Por Ricardo Mascheroni
Enviado por Lino Pizzolon
Cualquier atorrante de mi barrio, en torno a esta
conmemoración, diría: “estamos en 2013 y el pescado sin vender”, y tendría
razón, ya que han transcurrido más de 40 años desde su institucionalización y
pese a toda la maraña discursiva, recordatorios, proclamas, apelaciones, leyes
y demás yerbas, cada día nos acercamos más al borde del abismo.
Es más, si reflotáramos las prédicas ambientalistas escritas
desde la década del ’60 hasta nuestros días, veríamos que poco ha cambiado
desde lo literal, salvo referencias a algunos procesos, técnicas u obras
novedosas, que no alcanzan para desnaturalizar el sentido primigenio de cada
planteo.
En paralelo a ese transcurrir, el estado sanitario del
Planeta ha ido y va en franca y acelerada declinación.
No obstante lo afirmado, de necios sería y además injusto,
no reconocer que en todo este tiempo, la participación, la militancia y la
percepción social sobre la crisis ambiental creció, en forma más que
considerable, afortunadamente, lo que ha provocado cambios legales e
institucionales en la gestión del ambiente.
Pese a ello, y en estos tiempos sobre todo, con más
preocupación, interés, información y compromiso social, en el balance general,
la columna del debe, sigue engrosando peligrosa e incomprensiblemente.
Cómo entender y en consecuencia explicar este desfasaje, que
muestra, que a la par que existe una mayor comprensión y conocimiento sobre la
problemática, las soluciones se hacen cada vez más ilusorias o se licuan en una
maraña de normas jurídicas, administrativas, exhortaciones, apelaciones,
congresos, convenciones, jornadas, que más allá de la corrección de sus
planteamientos, poco aportan en dicha dirección, mientras los tiempos se
acortan para plasmar alternativas al status quo depredador y agresivo en el que
nos hallamos inmersos.
Ha sido una constante hasta ahora, que la mayoría de las
denuncias u oposiciones efectuadas, imputan la responsabilidad en la crisis a:
países, gobiernos, corporaciones, empresas y los sospechosos de siempre en el
plano internacional o local, que sin dudas la tienen y más. Nota completa
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