Por Hugo Rodrigues *
Ocho empleados contratados hicieron piquete, pararon haciéndose ver y oír; hicieron lo que 130 empleados y empleadas municipales deberían haber hecho y no se animaron, haciendo valer su derecho a reclamar por un salario digno. Los conocen como “los contratados” municipales. En realidad son trabajadores precarizados, es decir “en negro”, pudiendo entenderse que el color se debe a lo nada claro de las condiciones de contratación como a que con los sueldos de miseria que perciben tienen un futuro muy oscuro.
Son el producto de varios años de gobiernos clientelares, que entre las promesas de campaña a cumplir incluyen la promesa de “un puesto en el municipio”. El vecino/a entra, es ubicado donde sea, en el área municipal que sea y allí espera el anhelado pase a planta permanente. Mientras tanto, cumplirá horarios, cumplirá, con mayor o menor grado de compromiso, las labores que se le encomienden, etc.
Para los intendentes que sostienen esta mecánica de la demagogia laboral, se trata de un sistema muy cómodo: cumplen su promesa, contentan a la gente y simulan que disminuye la desocupación. …Simulan, porque el aumento de la cantidad de trabajadores que pasan a engrosa el Estado, sin planificación y sin que exista una demanda real para la prestación de servicios, disimula la desocupación. La esconde por un tiempo debajo de la alfombra.
En Corcovado tenemos áreas municipales sobrepoblados de trabajadores/ras a los cuales se le asignan funciones a veces testimoniales. Otros son adscriptos a reparticiones donde hay algo más qué hacer. Pero en general se trata de un círculo vicioso alimentado desde la politiquería, antes que por auténtica política.
Un dato que puede ilustrar esta situación es que desde mediados de la década del `90 a la fecha, la planta de trabajadores/ras municipales aumentó un 85 %, en tanto que la población aumentó apenas un 25 %. Es decir que no ha habido una correlación genuina entre incremento demográfico con demanda de servicios y creación de una estructura real para satisfacerla.
Durante varios años se mantuvo este esquema de facilismo clientelar en el cual el Estado municipal se comportó como un soporte pasivo de agentes públicos y no como un agente de transformación. Lejos estuvo durante estos años de ser promotor de oportunidades, de ser sostén de políticas activas para generar riqueza y trabajo.
El gobierno municipal de Roxana Novella continuó con la inercia contratadora de sus antecesores, en especial de su mentor, el exonerado Daniel Toledo, patrón de la “estancia Corcovado” durante ocho años, del cual aprendió como aplicada alumna, todos los recursos de un modelo basado en la demagogia y el clientelismo. A poco de hacerse cargo de la intendencia, sus primeras medidas fueron tomar más personal y armar un equipo de gobierno.
Con la obra pública parada, sin recursos más allá de los estrictamente coparticipables (conflicto “Cerro Dragón mediante”) pasó su primer año, en una especie de limbo, sin proyecto visible, salvo los primeros meses de fiesta despilfarradora de unos fondos, producto de la venta ilegal de tierras para un barrio privado.
Hoy, la situación es que no hay más plata para pagar nuevos sueldos y más aumentos: se terminó el dulce de leche en el tarro y no hay nada más que raspar del fondo. Los primeros en acusar recibo de la novedad fueron los 130 contratados. Se terminó la historia, cierra la fábrica de empleo barato, ahora tienen que morder el polvo de una realidad sin atenuantes. Final para una gestión que prometía alegría y buena onda y ahora nos muestra los dientes, y no por simpatía. El slogan oficial “una gestión de Novella” se hizo realidad.
DNI 13297913
Ahora, más a la deriva que nunca, es necesario inventar un libreto, cambiar el discurso. Ahora dice la Intendente, desde su tribuna permanente de la radio municipal, los trabajadores y trabajadoras deberán ver qué hacer.. El gobierno no puede bancar más la situación; no puede mantener estos planes de empleo.
Entonces aparece la receta salvadora: un cóctel de palabras dentro del cual resuenan la producción, el asociativismo y las cooperativas de trabajo. El discurso cambió, el gobierno municipal ahora explica, propone, insiste en una salida para los trabajadores, externa al Estado.
Habrá que ver cómo aquello que debería haber sido siempre una política de Estado, (aún cuando había dulce de leche en el tarro), y no un argumento improvisado apareciendo como una receta mágica, puede salvarle las papas a este gobierno, pero sobre todo, la dignidad a las personas.
