Por FUNAM
El decreto 1476 firmado por el gobernador saliente Juan Schiaretti permite la destrucción de la rica vegetación ubicada bajo árboles nativos. También habilita el desmonte selectivo y la siembra de pastos exóticos.
La Fundación para la defensa del ambiente (FUNAM) cuestionó duramente el Decreto 1476/2011 que firmó el gobernador Juan Schiaretti pues implica "un adiós a lo poco que queda del bosque nativo". La Fundación consideró que este decreto "es tan nocivo como la destrucción por incendios y desmontes que sufrió y sufre la provincia".
El decreto 1476/2011 permite el rolado de la rica vegetación que crece bajo los árboles nativos. También habilita el desmonte selectivo –sin asumirlo como desmonte- y la siembra de pastos exóticos. La norma crea la Unidad Ejecutora , que estará a cargo de un funcionario nombrado por el Poder Ejecutivo, y forma "unidades departamentales", para lo cual será necesario designar nuevos funcionarios con el rango de Jefes de Departamento.
"El rolado, la extracción de vegetación nativa y la siembre de pasturas exóticas amputan partes esenciales de un ecosistema que solo funciona bien cuando está completo, cuando tiene su biodiversidad original. Desprovisto de sus cientos de especies vegetales y animales, el bosque nativo deja de fabricar suelo, de retener agua y de conservarse a sí mismo. Por ignorancia o mal asesoramiento el gobierno cree, equivocadamente, que los bosques son solamente árboles", sostuvo el Dr. Raúl Montenegro, presidente de FUNAM y miembro de la Comisión Ordenamiento Territorial de Bosque Nativo (que tras dos años de trabajo participativo y multiactoral realizó un proyecto de “Ley de Bosques” provincial que no fue aprobado por la Legislatura).
"El gobernador Juan Schiaretti acaba de demostrar el pobre conocimiento que tienen los funcionarios sobre la crítica realidad ambiental de la provincia, donde queda menos del 5% de bosque nativo cerrado. Se crea además una nueva burocracia adaptada a la codicia de algunos sectores económicos y le asesta el golpe de gracia a los escasos bosques nativos de Córdoba".
"Es inconcebible que un decreto acelere la destrucción de lo poco que queda de bosque nativo, que insista con la implantación de especies exóticas y que propicie la destrucción de servicios ambientales sin los cuales es imposible vivir a largo plazo. Ya se devastó el 95% de la superficie ocupada por nuestros bosques. Van ahora por el 5% que queda. Es venganza, es complicidad, es incapacidad. Quienes redactaron el decreto son los mismos que permitieron la destrucción de nuestros bosques, los mismos que no aplicaron suficientes penalidades y los mismos que no supieron facilitar su restauración", indicó el biólogo Ricardo Suárez, del Proyecto de Conservación y Reforestación de las Sierras de Córdoba.
"Es uno de los festejos de la primavera más tristes que tuvo la provincia de Córdoba. Los ciudadanos no nos merecemos funcionarios tan ineptos. Justamente en el momento de menor resistencia ambiental de la provincia de Córdoba el gobernador Juan Schiaretti le dice adiós por decreto a los últimos bosques nativos. Este señor olvida que tuvimos la tasa de desmonte más alta de Argentina (-2,93% por año), 12 veces más alta que la media mundial y 6 veces más alta que la de África, y que los incendios quemaron en solamente 9 días de septiembre más de 61.000 hectáreas ", sostuvo Raúl Montenegro.
Agregó que "la firma del decreto 1476 en medio de esta tragedia ambiental es una buena noticia para las Sociedades Rurales y una cachetada incomprensible para los cordobeses que viven y vivirán en la provincia, y que necesitan agua. Mientras las Municipalidades de Río Ceballos, Unquillo, Salsipuedes, La Granja y Ascochinga enfrentan una grave emergencia hídrica, el gobierno les responde facilitando la destrucción de las fábricas y reservorios nativos de agua".
