Por el Equipo científico técnico de la Asamblea de Vecinos por
el NO A LA MINA,
Esquel-Chubut
En la ficha del programa dice: “Víctor Hugo Morales y su
equipo reflexionan en voz alta sobre los asuntos de la actualidad con la ayuda
de calificados expertos”, por lo tanto, no es quedarse en la espuma de las
noticias sino profundizar en ellas.
Desde la presentación, el periodista ensalza a Féliz
diciendo: “es un gusto, un honor, tenerlo como invitado” (es profesor, uno de
los once pertenecientes al staff de Química Inorgánica de la UNLP), y se coloca él mismo y
al oyente allá abajo diciendo: “…cuando Ud. Escucha cómo nos lanzamos a hablar
desde el enorme desconocimiento sobre la minería a cielo abierto, incluso los
medios…” Da por descontado que el Sr. Feliz sabe y los demás, no.
Pero sucede que a lo largo de la entrevista nos vamos dando
cuenta que el Dr. Féliz no es tan erudito, ni siquiera informado en el tema, ya
que a duras penas va intentando hilar un discurso que atraviesa por patéticos
momentos casi cómicos, si el tema no fuera tan serio. Es imprescindible
escuchar el audio para poder darse cuenta de sus dificultades para hablar clara
y correctamente.
Desde el punto de vista de la ciencia son muchos los errores
y algunos de gran magnitud, por lo cual resulta asombroso que hayan elegido a
esa persona, para defender la actividad minera.
Pasemos a enumerar “algunos” de los errores, confusiones u
horrores conceptuales cometidos por el Sr. Feliz, porque todos sería demasiado:
1) Dice que existe minería a cielo abierto desde los romanos
para acá, debiendo quedar claro que lo que está en discusión es la minería a
gran escala, porque la recolección artesanal de lajas es a cielo abierto y es
obvio que nadie la cuestiona. Hablemos entonces de minería a gran escala
–megaminería polimetálica-.
2) Menciona la
Mina Waihi en Nueva Zelanda con más de 100 años de actividad
minera y donde además se desarrolla actividad turística, pesca, etc. Pero
claro, no menciona que el funcionamiento del tajo abierto comenzó en 1987,
razón por la cual existen algunos efectos que aún no se han detectado, dado los
tiempos en que usualmente se manifiestan (1).
3) Habla exclusiva y extensamente del cianuro de hidrógeno
(gas) en cuanto a su toxicidad, pero se olvida de mencionar que en la industria
minera se lo utiliza en solución (de allí la gran demanda de agua) y que se lo
transporta en estado sólido, por lo cual en el estado gaseoso, precisamente es
en la forma que menos se presenta. El peor desastre en cuanto a contaminación
con cianuro, fue precisamente en solución, obviamente. (2).También olvida
mencionar que el cianuro de hidrógeno era el gas con que se mataba a la gente
en las cámaras de exterminio nazi.
4) Existen varias publicaciones científicas y técnicas que
mencionan los productos de degradación del cianuro, que incluyen docenas de
compuestos, y él agota su discusión en los productos de oxidación por el aire y
el sol, sin comentar cuántos, cuáles, ni sobre la toxicidad de los mismos (3,
4, 5). Si bien es cierto que el cianuro se descompone naturalmente en productos
no tóxicos, esta reacción tiene condiciones muy difíciles de lograr en la
naturaleza, como pH neutro, presencia de oxígeno y luz solar. Además, se trata
de una reacción en cadena que genera muchos productos intermedios, altamente
tóxicos como cianatos, tiocianatos, etc, que permanecen en el ambiente muchos
años por su alta vida media.
5) Su mención del cianuro como origen de la vida en la
tierra no es para nada consistente, las teorías de la síntesis abiótica como
origen de las moléculas que hoy aparecen en la tierra, son varias, y sólo en
alguna de ellas se menciona la posible existencia de cianuro de hidrógeno
otras, las más clásicas, mencionan por ejemplo la presencia de metano,
amoníaco, agua e hidrógeno (6). De todas maneras siguen siendo teorías, y a la
luz de los conocimientos actuales son cuestionadas. (7).
6) Pero va más allá de considerar al cianuro como origen de
la vida en la tierra y agrega, por cierto confusamente, que el cianuro quedó
atrapado en las plantas (¡?) , y esto sí excede toda imaginación. Se estima el
número de plantas con flores en el reino vegetal en unas 300.000 y sólo en unas
1000 (0.03%) se encuentran glicósidos cianogenéticos (sustancias que por
hidrólisis enzimática pueden generar cianuro) (8). Claro, dice que se liberan
de las hojas como un “tóxico normal” y rápidamente sigue con otro tema porque
se da cuenta que está reconociendo que el cianuro es tóxico (pero normal,
afortunadamente!).
7) Dice que para intoxicarse con cianuro “hay que hacer un
esfuerzo”, bueno le diríamos que ingerir una cantidad comparable a un grano de
maíz, de cianuro de sodio (150 mg), es una dosis letal. Él sigue refiriéndose a
la forma de gas, quizás porque le guste imaginar que se volatiliza y
desaparece, él dice se “destruye por oxidación”, y es una barbaridad conceptual
porque un profesor de química debe saber que la materia no se crea, ni
destruye, sólo se transforma, un principio elemental de la química, que
estableció el químico Lavoisier. Además la vida media del cianuro de hidrógeno
en el aire es de uno a tres años. (9, 10). El Dr Korte dice que las
consecuencias del venteo de cianuro a la atmósfera tendría ¨consecuencias
impredecibles¨, peores que las del efecto invernadero o el agujero de ozono.
8) Feliz continúa diciendo que escuchó decir a un geólogo o
a un ingeniero en minas (¿?) que “lo destruyen” con lavandina, por cierto no
dice que lo investigó en tal o cual libro o publicación, lo que resulta poco
consistente para un catedrático. Lo deseable hubiera sido que acompañara la
bibliografía científica que avalara tal comadreo.
9) Dice que el cianuro no causa ningún problema en la
naturaleza, podría remitirse a leer los trabajos y publicaciones técnicas
relacionadas con el desastre ocurrido en Rumania, o los numerosos casos en
Montana. Además de los informes técnicos de la Agencia de Protección
ambiental de los Estados Unidos (EPA), entre ellos el documento: Daños a las
salud humana y ambiental provocados por la minería y por sus desechos (11).
Puede por supuesto documentarse también de los casos de muertes de peces, aves
y otros seres vivos, además de la intoxicación en humanos, en todo el mundo
10) Respecto al tema del consumo del agua dice que no tiene
información, pero a renglón siguiente afirma “es como agregar una finca de
ciento y pico de hectáreas (¡) al sistema de riego compartido” y agrega que “no
he escuchado jamás en toda la búsqueda que hice sobre la cuestión minería que
hubiera un problema con el consumo de agua”. Acaso no se ha documentado del
consumo en La Alumbrera:
los docentes de la
Universidad de Córdoba que sí estudiaron el tema y rechazaron
los fondos provenientes de esa minera (12) documentan que consume casi el doble
de agua que toda la provincia de Catamarca, 100 millones de litros de agua por
día. Nota completa
Nota relacionada: Opinión: “Mega-minería no es desarrollo”, por Hernán Schiaffini
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