importante nudo vial en el que convergen varias rutas y calles principales.
Por Coordinadora por el Agua y los Bienes Comunes
Muy pronto el lugar se vio desbordado de gente: es que la tradicional paciencia mendocina había llegado a su límite. El gobernador Jaque (desoyendo la Audiencia Pública que en Uspallata le había dicho NO a la minera en un porcentaje de casi un 80 %, ignorando los múltiples cortes de ruta, las innumerables movilizaciones y las muchas cartas al lector donde los mendocinos habían dicho nuevamente NO a la minera), había aprobado la DIA (Declaración de Impacto Ambiental) y la había mandado a la Legislatura para su aprobación definitiva.
Desde las 10 y hasta las 11 hs. los manifestantes cortaron las múltiples rutas del nudo vial de Costanera y Vicente Zapata. Habían tenido la precaución de cortar solo media calle, para no interrumpir del todo el paso de los automotores. Al parar el semáforo a los vehículos en cada una de las calles, varias manifestantes se paraban frente a los autos con las pancartas en alto, mientras otros les repartían volantes alusivos a cada uno de los autos parados.
El corte fue un éxito: no solo porque la cantidad de los manifestantes había colmado las expectativas de los más optimistas, sino también por la reacción de los vehículos que pasaban: todos los que manejaban los autos -sin excepción- tocaban bocina a los manifestantes (expresando su apoyo a la causa de éstos), aplaudían desde adentro de los autos, bajaban las ventanillas para recibir los volantes que les entregaban, y luego seguían su camino.
A las 11 hs los manifestantes se encolumnaron para marchar hasta la ciudad y recorrer sus calles principales. Se calcula que alrededor de 4.000 personas eran las que se habían acercado para manifestarse.
A lo largo de su recorrido (cortando siempre sólo la mitad de las anchas avenidas elegidas), los ambientalistas seguían recogiendo muestras de apoyo de todos los vehículos que pasaban por la otra media calle. Es que éste es un proyecto que quiere establecerse a contramano de lo que los mendocinos quieren; los ciudadanos ya se han expresado de muchas maneras y su respuesta sigue siendo la misma: NO A SAN JORGE!
Al llegar a los Tribunales Provinciales la columna se detuvo para entregar una nota a los jueces de esa dependencia, pero la gente empezó a entrar masivamente al Palacio de Justicia y pronto en los amplios salones de esa institución empezaron a oirse los típicos cánticos en contra de la minera. Un empleado judicial trajo una de las banderas que encabezan las luchas sindicales de los judiciales y comenzó a agitarla, y ésa fue una bandera más que se agregó desde lo alto de una escalera a los cientos de pancartas que flameaban en un mismo rechazo.
Restablecida otra vez la marcha, la larga columna se encaminó esta vez a la Legislatura Provincial. Al llegar a la Casa de las Leyes la encontraron vallada, y esto encolerizó a una manifestación que llegaba pacíficamente a demostrarse. Un sólo grito partió de la muchedumbre: "¡A las mineras les abren las puertas y a nosotros no nos dejan ni acercarnos a esta casa que es nuestra!" Las vallas fueron sacadas rápidamente a un lado por los manifestantes y la gente empezó a entrar masivamente a la Legislatura. La policía trató de frenar la entrada, pero la presión ya fue demasiada: cientos de ciudadanos pacíficos, deseosos de mostrar su repudio, seguían entrando a los señoriales salones donde muchísimas veces se han firmado las leyes que han traicionado los derechos de los ciudadanos. Finalmente, los militantes tomaron el recinto donde se sesiona y se sancionan las leyes.
El vicegobernador trató infructuosamente de hablar varias veces con los manifestantes que colmaban el lugar, pero los cantos y las consignas cantadas por cientos de gargantas se lo hicieron totalmente imposible. Una vez que el gobernador se retiró, tomó el micrófono un militante de la Asamblea de San Carlos (una asamblea pionera en su lucha contra la minería). Una vez que pudo hacerse oir, dijo que esa Casa de las Leyes era la casa del pueblo, y donde deberían votarse las leyes que beneficien al pueblo. Y a continuación puso a consideración de la gente: "Levanten la mano los que rechazan la instalación de San Jorge en Mendoza, los que rechazan la instalación de la megaminería contaminante en todo el territorio provincial!"
Cientos de manos se alzaron al unísono, y el sancarlino sentenció "En esta Legislatura queda rechazado, entonces, la entrada de San Jorge en Uspallata!" Un cerrado aplauso coronó las palabras del militante. Acto seguido, después de las expresiones de júbilo esperadas en una ocasión como ésta, se cantó el Himno Nacional y los manifestantes se retiraron en orden.
Pero un mensaje muy claro quedó para todos los funcionarios involucrados: "no violenten la voluntad del pueblo, porque el pueblo tiene mucha memoria, pero su paciencia es limitada". Como prueba de ello quedaron pegadas afuera, en las paredes de la Casa de las Leyes, las fotos en gran tamaño de Jaque, Carmona, Blesa, Cazabán, Francisco Pérez, con el signo U$S y la palabra "traidor", "delincuente". Tampoco podía faltar el megaminero Gioja, con la palabra "Barrick". Nota completa
Nota relacionada: Mendoza: una multitudinaria marcha contra la minera San Jorge copó la Legislatura provincial
Empezó el día como otro cualquiera: el martes 22 de febrero amaneció soleado y tranquilo, como cualquier día del verano mendocino. De a poco empezaron a llegar jóvenes, viejos y niños, mujeres y varones con pancartas y carteles demostrando su rechazo a Proyecto San Jorge (una minera canadiense que tiene la intención de instalarse prontamente en las montañas de Uspallata). El lugar elegido por los manifestantes era Vicente Zapata y Costanera, un importante nudo vial en el que convergen varias rutas y calles principales.
