Por Consejo de Administración de Coopetel
En relación al encuentro realizado el pasado sábado 30 de abril en la escuela rural 150 del paraje Los Repollos, en sesión extraordinaria del Centro Regional Universitario Bariloche, dependiente de la Universidad Nacional del Comahue, en el cual distintas Instituciones y Organizaciones de la Comunidad de El Bolsón nos hicimos presentes para interiorizarnos de la situación padecida por la Comunidad Mapuche Las Huaytecas expresamos:
Es de conocimiento público que desde la reforma constitucional de 1994 el Estado reconoce la preexistencia de los pueblos originarios y que la ley nacional 26.160, ordena el relevamiento de todas las comunidades indígenas del país y la suspensión de los desalojos. En este sentido, este primer procedimiento, el de relevamiento territorial, fue realizado por parte del INAI en la comunidad Las Huaytecas durante los meses de noviembre y diciembre de 2010.
La comunidad Las Huaytecas tiene su razón de ser a través de lo que significa para el pueblo Mapuche la protección del cipresal de Las Huaytecas, su lugar ceremonial, su centro espiritual, un bosque considerado único en el mundo, el cual se extiende al pie del cordón Serrucho (cerro de la Tren Tren) y se asienta sobre un humedal, bienes naturales comunes éstos que pertenecen a toda la humanidad.
No obstante lo referido y haciendo caso omiso de la necesidad de no innovar en esta materia hasta tanto no se resuelvan las cuestiones de fondo, lo ambiental y lo social, el gobierno de la provincia de Río Negro ha cedido este territorio por la irrisoria suma de $400 la hectárea, a favor del señor Silberberg, quien a través de sus administradores y con anuencia de la Dirección Provincial de Tierras y el Servicio Forestal Andino, ha comenzado a talar alrededor del milenario bosque, con el objeto de construir un gran emprendimiento inmobiliario, según lo ha denunciado la Comunidad.
Es importante poner de manifiesto, no solo que se usufructúa como terreno fiscal un Territorio Ancestral que es parte indisoluble de la cosmovisión originaria, ya que la pérdida del bosque implica la desaparición física y espiritual de esta comunidad, sino también que el Estado, quien debiera ser el primer protector de los bienes naturales, es quien a través de la administración fraudulenta propicia este tipo de despojos, atropellos e injusticias.
Desde Coopetel, Cooperativa de Obras y Servicios Públicos, Sociales y Viviendas de El Bolsón, con el objeto de ser parte activa del reclamo y la vida política de toda una comunidad, nos sumamos a la propuesta de generar la conciencia y las acciones necesarias para que sea declarado de Valor Ambiental y Social el Bosque de Las Huaytecas, para el disfrute de todos los habitantes presentes y principalmente para las nuevas generaciones, en el convencimiento que el negocio que tiene por solo objeto la maximización del lucro a corto plazo, nada tiene que ver con los principios de la economía solidaria a escala humana sobre la cual se basan nuestras convicciones.
Juntarnos, organizarnos y resistir la violencia camuflada de progreso solo es el primer paso, en lo sucesivo estará tomar la iniciativa y el compromiso ciudadano de asumir el rol de protagonistas para decidir de forma participativa como y cuáles son los modos y las formas de la vida en comunidad que deseamos darnos para nosotros y para nuestros hijos.
Nota relacionada: Universidad del Comahue pide a Provincia detener tala de cipreses
En relación al encuentro realizado el pasado sábado 30 de abril en la escuela rural 150 del paraje Los Repollos, en sesión extraordinaria del Centro Regional Universitario Bariloche, dependiente de la Universidad Nacional del Comahue, en el cual distintas Instituciones y Organizaciones de la Comunidad de El Bolsón nos hicimos presentes para interiorizarnos de la situación padecida por la Comunidad Mapuche Las Huaytecas expresamos:
Es de conocimiento público que desde la reforma constitucional de 1994 el Estado reconoce la preexistencia de los pueblos originarios y que la ley nacional 26.160, ordena el relevamiento de todas las comunidades indígenas del país y la suspensión de los desalojos. En este sentido, este primer procedimiento, el de relevamiento territorial, fue realizado por parte del INAI en la comunidad Las Huaytecas durante los meses de noviembre y diciembre de 2010.
La comunidad Las Huaytecas tiene su razón de ser a través de lo que significa para el pueblo Mapuche la protección del cipresal de Las Huaytecas, su lugar ceremonial, su centro espiritual, un bosque considerado único en el mundo, el cual se extiende al pie del cordón Serrucho (cerro de la Tren Tren) y se asienta sobre un humedal, bienes naturales comunes éstos que pertenecen a toda la humanidad.
No obstante lo referido y haciendo caso omiso de la necesidad de no innovar en esta materia hasta tanto no se resuelvan las cuestiones de fondo, lo ambiental y lo social, el gobierno de la provincia de Río Negro ha cedido este territorio por la irrisoria suma de $400 la hectárea, a favor del señor Silberberg, quien a través de sus administradores y con anuencia de la Dirección Provincial de Tierras y el Servicio Forestal Andino, ha comenzado a talar alrededor del milenario bosque, con el objeto de construir un gran emprendimiento inmobiliario, según lo ha denunciado la Comunidad.
Es importante poner de manifiesto, no solo que se usufructúa como terreno fiscal un Territorio Ancestral que es parte indisoluble de la cosmovisión originaria, ya que la pérdida del bosque implica la desaparición física y espiritual de esta comunidad, sino también que el Estado, quien debiera ser el primer protector de los bienes naturales, es quien a través de la administración fraudulenta propicia este tipo de despojos, atropellos e injusticias.
Desde Coopetel, Cooperativa de Obras y Servicios Públicos, Sociales y Viviendas de El Bolsón, con el objeto de ser parte activa del reclamo y la vida política de toda una comunidad, nos sumamos a la propuesta de generar la conciencia y las acciones necesarias para que sea declarado de Valor Ambiental y Social el Bosque de Las Huaytecas, para el disfrute de todos los habitantes presentes y principalmente para las nuevas generaciones, en el convencimiento que el negocio que tiene por solo objeto la maximización del lucro a corto plazo, nada tiene que ver con los principios de la economía solidaria a escala humana sobre la cual se basan nuestras convicciones.
Juntarnos, organizarnos y resistir la violencia camuflada de progreso solo es el primer paso, en lo sucesivo estará tomar la iniciativa y el compromiso ciudadano de asumir el rol de protagonistas para decidir de forma participativa como y cuáles son los modos y las formas de la vida en comunidad que deseamos darnos para nosotros y para nuestros hijos.
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