jueves, octubre 31, 2013

“‘Con el corazón mirando al sur’, reflexiones sobre el conflicto docente en Comodoro Rivadavia”, por Corina Milán



Por Corina Milán *
Foto: Fb ATECh Sur

Hace un mes aproximadamente, charlé con una maestra que está trabajando en una escuela de Esquel  y que ha llegado hace pocos meses desde Comodoro Rivadavia.  Su relato me conmovió, ella estaba angustiada por la indiferencia que percibía entre los docentes de nuestra ciudad respecto del conflicto que están impulsando nuestros pares de la zona sur, nos contaba cómo era vivir con un sueldo de docente en la ciudad petrolera: “con lo que allá compraba medio chango, acá compro uno y medio, acá se está mejor, pero por eso,  ¿qué les cuesta hacer un día de paro para solidarizarse con los compañeros?”.  También me contaba cómo es trabajar allá: “los edificios están destruidos, no hay docentes para muchos cargos, es altísima la conflictividad social… No saben lo duro que es estar en las escuelas… Yo acá les cuento a mis compañeras porque no tienen idea”.

Parece que somos muchos los docentes cordilleranos que no tenemos idea de lo que está pasando en la zona sur.  Es comprensible, la información no abunda y tampoco es confiable.  La mayoría de los medios informativos de la provincia se limita a copiar y pegar gacetillas de prensa gubernamentales (condición para cobrar la pauta oficial con la que subsisten)  en las que se habla mal de los docentes, se los acusa de violentos,  insensibles o se los corre por el lado de la sanción.  Por otra parte, la conducción sindical de la ATECH, amiga del gobierno y enfrentada con los dirigentes de las Regionales Sur y Sureste, también se ha esforzado por denostar la lucha que se está dando, incurriendo en distorsiones insultantes tanto para los gremialistas, como para las bases movilizadas.

En mi caso, la lucha contra la megaminería me ha llevado a vincularme con muchas mujeres luchadoras de Comodoro Rivadavia, la zona de sacrificio del extractivismo petrolero en Chubut.  Gracias a eso, no sólo conozco las consecuencias sociales que sufren los vecinos de la ciudad petrolera (altísimo costo de vida, desigualdad social, violencia, exclusión, trata de personas, narcotráfico, contaminación, servicios públicos deficientes o colapsados), sino que tengo la maravillosa oportunidad de cotejar los relatos de los que viven y luchan (las redes sociales y los medios alternativos nos ponen en contacto diariamente) con los relatos de los medios que operan para las corporaciones y los funcionarios. 

Por eso elijo creer que nadie secuestró al Ministro Zaffaroni en una biblioteca, más bien él eligió encerrarse y tuvo miedo de enfrentar una manifestación de padres y docentes a los que no les iba a dar respuestas.  De paso se victimizaba un poco, sancionaba a un par de docentes “rebeldes” y le daba letra a los miserables para que ensuciaran la imagen de los que se movilizan, acusándolos de “violentos”.  Todos elegimos creerle a alguien: si tengo que elegir entre medios de des-información o sindicalistas que sirven al poder de turno, yo elijo creerle a mis compañeros y vecinos, esos que ponen el cuerpo por las ideas que defienden.

Ante un conflicto que está pasando a la historia de las luchas sindicales de nuestra provincia tanto por su duración y complejidad como por la contundencia, perseverancia y organización de los actores que lo impulsan, ya no podemos ser ingenuos o indiferentes. 

Hace dos meses que en Comodoro Rivadavia se sostienen asambleas escolares con una amplísima cantidad de docentes, personal operativo, padres, estudiantes y representantes de diversas organizaciones sociales; entre todos deciden qué pasos se van a seguir y los cohesiona la demanda por  una educación pública de calidad y por un ajuste salarial urgente para los trabajadores empobrecidos.  El conjunto de la comunidad educativa de Comodoro Rivadavia viene llevando a cabo diferentes medidas con éxito y de modo pacífico: varias movilizaciones de miles de personas (en una ciudad en la que no es común que la gente se movilice), cortes de ruta simultáneos y ferias de todo tipo para sostener los fondos de huelga de los cientos de trabajadores que no han cobrado sus salarios, entre otras acciones. 

Quien quiera desprestigiar la movilización responsabilizando y categorizando negativamente a los referentes gremiales que representan la voluntad de las asambleas, no sólo  demuestra una lectura sesgada y una intencionalidad persecutoria hacia los dirigentes, sino que les hace el enorme favor de elevarlos a un plano épico: si uno o un puñado de gremialistas tuvieran tal carisma y capacidad de liderazgo como para movilizar a toda una comunidad, darían cuenta de dotes políticas extraordinarias, mucho mejores que las que el gobierno y la conducción sindical están en condiciones de ostentar o reconocer.  A esta altura, sería más prudente admitir la legitimidad del reclamo y articular con urgencia una solución gubernamental que lo resuelva correcta y pacíficamente. 

Y los docentes del resto de la provincia, deberíamos sobreponernos a la indiferencia o a las mezquindades personales para encarnar esos valores que solemos enseñar en las aulas: la solidaridad entre compañeros y con los más desfavorecidos, la integridad y la honestidad para darnos cuenta de que -más allá de las diferencias ideológicas, partidarias o sindicales- corresponde apoyar a quienes luchan por causas legítimas que nos involucran y que si triunfan, también nos beneficiarán.

Deseo fervientemente que los docentes de la provincia seamos capaces de apoyar la lucha por la educación pública y por las condiciones laborales que están dando los compañeros trabajadores de la educación y las comunidades educativas de Comodoro Rivadavia y de Rada Tilly, por la dignidad y el futuro de todos.

* Docente de Esquel
D.N.I. 24.021.935

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