miércoles, mayo 18, 2011

La Pastoral Social apoya la marcha de las comunidades originarias contra la megaminería

Enviado por Ángel Callupil

La Pastoral Social de la diócesis de Comodoro Rivadavia quiere hacerse presente en la marcha que este viernes 20 de mayo del corriente año realizarán en Rawson nuestros hermanos y hermanas de los Pueblos Mapuches Tehuelches de la meseta del Chubut.

Como Iglesia atenta a los derechos de todas las personas, queremos sumarnos a este llamado de atención a toda la Provincia, y sobre todo, a las autoridades. Mientras que haya un solo hermano o hermana con sus derechos vulnerados, nadie puede quedarse indiferente. Sobre todo, cuando estos hijos e hijas de nuestra tierra reclaman algo que es justo.

En otras oportunidades ya nos hemos manifestado acerca de la naturaleza como una herencia gratuita que recibimos para proteger, ya que se manifiesta muchas veces frágil e indefensa ante los poderes económicos y tecnológicos (Cf. Aparecida 471). Hoy, las mismas personas de la meseta, supuestas beneficiarias de la instalación de proyectos de megaminería a cielo abierto, son las que dicen, con valentía y sencillez, que quieren mantener su dignidad buscando el sustento propio del campo; que prefieren respetar y cuidar esta rica herencia natural, y convivir con el medio ambiente, antes que arruinarlo para todas las generaciones presentes y futuras. Tierra, por otro lado, que ancestralmente les pertenece.

Reconocer y hacer efectivo el goce de derechos, sobre todo de los más vulnerables y vulnerados, debe trascender agendas políticas, colores partidarios y gestiones de gobierno, para transformarse en verdaderas políticas de estado. Y uno de los derechos que están en juego aquí, es el derecho a la autodeterminación de los pueblos y las personas, junto al derecho a la identidad. No se les puede imponer un cambio radical en su forma ancestral de vivir. Y menos aún, si a la vez se embarga el futuro de todos

La Iglesia “está cercana a los campesinos que con amor generoso trabajan duramente la tierra para sacar, a veces en condiciones sumamente difíciles, el sustento para sus familias y aportar a todos los frutos de la tierra. Valora especialmente a los indígenas por su respeto a la naturaleza y el amor a la madre tierra como fuente de alimento, casa común y altar del compartir humano” (Aparecida 472).

Comodoro Rivadavia, 18 de mayo de 2011
Equipo de Pastoral Social de la diócesis de Comodoro Rivadavia

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