Por Jorge Oriola *
Segundo año de aplicación de las Primarias Abiertas
Simultáneas y Obligatorias para todo el
país y primera experiencia del sistema en elecciones legislativas. Pese a
anunciados (desde distintos frentes) la poca expectativa “de la gente”, es
seguro que el nivel de participación electoral será alto, tanto como en las
últimas similares de 2009. Además, dicen muchos, las confrontaciones
intermedias permiten o facilitan la instalación de algún voto “castigo”. Los
partidos y frentes se adaptan, se suman a los beneficios igualitarios en
materia de publicidad desde los medios de prensa, según el texto de la ley
correspondiente, y más allá de creatividades altas o de subsuelo, compiten por
llegar al piso que les permitirá estar presentes en octubre, en las boletas que
irán o no a las urnas, en cada distrito. El electorado asiste a esas promos y
algunos análisis políticos de la prensa, a algunos actos políticos y llegado el
momento ejercerá su derecho a optar o elegir, según sea la perspectiva.
Los medios que acompañan, al menos en ciertos programas, el
curso del oficialismo, exponen las figuras y los mensajes de la continuidad del
“modelo” o del “proyecto” y los medios corporativos, alineados detrás de
Clarín, invaden los hogares con su alto porcentaje de llegada de emisoras FM y
canales de cable y el de aire en todo el país, empujando candidatos que apoya,
promueve o directamente inventa. La pelea, ahora electoral y siempre mediática,
sigue su curso.
Y el poder mediático es fuerte, denso, más aún cuando de
corporación hegemónica se trata. Tanto
que es posible que, con un cambio de rostro y de nombre, se reitere un chiste
(chiste?) que circuló en 2009: una señora mayor de una provincia del interior
interpelaba duramente a un presidente de mesa porque faltaban boletas, y ante
la lógica pregunta de dicha autoridad le susurrró “las de De Narváez”. Alguien
dijo que en Esquel se dio así y la señora o señorita buscaba la boleta del que
estaba con Tinelli diciendo… esa frase ridícula que usaba el colombiano
naturalizado argentino. Esta vez podrá ser Massa o Insaurralde el que lo
reemplace en el (supuesto o factible) chiste político de 2013.
Así como nos enteramos de tanto semáforo descompuesto, rutas
de ingreso bloqueadas, muertes en edificios de adolescentes, robos y hurtos
terribles, fatales, también nos llega, a los que somos del mundo periférico,
tanta información y candidaturas que no nos corresponden, al menos por
jurisdicción. Así, se catapultan figuras locales a nivel nacional, moldeando
futuros candidatos, cuando son sólo exponentes locales o regionales.
Insaurralde vs Massa vs De Narváez vs Stolbizer vs Lozano, etc. en provincia de
Buenos Aires y Bergman-Michetti vs Filmus-Cabandié vs el puntano ex senador y
ex gobernador Rodríguez Saá ahora en la
C.A .B.A. vs diversas figuras de la izquierda vs varios grupos
del lema UNEN pero ya conocidos (Prat Gay-Donda-Gil
Lavedra-Terragno-Solanas-Carrió). En nuestra provincia hay dos (o tres)
candidatos fuertes que deben sortear esta etapa de agosto y quizás lo logren
sin mayores dificultades pero en un espacio informativo plagado de mensajes y
figuras de la centralidad pampeano-bonaerense.
¿Qué deparan estas P.A.S.O.? Solo accederán a octubre lemas que alcancen el porcentaje básico que
se pide para cada distrito y de ese lema, si hubo varios sublemas sometidos a
estas internas abiertas, ganará el que más votos obtenga. Pero las
especulaciones se hacen sobre los resultados generales: los porcentajes de
oficialismo y oposición en todo el país, en éstas y en octubre. Pero esta
apreciación es engañosa. Son elecciones legislativas y los votos tienen
extensión geográfica en todo el país pero por distritos, no concentrados en
pocas figuras para cargos ejecutivos.
Si la comparación, como hacen medios y partidos opositores
(y un oficialismo que mira esos datos de reojo) se hace con 2011, cualquier
guarismo será inferior a 54% y entonces “el gobierno ya perdió”. Pero ¿en qué
se hace referencia al decir “porcentajes”? Puede ser los votos finales en total
en el país y ese dato, si llega al 40% para el oficialismo, pese a los 14
puntos menos, sería un triunfo político. El tema es el porcentaje de bancas
(especialmente en Diputados) que se ganen, y de ser el oficialismo que llegue a
ese 40% seguramente mantendrá la hegemonía en las cámaras.
No olvidemos que la mayor parte de las bancas que se
renuevan son de la oposición porque ganó en 2009. En 2013 se ponen en jugo 127
bancas de Diputados y 24 de Senadores ambos Nacionales), aunque el peso está en
Buenos Aires (provincia y ciudad), con 48 diputaciones. Por eso, el oficialismo
(nacional) pugna por estrechar cualquier ventaja posible con candidatos que,
aparentemente, llevan la delantera en ambos distritos; además estaría segundo
en Santa Fe y tercero en Córdoba. En Litoral y el NEA puede ganar, con tropa
propia o alianzas provinciales (Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco y
Formosa), también en el NOA, donde se mantienen alianzas con viejos poderes
vernáculos del peronismo (Salta, Jujuy, Tucumán, San Juan) y podrá ganar en Santiago
del Estero, La Pampa y Mendoza pero no en San Luis. Habrá que ver
cómo repercuten las luchas socio ambientales y antimegamineras en La Rioja y Catamarca, si se
traducen en votos focalizados o provinciales, aunque en Esquel, ícono e hito
fundamental desde hace diez años, el rechazo a la megaminería no se ha
traducido en votos en paralelo sino al contrario, desde 2003 en adelante
siempre ganó el peronismo. Y en Patagonia, el gobierno nacional podría ganar en
Río Negro y Neuquén (a través del sapagismo aliado) pero será reñido en Chubut
(presencia fuerte del dasnevismo), Santa Cruz (disputas con el gobernador
Peralta) y en Tierra del Fuego (la gobernadora encabeza un partido nuevo de
centro-izquierda).
La oposición, lejos de intentar un esfuerzo tipo Venezuela,
va separada y en constantes peleas internas, como sucede con Carrió contra sus
propios aliados y competidores de lema; aparece el Frente Renovador en
provincia de Buenos Aires con duhaldistas, ex kirchneristas, gente del Pro y
otros pero como el macrismo en la capital, sin alcance nacional, sólo en la
zona de la pampa bonaerense. Y la
izquierda y centro-izquierda, arriesgando una vez más sus posibilidades (de no
alcanzar el piso mínimo establecido) por presentarse separados en varios
frentes y partidos nuevos, algunos con gente poco conocida, lo que es indicio
de renovación, y otros con clásicos candidatos eternos del trotskismo
argentino.
La primera puja, el primer filtro, será el domingo 11 de
agosto. De ahí en más, barajar y dar de nuevo.
* Historiador - Esquel
0 Comentá esta nota:
Publicar un comentario