Por Heraldo Ruddy González*
Antes sacrificaría mi
existencia que echar una mancha sobre mi vida pública que se pudiera interpretar
por ambición.
Jose de San Martín
Hoy se cumplen 58 años de una masacre que debemos
rememorarla pues es una de las mayores tragedias que nos toco vivir; cuando un
grupo de desequilibrados psicópatas integrantes de la fuerzas armadas
bastardeando el uniforme y los principios Sanmartinianos, irracionalmente y sin
medir consecuencias, intentaron derrocar un gobierno constitucional,
ametrallando y bombardeando la
Plaza de Mayo y casa de Gobierno asesinando mas de 300
ciudadanos. Su cobardía los llevo a buscar
refugio fuera del pais y sus crímenes quedaron impunes por las
connivencias cívico-militares que impulsaron acontecimientos posteriores.
Lo anterior fue el
preludio, que mas tarde con un nuevo derrocamiento del sistema democrático en
1976, no solo se cobro la vida de innumerables compatriotas sino que esta
acción fue negada con el engañoso “eufemismo de desaparecidos” que llevaron
adelante en un proceso diabólico quienes a pesar de sus acciones fueron
justiciados y condenados luego de la recuperación plena de la democracia en
1983, hace solo tres décadas.
Lo señalado surge de una síntesis de recuerdos y vivencias
que se definen como la “facultad psíquica por medio de la cual se retiene y
recuerda el pasado” y en ese transitado camino; rescate de “Historia de la Eternidad” de J. L.
Borges la siguiente reflexión: “Es sabido que la identidad personal reside en
la memoria y que la anulación de esa facultad comporta la idiotez” . En estos momentos de introversión también
acude a mi memoria y debo revalorizarla la máxima: “Este viejo adversario
despide a un amigo” y es para los desmemoriados
la póstuma despedida que en julio de 1974 pronuncio Ricardo Balbín (UCR)
a J. D..Perón en sus exequias. Continuando en el análisis del pasado debo
recordarle a quien tiene la responsabilidad de gobernar para los 40.000.000 de
“Compatriotas”; que somos todos pues: (“NADIE ES PATRIA, TODOS LO SOMOS”, dijo
J. L. Borges).
No debo extenderme en relatos históricos, mi preocupación y ocupación mediante este
relato y en estos momentos, son los antagonismos que potenciados desde el
gobierno, provocan la reacción de la
oposición creando incertidumbre en en el nuevo milenio, “ya se paso mas de una
década” y no hemos logrado lo que nos recomendaba “El General” con su capacidad
de estadista cuando nos instaba a la concordia nacional con aquello de que: “El
2000 nos encontrara unidos o dominados”.
Solo espero que esta fecha nos convoque a la reflexión y consideremos la advertencia precedente para
recuperar algo más de una década perdida por la desunión; y procuremos mediante
la solidaridad no solo como un derecho sino como una obligación en la patria a
la que nos sentimos ligados lograr la unidad respetando la diversidad de ideas.
La sangre y lágrimas derramadas son el nutriente suficiente
para la unidad nacional.
¿No les parece?
* DNI 5.471.578 Trelew, Ch. 16de junio de 2013
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