* DNI 13297913
Nota relacionada: Empleados tomaron el Municipio de Corcovado | El Extremo Sur
Ocho empleados contratados hicieron piquete, pararon haciéndose ver y oír; hicieron lo que 130 empleados y empleadas municipales deberían haber hecho y no se animaron, haciendo valer su derecho a reclamar por un salario digno. Los conocen como “los contratados” municipales. En realidad son trabajadores precarizados, es decir “en negro”, pudiendo entenderse que el color se debe a lo nada claro de las condiciones de contratación como a que con los sueldos de miseria que perciben tienen un futuro muy oscuro.
Son el producto de varios años de gobiernos clientelares, que entre las promesas de campaña a cumplir incluyen la promesa de “un puesto en el municipio”. El vecino/a entra, es ubicado donde sea, en el área municipal que sea y allí espera el anhelado pase a planta permanente. Mientras tanto, cumplirá horarios, cumplirá, con mayor o menor grado de compromiso, las labores que se le encomienden, etc.
Para los intendentes que sostienen esta mecánica de la demagogia laboral, se trata de un sistema muy cómodo: cumplen su promesa, contentan a la gente y simulan que disminuye la desocupación. …Simulan, porque el aumento de la cantidad de trabajadores que pasan a engrosa el Estado, sin planificación y sin que exista una demanda real para la prestación de servicios, disimula la desocupación. La esconde por un tiempo debajo de la alfombra.
En Corcovado tenemos áreas municipales sobrepoblados de trabajadores/ras a los cuales se le asignan funciones a veces testimoniales. Otros son adscriptos a reparticiones donde hay algo más qué hacer. Pero en general se trata de un círculo vicioso alimentado desde la politiquería, antes que por auténtica política.
Un dato que puede ilustrar esta situación es que desde mediados de la década del `90 a la fecha, la planta de trabajadores/ras municipales aumentó un 85 %, en tanto que la población aumentó apenas un 25 %. Es decir que no ha habido una correlación genuina entre incremento demográfico con demanda de servicios y creación de una estructura real para satisfacerla.
Durante varios años se mantuvo este esquema de facilismo clientelar en el cual el Estado municipal se comportó como un soporte pasivo de agentes públicos y no como un agente de transformación. Lejos estuvo durante estos años de ser promotor de oportunidades, de ser sostén de políticas activas para generar riqueza y trabajo.
El gobierno municipal de Roxana Novella continuó con la inercia contratadora de sus antecesores, en especial de su mentor, el exonerado Daniel Toledo, patrón de la “estancia Corcovado” durante ocho años, del cual aprendió como aplicada alumna, todos los recursos de un modelo basado en la demagogia y el clientelismo. A poco de hacerse cargo de la intendencia, sus primeras medidas fueron tomar más personal y armar un equipo de gobierno.
Con la obra pública parada, sin recursos más allá de los estrictamente coparticipables (conflicto “Cerro Dragón mediante”) pasó su primer año, en una especie de limbo, sin proyecto visible, salvo los primeros meses de fiesta despilfarradora de unos fondos, producto de la venta ilegal de tierras para un barrio privado.
Hoy, la situación es que no hay más plata para pagar nuevos sueldos y más aumentos: se terminó el dulce de leche en el tarro y no hay nada más que raspar del fondo. Los primeros en acusar recibo de la novedad fueron los 130 contratados. Se terminó la historia, cierra la fábrica de empleo barato, ahora tienen que morder el polvo de una realidad sin atenuantes. Final para una gestión que prometía alegría y buena onda y ahora nos muestra los dientes, y no por simpatía. El slogan oficial “una gestión de Novella” se hizo realidad.
DNI 13297913
Ahora, más a la deriva que nunca, es necesario inventar un libreto, cambiar el discurso. Ahora dice la Intendente, desde su tribuna permanente de la radio municipal, los trabajadores y trabajadoras deberán ver qué hacer.. El gobierno no puede bancar más la situación; no puede mantener estos planes de empleo.
Entonces aparece la receta salvadora: un cóctel de palabras dentro del cual resuenan la producción, el asociativismo y las cooperativas de trabajo. El discurso cambió, el gobierno municipal ahora explica, propone, insiste en una salida para los trabajadores, externa al Estado.
Habrá que ver cómo aquello que debería haber sido siempre una política de Estado, (aún cuando había dulce de leche en el tarro), y no un argumento improvisado apareciendo como una receta mágica, puede salvarle las papas a este gobierno, pero sobre todo, la dignidad a las personas.
* DNI 13297913
Nota relacionada: Empleados tomaron el Municipio de Corcovado | El Extremo Sur
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