Por Lino Arturo Pizzolon *
Foto: Ángel Callupil
El reciente hallazgo en el proyecto minero Navidad de una perforación entubada vertiendo alrededor de 100.000 litros de agua por día, desde hace más de un año, no deja de ser sorprendente. Tendrían que haber visto las caras y los ojos de algunos paisanos vecinos de proyecto, aquellos que la noche anterior habían relatado sus penurias con el agua; uno de ellos, que no solo no le alcanza para sus animales, sino que después de haber excavado cuatro metros apenas si encuentra un poco de agua barrosa para su familia … a pocos kilómetros de la perforación abierta. No lo podían y no lo podíamos creer. Y como bien dijo el lonco Patricio, de Laguna Fría, la baba de sapo no se forma por un agua ocasional, el agua se derrama desde hace más de un año, según otro poblador.
Cabe preguntarse si no siendo suficiente el acoso permanente que sufren los paisanos para que vendan sus tierras e irse, no siendo suficiente la labor de lavado de cerebro que vienen realizando desde hace años con sus 4x4 y personal especializado, como el antropólogo Gustavo Ferreira, incondicional de las sucesivas empresas mineras, se recurriera ahora al robo de la poco agua existente, bajando el nivel freático y secando pozos, aguadas y mallines.
Es por causa de las precipitaciones que vienen en bajante desde hace varios años -se les dice desde el gobierno y la empresa-. Si bien eso es cierto, la merma en las precipitaciones, un 19 % en los últimos 11 años, según datos de la NASA, no es suficiente para explicar el nivel de agotamiento experimentado especialmente en algunos campos en la vecindad del proyecto. Mientras tanto se han realizado alrededor de 100 kilómetros de perforaciones en el área de explotación del mismo, sin que se sepa como las mismas afectan el flujo y la calidad del agua subterránea.
Uno no deja de preguntarse donde quedan las mentadas frases “minería sí, pero con control”. ¿Qué controles se puede esperar que haya en una explotación minera, si ya en la fase de exploración ocurren descontroles como el que evidenciaron los mismos pobladores?. Una vez más queda en descubierto el discurso mentiroso de quienes llegaron al poder montados sobre el no a la mina de Esquel, y luego, una vez allí, se dieron vuelta, fueron a foros internacionales a ofrecer nuestro territorio a los inversionistas como si se tratara del patio trasero de su casa. Y ahora esperan que pasen las elecciones para bajar la ley 5001, que impide la voladura de la meseta y el uso masivo de tóxicos.
El territorio de Chubut debe quedar ajeno a la megaminería, sin zonas de sacrificio, por la magnitud de la degradación ambiental que esta introduce, por el saqueo económico que implica, por la división social que provoca incluso entre familias, por la erosión jurídica, y por la degradación y la megacorrupción de la vida institucional, en función de sus propios intereses. Una mina de este tipo nunca está lejos, y hay más de una en espera!!. Lo mismo vale para cualquier otro lugar del país, o del mundo donde ha puesto sus ojos esta moderna piratería.
Gobernar lanzando a unos sobre otros, en beneficio de pocos y desmedro de muchos, imponiendo un destino irreversible a vastas regiones sin haber hecho ni tener la intención de hacer la más mínima consulta real, es haber abdicado de la función Política, … con mayúsculas. Entonces la gente se queda sola … y más que nunca vale la autodefensa solidaria, como bien lo demuestran los paisanos de la zona de Gan Gan y vecinos de otras ciudades que se acercaron.
