Por José Hernán Díaz Varela *
El título de esta reflexión es una frase textual extraída de
las declaraciones del secretario general de la Asociación de
Trabajadores de la Educación
del Chubut, ATECh, regional Oeste, Tomás Montenegro Ocampo, del día 23 de
febrero, emitidas por una radio de Esquel y que tomé prestada, con la debida
cita de fuente, del archivo de noticias de su página web www.fmdellagoesquel.com.ar.
Adhiero al concepto. Me interesan las negociaciones serias.
Pero no extraigo las mismas conclusiones que el profesor Montenegro quien, con
una lógica que me resulta un tanto forzada, concatena una pretendida seriedad
en la actual negociación paritaria docente con la confirmación de un inicio de
clases aceptando la magra pauta salarial del gobierno y descartando, por
supuesto, cualquier medida de fuerza en lo inmediato. Lo felicito por el
énfasis en las declaraciones que realizó a título personal y que no comparto,
al igual que muchos, muchísimos docentes que no fuimos consultados, y que nos
enteramos de las decisiones de cúpula sindical por la radio. En este contexto,
conviene precisar qué entiendo por negociación seria.
Una negociación seria es, por ejemplo, el 23 por ciento de
aumento directo e inmediato que lograron los diecisiete gremios docentes de
Capital Federal -un distrito con mejor base salarial que Chubut en su cargo
testigo y con un costo de canasta básica y de servicios notablemente más baja-,
y que es simplemente un acuerdo para “seguir conversando”. ¿Cómo lograron esta
recomposición salarial los colegas capitalinos? Pues exponiendo la posibilidad
real y efectiva de no iniciar el ciclo lectivo. Es decir, poniendo blanco sobre
negro, plantearon en serio una seria medida de fuerza.
Por ello, siguiendo con las serias negociaciones, la Central nacional de
Trabajadores de la Educación,
CTERA, aún no acordó con Nación un piso salarial que sirva de pauta para las
paritarias en cada provincia. Recordemos que ATECh es un gremio de base de
CTERA, en cuyas últimas reuniones participó el profesor Montenegro, según la
misma información radial.
Una negociación seria incluiría, también, una consulta real
a las bases, que no son un club de amigos y amigas (para ser políticamente
correctos en el lenguaje) sino docentes (¿debo aclarar que incluyo a varones y
mujeres en este sustantivo común, nacional y popular?) que deberían tener
representación orgánica en un cuerpo de delegados que, en muchísimas escuelas
de esta regional, no se han conformado por desidia del propio gremio y a pesar
de reclamos reiterados.
Según las declaraciones de Montenegro Ocampo, se realizó una
“consulta en muchas escuelas” en las que se relevó un supuesto mandato de
firmar, aunque en disconformidad, la propuesta del gobierno de un aumento
salarial al básico del 10 por ciento para el mes que viene, más algunas sumas
en negro para cargos directivos y compras de insumos, y otro 7 por ciento más
-sobre la misma base de cálculo que el primer parcial- recién para julio, luego
del medio aguinaldo, claro.
Más allá de la escasa seriedad de esta “consulta a las
bases” que debería canalizarse, insisto, mediante los delegados o asambleas por
escuela, esta propuesta oficial sólo puede ser celebrada como una conquista
salarial por los kirchneristas de paladar negro, fervientes acólitos del gurú
del Indec, reverendo Guillermo Moreno, para quien la canasta básica ronda los
mil quinientos pesos.
Para el gobierno es una propuesta “razonable”, para los
firmantes del gremio es “seria” pero, lamentablemente, es insuficiente siquiera
para recomponer el sueldo de más de doce mil docentes chubutenses, y ni hablar
de un aumento salarial.
En estos tiempos de pensamiento único, es probable que
alguno pretenda embarrar un legítimo reclamo laboral vociferando sobre el
sagrado derecho de los niños a aprender o, más sesudamente, intente articular
con el contexto global de una economía mundial que “se prende fuego y en la que
se reducen salarios” como le dijo hoy, viernes 24, el ministro Sileoni a Víctor
Hugo Morales (que estaba transmitiendo, vaya paradoja, desde la casa histórica
de Sarmiento en San Juan). Claro, se olvida convenientemente de que ya tuvimos
nuestros incendios nacionales y populares y, a la vez, recorta esta paritaria
del contexto de las de otros gremios que obtuvieron, en promedio, aumentos
salariales muy superiores al que se ofrece a los docentes.
Por ello, me permito disentir seriamente, con argumentos y
números en la mano que exceden el espacio de esta reflexión pero que deben
plantearse en una franca discusión gremial, aportando elementos de debate que
ayuden a construir decisiones más pensadas, acordadas, menos apuradas y, en
consecuencia, más legítimas.
* Apoderado Lista Lila - Elecciones 2011 - Regional Oeste
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