Enviado por Jorge Ronco
Por Beto Maliandi
“El extravagante paso del tiempo, define y resuelve
situaciones humanas otrora insalvables; los extraordinarios e insalvables
eventos producidos sobre la naturaleza por obra del ser humano, definen su
propio tiempo; la extralimitación en la dimensión de ser solo un humano,
produce eventos catalizadores de la acción del tiempo en la naturaleza; la
extrapolación en el orden de los tiempos naturales dada por estos eventos sobre
el planeta, limita el ser y lo separa insalvablemente de todo lo humano en
nosotros.” Propio
El desarrollo de una vida rural, produce manos fuertes y
cabezas libres. La naturaleza, el silencio y la relativa soledad, crean un
ámbito ideal para la reflexión y el análisis. Por el contrario, el ruido, el
ritmo y la situación de conflicto dada por la “hiperconvivencia” planteada por
el hacinamiento citadino, limita tiempo, situación y entorno para estas dos
acciones intelectuales propias del humano. Algunas frases creadas bajo estas
especiales condiciones de conciencia, no tienen analogías en el mundo moderno,
y una de ellas es: “El bicho que achica el cogote, sabe que le cabe el lazo”, y
se refiere a quien le cabe una responsabilidad y no la asume.
Cuando una sociedad no solo no condena, sino que además
premia con excepciones a aquellos transgresores grupos, tanto económicos como
sociales, con la falta de aplicación de las leyes dictadas para protección de
los intereses del pueblo, no hablamos más de “democracia” (del latín: gobierno
del pueblo), el pueblo pierde todos sus derechos de defenderse y gobernarse
ante intereses privados, el pueblo ya no gobierna. Lejos de esto, solo acepta
el destino fijado por las corporaciones económicas, por los grupos de poder,
por los cipayos de turno. Las leyes pasan a ser motivaciones para coleccionar y
encuadernar, y así adornar las bibliotecas en grandes y lustrosos lomos de
libros sin lectores.
Pensábamos lejana
esta posibilidad en la Comarca,
compañeros, nuestro turno ha llegado. Una empresa, Laderas, que no cumple
siquiera con lo que todos tenemos que cumplir para que este sistema económico y
financiero funcione, o sea, pagar impuestos y tasas de licitaciones y
servicios, está siendo premiada con el beneficio de la paciencia eterna en
cuanto a la aplicación de las leyes. Además, la falta de cobro de todo lo que
debe esta Laderas, no solo retarda el recupero del dinero invertido en ella por
el gobierno provincial y municipal, sino que también demanda más dinero aún
para poder seguir generando pérdidas sin límites al estado, al pueblo, el mismo
que es despojado por estos actos de su autonomía, libertad y recursos
naturales.
Debido a la gravedad de los hechos institucionales,
podríamos pensar que se encubre y perdona de estas deudas a una empresa que
atiende necesidades primarias: salud, educación, servicios públicos…no
compañeros, estamos perdiendo nuestra independencia por una empresa que se
dedica al esquí, al golf y al polo, deportes para pocos, no para el pueblo que
entrega lo que posee. La defensa de los adeptos al poder, habla de los puestos
laborales: 70 familias viven durante 70 días al año de esta empresa, por esto
entregamos nuestra libertad. Y podrá sonar exagerado este término, pero si una
empresa que no paga lo que debe, no cumple lo firmado en el contrato, compra
tierras fiscales de manera ilegal y turbia, no es pasible de rescindirle el
contrato, o quitarle las tierras mal habidas, o multar la falta de pago e
incumplimiento de deberes, o tan siquiera cobrarles lo que deben, podrán
decirme ustedes como procederán las que vengan en un futuro a un territorio tan
fácil de colonizar, y en la colonia el habitante no tiene libertad, es un
esclavo sin leyes ni justicia.
¿Se han detenido a pensar en que, si cada proyecto turístico
presentado necesita una urbanización de 850 has como respaldo económico y
fuente de inversión, en pocos años estaremos rodeados de muchas ciudades
satélites?, porque estamos en una zona turística, en franco crecimiento,
promisorio punto de inversiones futuras. Entonces nuestros bosques, costumbres
rurales, modo de vida, o sea, todo aquello que cada vez atrae más turistas en
verano, se habrán ido cuando llegue el cambio irreparable de vivir en una zona
despojada de su atractivo único y original.
Nuestros gobernantes, jugando un juego perdido al iniciar,
rifan el destino de la zona a empresarios sin dinero y con nefasta ambición e
impunidad. Uno esperaría más de un gobierno “nacional y popular”, un poco más
de Chacho Peñaloza, de Facundo Quiroga, de Güemes, de Piedrabuena, de Néstor o
de Cristina, con la cabeza en alto, el pecho hinchado de patria y pueblo. Nos
tocó esto, un gobierno provincial de cara larga de tanto mentir, y un gobierno
municipal de cogote corto.
Pero no dejaremos de estar en los juzgados o en la calle,
junto a todas las organizaciones sociales, civiles y políticas que claman por
vivir en un lugar donde la justicia social y las leyes que la protegen, estén
por encima de los gobernantes de hoy y de los oportunistas de siempre.
Beto Maliandi
Nota relacionada: Conflicto en El Bolsón: “Laderas divide”
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