* Docente e investigador universitario
Nota relacionada: “Crónica de la movilización en la meseta: cabalgata y carnaval de la resistencia”, por A. Callupil
El reciente hallazgo en el proyecto minero Navidad de una perforación entubada vertiendo alrededor de 100.000 litros de agua por día, desde hace más de un año, no deja de ser sorprendente. Tendrían que haber visto las caras y los ojos de algunos paisanos vecinos de proyecto, aquellos que la noche anterior habían relatado sus penurias con el agua; uno de ellos, que no solo no le alcanza para sus animales, sino que después de haber excavado cuatro metros apenas si encuentra un poco de agua barrosa para su familia … a pocos kilómetros de la perforación abierta. No lo podían y no lo podíamos creer. Y como bien dijo el lonco Patricio, de Laguna Fría, la baba de sapo no se forma por un agua ocasional, el agua se derrama desde hace más de un año, según otro poblador.
Cabe preguntarse si no siendo suficiente el acoso permanente que sufren los paisanos para que vendan sus tierras e irse, no siendo suficiente la labor de lavado de cerebro que vienen realizando desde hace años con sus 4x4 y personal especializado, como el antropólogo Gustavo Ferreira, incondicional de las sucesivas empresas mineras, se recurriera ahora al robo de la poco agua existente, bajando el nivel freático y secando pozos, aguadas y mallines.
Es por causa de las precipitaciones que vienen en bajante desde hace varios años -se les dice desde el gobierno y la empresa-. Si bien eso es cierto, la merma en las precipitaciones, un 19 % en los últimos 11 años, según datos de la NASA, no es suficiente para explicar el nivel de agotamiento experimentado especialmente en algunos campos en la vecindad del proyecto. Mientras tanto se han realizado alrededor de 100 kilómetros de perforaciones en el área de explotación del mismo, sin que se sepa como las mismas afectan el flujo y la calidad del agua subterránea.
Uno no deja de preguntarse donde quedan las mentadas frases “minería sí, pero con control”. ¿Qué controles se puede esperar que haya en una explotación minera, si ya en la fase de exploración ocurren descontroles como el que evidenciaron los mismos pobladores?. Una vez más queda en descubierto el discurso mentiroso de quienes llegaron al poder montados sobre el no a la mina de Esquel, y luego, una vez allí, se dieron vuelta, fueron a foros internacionales a ofrecer nuestro territorio a los inversionistas como si se tratara del patio trasero de su casa. Y ahora esperan que pasen las elecciones para bajar la ley 5001, que impide la voladura de la meseta y el uso masivo de tóxicos.
El territorio de Chubut debe quedar ajeno a la megaminería, sin zonas de sacrificio, por la magnitud de la degradación ambiental que esta introduce, por el saqueo económico que implica, por la división social que provoca incluso entre familias, por la erosión jurídica, y por la degradación y la megacorrupción de la vida institucional, en función de sus propios intereses. Una mina de este tipo nunca está lejos, y hay más de una en espera!!. Lo mismo vale para cualquier otro lugar del país, o del mundo donde ha puesto sus ojos esta moderna piratería.
Gobernar lanzando a unos sobre otros, en beneficio de pocos y desmedro de muchos, imponiendo un destino irreversible a vastas regiones sin haber hecho ni tener la intención de hacer la más mínima consulta real, es haber abdicado de la función Política, … con mayúsculas. Entonces la gente se queda sola … y más que nunca vale la autodefensa solidaria, como bien lo demuestran los paisanos de la zona de Gan Gan y vecinos de otras ciudades que se acercaron.
* Docente e investigador universitario
Nota relacionada: “Crónica de la movilización en la meseta: cabalgata y carnaval de la resistencia”, por A. Callupil
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Comento la Nota de una forma muy simple, es claro que mucha gente no ha comprendido nada, y el respeto por el prójimo y la naturaleza es cero. El verdadero poder lo tiene la gente y siempre lo ha tenido, este es tiempo de ponerse de pie y actuar con total paz y armonía, pues estos amigos del desastre solo pueden ver su enriquecimiento, no los culpo, solo hay que mandarlos atrás de la fila a volver a re-educarse y aprender, sea quien fuere, intendente,presidente,quien fuere,yo, Tú. Abrazos !! Pablo Pecorari
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