FUNAM consideró que el decreto "es tan inconstitucional como la mal llamada Ley de Bosques 9814 (aprobada en lugar del proyecto de la COTBN), una norma que se hizo a medida de los productores agropecuarios y sojeros, y que en su momento promulgaron con su firma el gobernador Juan Schiaretti y el Secretario de Ambiente Raúl Costa. La ley 9814 y el decreto 1476 pasarán a la historia por ir a contrapelo de la historia, por desmantelar los últimos ecosistemas de bosque nativo y por alterar todavía más las vapuleadas cuencas hídricas de Córdoba".
"Solo la ineptitud puede explicar que el gobierno de Juan Schiaretti pretenda solucionar el problema hídrico trayendo agua del río Paraná -lo cual tampoco es una solución para toda la provincia- mientras habilita por decreto la destrucción de ambientes nativos que durante miles de años fabricaron agua, suelo y estabilidad ambiental".
FUNAM convocó a la Universidad Nacional de Río Cuarto y a la Universidad Nacional de Córdoba para que "cuestionen la constitucionalidad del decreto y protejan a los cordobeses del vandalismo legal que se habilitó desde el gobierno provincial".
El Dr. Raúl Montenegro sostuvo que "el ejemplo de compromiso social dado por la Universidad Nacional de Río Cuarto, que cuestionó la constitucionalidad de la Ley de Bosques 9814 y se presentó ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación , debe ser imitado por la Universidad Nacional de Córdoba. Nuestra universidad, una de las más antiguas de América Latina y cuna de la Reforma Universitaria , no debe quedar al margen de la historia y de la defensa de la vida".
LOS BOSQUES NATIVOS NO SON SOLAMENTE ÁRBOLES, SON ECOSISTEMAS
"Desde hace miles de años los principales ríos de Córdoba obtienen su agua de las serranías. Antes de que comenzaran los incendios y desmontes a gran escala, el buen funcionamiento del ecosistema nativo garantizaba la provisión de agua, incluso en inviernos de años muy secos", indicó el Dr. Raúl Montenegro.
"Cuando las sierras están en condiciones ecológicas óptimas y tienen su biodiversidad intacta, la vegetación intercepta las gotas de las lluvias de verano, impidiendo que golpeen el suelo y lo deterioren. El agua circula entonces por las hojas y tallos de las plantas, y alcanza el suelo, donde su permeabilidad facilita la infiltración. Esta "esponja blanda", edáfica, funciona bien mientras tenga vegetación nativa, ya sea un bosque de coco y molle, un matorral de romerillos, o un pastizal de altura. El agua infiltrada penetra luego en las rocas subyacentes, muy fracturadas, y se mueve lentamente hasta volcarse como vertiente. Esta 'esponja rígida', rocosa, hace más lento el flujo de agua y permite que aún en temporadas más secas, como el invierno, las vertientes sigan descargando agua. Las sierras en buen funcionamiento impiden que toda el agua de lluvia del verano corra por la superficie (escorrentía). Los ríos tienen entonces agua todo el año aunque su caudal disminuya en invierno, transportan poco sedimento, y los embalses se colmatan menos rápidamente", agregó Montenegro.
"Cuando las sierras son incendiadas y se destruye su vegetación las gotas de lluvia alcanzan el suelo, y lo disgregan. Queda sometido entonces a los efectos erosivos del agua y del viento, y a la insolación que evapora la escasa humedad remanente. Los suelos desmontados, quemados, insolados y golpeados por la lluvia se vuelven impermeables. La impermeabilidad de lo suelos facilita la circulación del agua en superficie (escorrentía), y reduce la infiltración. La fuerte pendiente de las sierras hace que el agua corra con violencia y arrastre consigo suelo y organismos vivos. Como la "esponja blanda" del suelo no funciona, el agua deja de llegar a la "esponja dura" de las rocas, y las vertientes desprovistas de su fuente de alimentación merman el caudal o se secan. En verano la mayor parte del agua de lluvia alimenta los cursos de agua, que tienen crecientes cada vez más importantes. Transportan además una mayor cantidad de sedimentos, y la vida acuática pierde biodiversidad. Su mayor aporte de fósforo y nitrógeno a los lagos aumenta la eutroficación".
