domingo, septiembre 09, 2012

Opinión: “Algo huele mal en el Sistema Educativo”, por Manuel Correia



Por Manuel Correia *

"Algo está (o huele a) podrido en Dinamarca" expresó inmediatamente Hamlet al enterarse de la extraña muerte de su padre, el rey, que posteriormente resultó ser había sido envenenado por su hermano Carlos. Confirmándose de esta manera las sospechas que tenía al revelarse que se trató realmente de un asesinato.

Porque hay cosas que no son lo que aparentan y tras las cuales en ocasiones se oculta algo raro y malo. Y en el caso particular del Sistema Educativo de Chubut, en su concurso de ascensos, del cual el Ministerio de Educación hace tanto alarde y que los dirigentes de ATECH celebran, porque no se realiza desde hace más de diez años, pasa algo similar que lo hace no ser tan bueno para el mismo Sistema Educativo, si es que lo que se desea es realmente su democratización y fortalecimiento.

Entre otras cosas, parece ser que no importa mucho respetar la norma que regula el concurso, ni el perfil de quien integra el jurado, o tal vez sí y es deliberado. Frente a los criterios explicitados de la convocatoria que se desarrolla existen otros de carácter oculto que actúan de manera eficaz en el proceso de legitimación y reproducción justificativa de culturas conservadoras en la estructura, la organización y el funcionamiento de las instituciones educativas, al modo del llamado “Currículum oculto”.

¿Cuánta docente anti democrática y autoritaria, con ideas “rancias” y que se jubiló siendo directora o supervisora e irrespetando los derechos humanos hay en el Concurso de Ascensos, porque han sido convocadas y “elegidas” como jurado por su "trayectoria y experiencia"?

Personas que por haber sido funcionales con las lógicas de la escuela tradicional, se han jubilado con su legajo tan “inmaculado” como lo fue durante años el guardapolvo blanco en las escuelas, que si bien tenia pretensión igualadora y el evitar que algunos niños, niñas y adultos se sintieran mal, lo que ocultaba era la idea de que ciertas diferencias socioeconómicas eran vergonzantes, y es bien sabido que dichas diferencias operaban igual, a pesar de la ilusión igualadora, cotidianamente en las prácticas inequitativas de las cuales, además no se hablaba. 

En el mismo sentido que el guardapolvo, al mismo tiempo que cubría encubría, la convocatoria ministerial encubre, soslaya convenientemente las prácticas inequitativas, como si todos quienes son jurado hubiesen cumplido con sus deberes explícitos, como si hubieran garantizado la participación en los ámbitos laborales, protegido efectivamente los derechos de los trabajadores de la educación, y como si generaron condiciones respetuosas de los mismos; y que cuidaron a todos los niños, las niñas y adolescentes de la falta de igualdad de oportunidades, de la discriminación y de la violencia en todas sus formas en la esfera de la enseñanza.

Docentes que han avalado, habilitado prácticas de exclusión y segregación de niños con discapacidad violentando sus derechos en las escuelas en la Provincia del Chubut, que han colocado a personas en una situación incompatible con la dignidad humana, con lo cual han contribuido a la falta de seguridad tanto en nuestra ciudad como en otras, y no han aportado a ir concretando una sociedad con un proyecto humanista para todos y todas.

El conjunto de ideas, intereses y creencias vetustas de estos jurados conservadores constituirá, aunque inadvertido y no explicitado, un marco referencial para analizar, evaluar y actuar durante todo el concurso de ascensos, e impactará desfavorablemente en la calidad educativa.

Que no se perciba, no se hable de ello, no se sepa o presupongamos que esto no sucede, no disminuye ni neutraliza su poder de contribuir a una escuela hostil, discriminadora e intolerante, ni le quita a este tipo de ideas y creencias sus efectos negativos sobre la estructura del sistema educativo, la democratización de las escuelas, y en la posibilidad de contribuir a una sociedad en la cual el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales de todas las personas se haga plenamente efectivo.

No estamos tan bien si quienes tienen la responsabilidad de garantizar el derecho a la educación de calidad para todos en la provincia y conocen bien el paño, se hacen los distraídos o desentendidos y finalmente reivindican de manera encubierta a estas personas, valorando positivamente sus prácticas conservadoras y un supuesto profesionalismo, al habilitarlas como jurados.

Estamos mal si se deja en manos de estas personas que han sido nombradas por el Ministerio, el efectivizar los derechos laborales de todas las docentes que desean y tienen derecho a ascender, y si se las deja desprotegidas, expuestas a ser evaluadas por esas jurados.

Que mal que estamos si les (nos) da lo mismo quienes conforman el jurado o si se cumple o no con la ley que regula el concurso de ascensos, y no se presta atención en los efectos que produce, no se evalúa los ejemplos que provoca, ni se valora las repercusiones que esto tiene.

Y que mal estamos (y seguiremos estando) si los integrantes de la conducción provincial de ATECH hacen silencio, parece no importarles y no consideran que quienes sean jurados sea relevante, o que para garantizar derechos laborales es necesario respetar, cumplir con las normas que los protegen.

Los significados peculiares y antivalores compartidos por los miembros moderados y políticamente correctos, no solo acompañarán de manera sesgada y más o menos oculta al desarrollo del concurso dándole cierta direccionalidad regresiva, sino que lamentablemente van a determinar a su vez los valores, supuestos epistemológicos tácitos y creencias que continuarán primando en el Sistema Educativo, si bien ya no en sus discursos progresistas, si en gran parte del hacer cotidiano.

Su desgraciada eficacia se verá posteriormente reflejada habitualmente en sus efectos, en la cara negativa e informal de la organización y funcionamiento de las escuelas, contribuyendo negativamente a la "formación" y socialización de los sujetos, y reforzando representaciones y prácticas sociales, en sentido contrario a los fines y propósitos de la educación como derecho humano fundamental.

Por eso algo huele mal y no precisamente en Dinamarca sino en el Sistema Educativo de Chubut, a pesar de quienes prefieren creer en las bondades aparentes de su concurso de ascensos, lo cual es más fácil aunque no sin consecuencias incluso para sus conciencias, en lugar de saber algunas verdades viendo más allá y pensando sobre lo obvio.

* Licenciado en Psicología
Máster en Derechos de la Infancia y Adolescencia
Comodoro Rivadavia - Chubut – Argentina


1 Comentá esta nota:

Daniel dijo...

Señor, su alambicada nota me provoca una desagradable sensación de rechazo. El grupo de personas que integran el jurado del concurso es, como todo grupo humano, heterogéneo, y dentro de él habrá personas como las que usted describe; pero también hay otras (me consta) que son la antítesis. ¿A que viene entonces ese meter a todos en la misma bolsa?
Si a usted le consta que hay jurados con ese perfil, pues bien, juéguese y denuncie con nombre y apellido. Y si no se anime, entonces no enchanche a todos.
Estaría bueno que, en el próximo concurso, presente usted alguna propuesta para lograr una mejor integración del jurado, con docentes "posta", y no venga a quejarse, como ahora, cuando ya todo está consumado.
Tehga buenas noches.

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