Por Coordinadora por el Agua y los Bienes Comunes
Muy pronto el lugar se vio desbordado de gente: es que la tradicional paciencia mendocina había llegado a su límite. El gobernador Jaque (desoyendo la Audiencia Pública que en Uspallata le había dicho NO a la minera en un porcentaje de casi un 80 %, ignorando los múltiples cortes de ruta, las innumerables movilizaciones y las muchas cartas al lector donde los mendocinos habían dicho nuevamente NO a la minera), había aprobado la DIA (Declaración de Impacto Ambiental) y la había mandado a la Legislatura para su aprobación definitiva.
Desde las 10 y hasta las 11 hs. los manifestantes cortaron las múltiples rutas del nudo vial de Costanera y Vicente Zapata. Habían tenido la precaución de cortar solo media calle, para no interrumpir del todo el paso de los automotores. Al parar el semáforo a los vehículos en cada una de las calles, varias manifestantes se paraban frente a los autos con las pancartas en alto, mientras otros les repartían volantes alusivos a cada uno de los autos parados.
El corte fue un éxito: no solo porque la cantidad de los manifestantes había colmado las expectativas de los más optimistas, sino también por la reacción de los vehículos que pasaban: todos los que manejaban los autos -sin excepción- tocaban bocina a los manifestantes (expresando su apoyo a la causa de éstos), aplaudían desde adentro de los autos, bajaban las ventanillas para recibir los volantes que les entregaban, y luego seguían su camino.
A las 11 hs los manifestantes se encolumnaron para marchar hasta la ciudad y recorrer sus calles principales. Se calcula que alrededor de 4.000 personas eran las que se habían acercado para manifestarse.
A lo largo de su recorrido (cortando siempre sólo la mitad de las anchas avenidas elegidas), los ambientalistas seguían recogiendo muestras de apoyo de todos los vehículos que pasaban por la otra media calle. Es que éste es un proyecto que quiere establecerse a contramano de lo que los mendocinos quieren; los ciudadanos ya se han expresado de muchas maneras y su respuesta sigue siendo la misma: NO A SAN JORGE!
Al llegar a los Tribunales Provinciales la columna se detuvo para entregar una nota a los jueces de esa dependencia, pero la gente empezó a entrar masivamente al Palacio de Justicia y pronto en los amplios salones de esa institución empezaron a oirse los típicos cánticos en contra de la minera. Un empleado judicial trajo una de las banderas que encabezan las luchas sindicales de los judiciales y comenzó a agitarla, y ésa fue una bandera más que se agregó desde lo alto de una escalera a los cientos de pancartas que flameaban en un mismo rechazo.
Restablecida otra vez la marcha, la larga columna se encaminó esta vez a la Legislatura Provincial. Al llegar a la Casa de las Leyes la encontraron vallada, y esto encolerizó a una manifestación que llegaba pacíficamente a demostrarse. Un sólo grito partió de la muchedumbre: "¡A las mineras les abren las puertas y a nosotros no nos dejan ni acercarnos a esta casa que es nuestra!" Las vallas fueron sacadas rápidamente a un lado por los manifestantes y la gente empezó a entrar masivamente a la Legislatura. La policía trató de frenar la entrada, pero la presión ya fue demasiada: cientos de ciudadanos pacíficos, deseosos de mostrar su repudio, seguían entrando a los señoriales salones donde muchísimas veces se han firmado las leyes que han traicionado los derechos de los ciudadanos. Finalmente, los militantes tomaron el recinto donde se sesiona y se sancionan las leyes.
El vicegobernador trató infructuosamente de hablar varias veces con los manifestantes que colmaban el lugar, pero los cantos y las consignas cantadas por cientos de gargantas se lo hicieron totalmente imposible. Una vez que el gobernador se retiró, tomó el micrófono un militante de la Asamblea de San Carlos (una asamblea pionera en su lucha contra la minería). Una vez que pudo hacerse oir, dijo que esa Casa de las Leyes era la casa del pueblo, y donde deberían votarse las leyes que beneficien al pueblo. Y a continuación puso a consideración de la gente: "Levanten la mano los que rechazan la instalación de San Jorge en Mendoza, los que rechazan la instalación de la megaminería contaminante en todo el territorio provincial!"
Cientos de manos se alzaron al unísono, y el sancarlino sentenció "En esta Legislatura queda rechazado, entonces, la entrada de San Jorge en Uspallata!" Un cerrado aplauso coronó las palabras del militante. Acto seguido, después de las expresiones de júbilo esperadas en una ocasión como ésta, se cantó el Himno Nacional y los manifestantes se retiraron en orden.
Pero un mensaje muy claro quedó para todos los funcionarios involucrados: "no violenten la voluntad del pueblo, porque el pueblo tiene mucha memoria, pero su paciencia es limitada". Como prueba de ello quedaron pegadas afuera, en las paredes de la Casa de las Leyes, las fotos en gran tamaño de Jaque, Carmona, Blesa, Cazabán, Francisco Pérez, con el signo U$S y la palabra "traidor", "delincuente". Tampoco podía faltar el megaminero Gioja, con la palabra "Barrick". Nota completa
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