"No es lo mismo un incendio de 60.000 hectáreas cuando la provincia tenía hace dos siglos 12 millones de hectáreas de bosque nativo, que esa misma superficie quemada cuando quedan menos de 600.000 hectáreas de bosque nativo cerrado. Más que un incendio es una tragedia ambiental y un duro golpe a las maltrechas cuencas hídricas de la provincia de Córdoba".
Según Montenegro "un bosque, arbustal o pastizal de altura no tienen solamente árboles, reptiles, aves y mamíferos, sino un complejo entramado de seres vivos. En un metro cuadrado de suelo y hasta los 30 centímetros de profundidad pueden vivir unos 1.500 millones de protozoarios (microorganismos), 120 millones de nematodos (gusanos), 440.000 colémbolos (insectos), 400.000 ácaros, 3.000 ciempiés y milpiés, 500 hormigas, y muchas poblaciones de organismos. El fuego los golpea duramente. Sin la vegetación nativa y con la biodiversidad muy afectada el ambiente deja de fabricar suelo. En ambientes tropicales y templados se requiere de 220 a 1.100 años para regenerar 25 milímetros de suelo. En sitios con rocas duras, como los granitos serranos, el suelo tarda más tiempo en formarse. El fuego impide además el retorno de materia orgánica al suelo, favorece la erosión, y lo compacta. Como la impermeabilización impide que el suelo absorba el agua de lluvia, las crecientes de los ríos se vuelvan cada vez más violentas".
Nota relacionada: CORDOBA CREO UNIDAD PARA ORDENAMIENTO DE BOSQUES NATIVOS
El decreto 1476 firmado por el gobernador saliente Juan Schiaretti permite la destrucción de la rica vegetación ubicada bajo árboles nativos. También habilita el desmonte selectivo y la siembra de pastos exóticos.
La Fundación para la defensa del ambiente (FUNAM) cuestionó duramente el Decreto 1476/2011 que firmó el gobernador Juan Schiaretti pues implica "un adiós a lo poco que queda del bosque nativo". La Fundación consideró que este decreto "es tan nocivo como la destrucción por incendios y desmontes que sufrió y sufre la provincia".
El decreto 1476/2011 permite el rolado de la rica vegetación que crece bajo los árboles nativos. También habilita el desmonte selectivo –sin asumirlo como desmonte- y la siembra de pastos exóticos. La norma crea la Unidad Ejecutora , que estará a cargo de un funcionario nombrado por el Poder Ejecutivo, y forma "unidades departamentales", para lo cual será necesario designar nuevos funcionarios con el rango de Jefes de Departamento.
"El rolado, la extracción de vegetación nativa y la siembre de pasturas exóticas amputan partes esenciales de un ecosistema que solo funciona bien cuando está completo, cuando tiene su biodiversidad original. Desprovisto de sus cientos de especies vegetales y animales, el bosque nativo deja de fabricar suelo, de retener agua y de conservarse a sí mismo. Por ignorancia o mal asesoramiento el gobierno cree, equivocadamente, que los bosques son solamente árboles", sostuvo el Dr. Raúl Montenegro, presidente de FUNAM y miembro de la Comisión Ordenamiento Territorial de Bosque Nativo (que tras dos años de trabajo participativo y multiactoral realizó un proyecto de “Ley de Bosques” provincial que no fue aprobado por la Legislatura).
