Por Departamento de Prensa de las Misiones Cubanas en la Argentina
Encabeza una campaña para financiar un centro oftalmológico
que funciona en córdoba con el nombre de su padre, el mítico Che. Habló en el
hospital.
Al frente de una sala que llenan cerca de 200 personas, de
espaldas a una bandera de Cuba y de otra que tiene el rostro de su padre en
negro sobre un fondo rojo, Aleida Guevara espera su momento para hablar. Antes
un documental de 20 minutos le explica a la audiencia en qué consiste
"Operación Milagro" un proyecto médico-solidario sin propósitos
comerciales y que tiene su pata en la Argentina. Guevara
quisiera que la gente no necesitara recibir de su parte una lección de cómo hay
que diferenciar ciertas cosas. Para ella medicina y solidaridad son palabras
que van juntas. Que no pueden, por ninguna razón, avanzar cada cual por su
lado. Por suerte, esta mujer pediatra con experiencia laboral en medio planeta,
comprometida con la causa de su país, está tratando de convencer almas en la Argentina y no en Chile
donde arreglar una caries puede costar 200 dólares. Hay un ánimo excelente en
la sala. No será Cuba pero el calor humano se hace sentir.
"La salud no es un comercio es un derecho. Yo le
pregunto a alguien cuanto dinero pagaría por la salud de su hijo, cierto, no
hay dinero que pueda pagarla, por eso la salud debe ser gratis", afirma
con convicción Aleida. Su misión por estas horas es la de ser embajadora del
proyecto "Operación Milagro". En el marco de ese programa
internacional Cuba creó hace unos años en Córdoba el "Centro Oftalmológico
Dr. Ernesto Guevara" para que los ancianos y la gente de escasos recursos
pudieran recuperar la vista. El equipamiento, que costó un millón de dólares,
los sueldos y los insumos, fueron puestos siempre por el pueblo cubano. Pero la
crisis se hace sentir en la isla. La conversión política ha llegado acompañada
del quiebre económico que una medida como el bloqueo norteamericano no hace
sino acentuar. En este nuevo escenario el Centro dentro de poco perderá el
apoyo del país caribeño. Hay amor pero no más plata. Es la razón por el cual
Aleida se encuentra en el país y en la zona (hoy parte a Chubut), para hacer
conscientes a los argentinos de que tienen un hospital especializado gratuito y
eficiente y que si no actúan pronto lo perderán en cuestión de meses. "Es
el último año que Cuba lo financiará", alertó Guevara.
Pero en su voz caribeña no había tristeza sino una nota de
desafío. Como toda cubana está acostumbrada a enfrentar lo imposible con una
sonrisa. En medio de su charla menciona cifras que alientan las esperanzas más
íntimas. 850 médicos argentinos egresados en la isla. 10 mil en toda
Latinoamérica gracias a los distintos programas implementados por su eficiente
sistema educacional. A veces Cuba parece un país extrapolado, como caído de
otro universo. Tanto afecto y voluntad derrochados en un mundo tan cruel y
egoísta. "Yo Congo tengo adentro, los cubanos somos muy alegres y queremos
dar a conocer este proyecto y que se puede seguir. Podemos salvar el hospital,
los gobiernos van y vienen, pero el hospital puede quedarse, queremos estimular
esta idea", indicó.
Guevara demostró que vive con los ojos bien abiertos. No
criticó a la Argentina
y a su actual gobierno, con el cual en teoría debería tener puntos en común
(más tomando en cuenta que Fidel Castro le manda babitas al nieto de Cristina
Fernández de Kirchner), pero tampoco lo elogió. De hecho recordó que estuvo en
algunas villas miserias del gran Buenos Aires. "Son barrios imposibles de
pensar que pueden tener Argentina y Brasil, países ricos. A mí no me lo creen
en Cuba y tengo que llevar una foto", dijo deslizando una mirada severa a
la pobreza que florece en el país de la carne, la soja y, ahora más que nunca,
del petróleo.
Por momentos la hija mayor del mítico Che Guevara pareció
rumbear hacia un discurso de connotaciones cristianas. Es que, como tantos han
señalado antes, entre el primer cristianismo, el de los apóstoles, y el
comunismo existe más de un punto de contacto. "Debemos ser más solidarios,
ver más de cerca, mostrar que se tiene que vivir de otra manera, debemos
sostener el respeto, respeto esa palabra que se nos olvida. No ignoremos
nuestro origen, yo soy africana y española, como acá son italianos, españoles y
mapuches", dijo, nos dijo, a los presentes con la voz y la mirada en
llamas. Habló de Cuba, por supuesto. "Cometemos errores pero tratamos de
corregir esos errores. Y no permitimos que cualquiera venga a criticarnos. Cómo
podría saber yo qué siente la gente acá en Bariloche si no comparto con su
pueblo si no estoy junto a su gente", reflexionó. Y de pronto se hizo de
noche. Alguien repartió un bono colaboración. Otra persona mencionó que en el
sitio www.operacionmilagro.org.ar había información acerca de cómo ayudar a
este valeroso y valioso espacio médico del norte. La gente del Grupo Bariloche
de Solidaridad con Cuba invitó a todos a participar de sus reuniones. Entonces,
como en un acto mágico y final, Aleida Guevara, la médica que ha curado niños
en Angola y en Nicaragua, recordó cantando que las luchas del alma no mueren y
que lo cortés no quita lo valiente. Nos dejó una flor blanca de regalo para
todos.
Nota relacionada: Aleida Guevara pidió solidaridad para cinco cubanos presos en Miami y habló de los avances en medicina
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