Por Proyecto Sur-Chubut *
Como sabemos, en Chubut tiene vigencia la Ley 5.001, que prohíbe la
minería a cielo abierto en el territorio provincial. Esta ley es el producto de
la movilización de la ciudadanía de Esquel, en un proceso de madurez cívica que
resulta ejemplar.
También sabemos que, alentado por el gobierno nacional, el
gobernador Buzzi elaboró un proyecto de regulación de la actividad minera que
intenta burlar la Ley
5.001, con el fin de dar rienda suelta a la explotación megaminera en la
provincia. Esta iniciativa fue hecha a espaldas del pueblo. Asesorado por
lobbistas mineros (incluidos el ministro de planificación Julio De Vido y el
secretario de minería Jorge Mayoral), Buzzi se ha esmerado en seducir a
intendentes y diputados provinciales.
El gobernador se está burlando del pueblo porque no plantea
abiertamente todas las ventajas y desventajas de la explotación minera y porque
no promueve el debate en la sociedad. Tal como lo hizo Mario Das Neves, cuando
consiguió la aprobación de los contratos de concesión petrolera en 2007 en un
tiempo récord, Buzzi apuesta al poder el lobby y no a la democracia
participativa.
¿Y la democracia?
El gobernador Martín Buzzi es uno de esos dirigentes que
creen que la democracia se reduce al proceso eleccionario, por eso no tiene
empacho en traicionar a quien sea una vez obtenido el triunfo. La estrategia es
muy simple: como candidato, se acomoda junto al que tenga más poder y en su
campaña dice discursos muy lindos y generales, evitando tratar cuestiones
concretas y, sobre todo, polémicas. Luego, una vez en ejercicio del cargo, se
dedica a desarrollar políticas que nunca anunció, contando con el apoyo de otros
funcionarios como él, a quienes no les importa realmente representar al
ciudadano que lo votó.
Lo que se decida con nuestros recursos naturales es algo que
afecta a toda la sociedad y es un deber del gobernante promover una adecuada
información y garantizar el debate y la participación de los ciudadanos y de
las organizaciones civiles. A puertas cerradas, a espaldas del pueblo, no se
pueden tomar decisiones que embarguen el futuro de todos.
Pero, claro, para políticos como Buzzi, la traición al
ciudadano no es un problema. Más bien es una costumbre cuando no una estrategia
que exhiben orgullosamente como demostración de su inteligencia y su vocación
de poder. La estructura de los partidos tradicionales resulta siempre un
aparato institucional apropiado para fomentar la traición.
Repasemos brevemente: Buzzi traicionó a Das Neves, que había
traicionado a Kirchner, que había traicionado a Duhalde, que había traicionado
a Menem, que traicionó a Perón. Cuando la traición es la norma, la honestidad
termina siendo causa de asombro, cuando no de burla.
La lucha por el futuro
Desde Proyecto Sur, manifestamos nuestro apoyo a las
acciones de concientización y de resistencia impulsadas por todas las
asambleas, asociaciones y foros que, frente a la soberbia del gobierno, luchan
por un futuro mejor para todos.
Exigimos, entonces, que el gobierno suspenda su iniciativa
legislativa respecto de la minería y que promueva un debate abierto y
participativo en toda la comunidad de la provincia. La disyuntiva es muy
simple: Democracia o Traición.
* www.proyectosur-chubut.blogspot.com
Nota relacionada: Vecinos instan a los legisladores chubutenses a que rechacen el proyecto de ley megaminero
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