"El gobernador Juan Schiaretti acaba de demostrar el pobre conocimiento que tienen los funcionarios sobre la crítica realidad ambiental de la provincia, donde queda menos del 5% de bosque nativo cerrado. Se crea además una nueva burocracia adaptada a la codicia de algunos sectores económicos y le asesta el golpe de gracia a los escasos bosques nativos de Córdoba".
"Es inconcebible que un decreto acelere la destrucción de lo poco que queda de bosque nativo, que insista con la implantación de especies exóticas y que propicie la destrucción de servicios ambientales sin los cuales es imposible vivir a largo plazo. Ya se devastó el 95% de la superficie ocupada por nuestros bosques. Van ahora por el 5% que queda. Es venganza, es complicidad, es incapacidad. Quienes redactaron el decreto son los mismos que permitieron la destrucción de nuestros bosques, los mismos que no aplicaron suficientes penalidades y los mismos que no supieron facilitar su restauración", indicó el biólogo Ricardo Suárez, del Proyecto de Conservación y Reforestación de las Sierras de Córdoba.
"Es uno de los festejos de la primavera más tristes que tuvo la provincia de Córdoba. Los ciudadanos no nos merecemos funcionarios tan ineptos. Justamente en el momento de menor resistencia ambiental de la provincia de Córdoba el gobernador Juan Schiaretti le dice adiós por decreto a los últimos bosques nativos. Este señor olvida que tuvimos la tasa de desmonte más alta de Argentina (-2,93% por año), 12 veces más alta que la media mundial y 6 veces más alta que la de África, y que los incendios quemaron en solamente 9 días de septiembre más de 61.000 hectáreas ", sostuvo Raúl Montenegro.
Agregó que "la firma del decreto 1476 en medio de esta tragedia ambiental es una buena noticia para las Sociedades Rurales y una cachetada incomprensible para los cordobeses que viven y vivirán en la provincia, y que necesitan agua. Mientras las Municipalidades de Río Ceballos, Unquillo, Salsipuedes, La Granja y Ascochinga enfrentan una grave emergencia hídrica, el gobierno les responde facilitando la destrucción de las fábricas y reservorios nativos de agua".
FUNAM consideró que el decreto "es tan inconstitucional como la mal llamada Ley de Bosques 9814 (aprobada en lugar del proyecto de la COTBN), una norma que se hizo a medida de los productores agropecuarios y sojeros, y que en su momento promulgaron con su firma el gobernador Juan Schiaretti y el Secretario de Ambiente Raúl Costa. La ley 9814 y el decreto 1476 pasarán a la historia por ir a contrapelo de la historia, por desmantelar los últimos ecosistemas de bosque nativo y por alterar todavía más las vapuleadas cuencas hídricas de Córdoba".
"Solo la ineptitud puede explicar que el gobierno de Juan Schiaretti pretenda solucionar el problema hídrico trayendo agua del río Paraná -lo cual tampoco es una solución para toda la provincia- mientras habilita por decreto la destrucción de ambientes nativos que durante miles de años fabricaron agua, suelo y estabilidad ambiental".
FUNAM convocó a la Universidad Nacional de Río Cuarto y a la Universidad Nacional de Córdoba para que "cuestionen la constitucionalidad del decreto y protejan a los cordobeses del vandalismo legal que se habilitó desde el gobierno provincial".
El Dr. Raúl Montenegro sostuvo que "el ejemplo de compromiso social dado por la Universidad Nacional de Río Cuarto, que cuestionó la constitucionalidad de la Ley de Bosques 9814 y se presentó ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación , debe ser imitado por la Universidad Nacional de Córdoba. Nuestra universidad, una de las más antiguas de América Latina y cuna de la Reforma Universitaria , no debe quedar al margen de la historia y de la defensa de la vida".
LOS BOSQUES NATIVOS NO SON SOLAMENTE ÁRBOLES, SON ECOSISTEMAS
"Desde hace miles de años los principales ríos de Córdoba obtienen su agua de las serranías. Antes de que comenzaran los incendios y desmontes a gran escala, el buen funcionamiento del ecosistema nativo garantizaba la provisión de agua, incluso en inviernos de años muy secos", indicó el Dr. Raúl Montenegro.
"Cuando las sierras están en condiciones ecológicas óptimas y tienen su biodiversidad intacta, la vegetación intercepta las gotas de las lluvias de verano, impidiendo que golpeen el suelo y lo deterioren. El agua circula entonces por las hojas y tallos de las plantas, y alcanza el suelo, donde su permeabilidad facilita la infiltración. Esta "esponja blanda", edáfica, funciona bien mientras tenga vegetación nativa, ya sea un bosque de coco y molle, un matorral de romerillos, o un pastizal de altura. El agua infiltrada penetra luego en las rocas subyacentes, muy fracturadas, y se mueve lentamente hasta volcarse como vertiente. Esta 'esponja rígida', rocosa, hace más lento el flujo de agua y permite que aún en temporadas más secas, como el invierno, las vertientes sigan descargando agua. Las sierras en buen funcionamiento impiden que toda el agua de lluvia del verano corra por la superficie (escorrentía). Los ríos tienen entonces agua todo el año aunque su caudal disminuya en invierno, transportan poco sedimento, y los embalses se colmatan menos rápidamente", agregó Montenegro.
"Cuando las sierras son incendiadas y se destruye su vegetación las gotas de lluvia alcanzan el suelo, y lo disgregan. Queda sometido entonces a los efectos erosivos del agua y del viento, y a la insolación que evapora la escasa humedad remanente. Los suelos desmontados, quemados, insolados y golpeados por la lluvia se vuelven impermeables. La impermeabilidad de lo suelos facilita la circulación del agua en superficie (escorrentía), y reduce la infiltración. La fuerte pendiente de las sierras hace que el agua corra con violencia y arrastre consigo suelo y organismos vivos. Como la "esponja blanda" del suelo no funciona, el agua deja de llegar a la "esponja dura" de las rocas, y las vertientes desprovistas de su fuente de alimentación merman el caudal o se secan. En verano la mayor parte del agua de lluvia alimenta los cursos de agua, que tienen crecientes cada vez más importantes. Transportan además una mayor cantidad de sedimentos, y la vida acuática pierde biodiversidad. Su mayor aporte de fósforo y nitrógeno a los lagos aumenta la eutroficación".
"No es lo mismo un incendio de 60.000 hectáreas cuando la provincia tenía hace dos siglos 12 millones de hectáreas de bosque nativo, que esa misma superficie quemada cuando quedan menos de 600.000 hectáreas de bosque nativo cerrado. Más que un incendio es una tragedia ambiental y un duro golpe a las maltrechas cuencas hídricas de la provincia de Córdoba".
Según Montenegro "un bosque, arbustal o pastizal de altura no tienen solamente árboles, reptiles, aves y mamíferos, sino un complejo entramado de seres vivos. En un metro cuadrado de suelo y hasta los 30 centímetros de profundidad pueden vivir unos 1.500 millones de protozoarios (microorganismos), 120 millones de nematodos (gusanos), 440.000 colémbolos (insectos), 400.000 ácaros, 3.000 ciempiés y milpiés, 500 hormigas, y muchas poblaciones de organismos. El fuego los golpea duramente. Sin la vegetación nativa y con la biodiversidad muy afectada el ambiente deja de fabricar suelo. En ambientes tropicales y templados se requiere de 220 a 1.100 años para regenerar 25 milímetros de suelo. En sitios con rocas duras, como los granitos serranos, el suelo tarda más tiempo en formarse. El fuego impide además el retorno de materia orgánica al suelo, favorece la erosión, y lo compacta. Como la impermeabilización impide que el suelo absorba el agua de lluvia, las crecientes de los ríos se vuelvan cada vez más violentas".
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