Por Juan A. Zuoza *
La semana pasada se le vencieron al ministerio de educación
los plazos legales para entregar
información solicitada sobre gravísimas anomalías en el ámbito rural.
Todo comenzó con la radicación de una denuncia ante el ministerio de educación
por presuntas irregularidades cometidas por el sr. Costa, quien fuera designado
a principios de 2013 como director de la escuela 7706 de Piedra Parada y a
quien en horario escolar se lo advertía
trabajando en el noticiero
matutino de radio Fénix Esquel, es decir, a 140 km del lugar donde
debiera cumplir con su trabajo, como cualquier director de escuela. Se
presentaron como pruebas grabaciones consecutivas del programa, entre otras. Su
accionar era tan llamativo y evidente que era presumible que su clara
vinculación política oficialista lo pudiera estar “habilitando” o haciendo “la
vista gorda” para ostentar abiertamente conductas que escaparían a lo que las
normativas imponen.
Durante a la semana
siguiente a la radicación de mi
denuncia, sorpresivamente Costa “desapareció” del programa radial y ni siquiera
se lo mencionaba. Días más tarde- presumiblemente por algún “visto bueno”
recibido desde el ministerio- Costa volvió a la radio con diferentes
frecuencias. Si bien dos días serían en compensación por otros trabajados los
fines de semana, hay registros de acudir a la radio varias veces más por lo que
resulta inentendible en qué momentos cumple con sus obligaciones en la escuela
en la que fue designado, ya que la misma se encuentra al menos a dos horas de
viaje.
Ante tan llamativas actuaciones, solicité al ministerio de
educación -en base a la ley que me ampara- copia de todo lo actuado en virtud
de mi denuncia. Vencidos los plazos legales, con una nota evasiva, el ministerio
me negó el acceso a información pública en tiempo y forma, dejando en evidencia
un posible acto de encubrimiento de irregularidades varias.
Es que en mi pedido de informes, además de solicitar
información sobre el seguimiento de la denuncia radicada, pedí información
sobre su nombramiento como director “organizador”, como así también sobre los
nombramientos que esta persona hizo en esa escuela, presuntamente sin concurso
alguno…
Nada de ello fue respondido. Costa fue designado sin
concurso y en una situación muy poco clara, ya que se lo designó como “director
organizador” de una escuela que ya estaba funcionando hace años y ya estaba
“organizada”. Los directores “organizadores” son puestos en funciones “a dedo”,
sin concurso alguno, evitando los listados y el orden de prioridades docentes.
Pero lo insólito del caso es que esa escuela secundaria
rural ya tenía un director designado desde hace varios años y cuya labor fuera
reconocida por el mismo ministerio, tomando a ese establecimiento como “escuela
modelo” del secundario rural, ya en épocas de la anterior ministro. Es decir,
que de pretenderse cambiar o reemplazar al director había que seguir los pasos
que establece el estatuto docente, ese librito que parecieran desconocer las
autoridades.
Una vez puesto en funciones, Costa habría designado a varios
agentes en cargos de la escuela. Pero la información sobre los llamados a
concurso para cubrir esos cargos también me fue negada, dejando asentadas
fuertemente las sospechas de designaciones “a dedo”, es decir, nuevamente por
fuera de la ley. ¿Si todo se hizo de manera transparente, por qué ocultar la
información?
Como si fuera poco, hay versiones de quienes afirmarían
haber sido llamados por teléfono para ocupar cargos en esa escuela, donde se
les habrían ofrecido cargas horarias elevadísimas por unas pocas horas de
trabajo real, e incluso habría situaciones de incompatibilidades.
Pero el ministerio no se preocupó por despejar todas estas
dudas, sino que las profundizó al no entregar la información al respecto. Todo
ello con el agravante de que mientras el director designado no se encuentra en
la escuela, el establecimiento no cuenta con vicedirector, quedando en
ocasiones personal del albergue a cargo que no le queda otra opción que firmar
documentaciones correspondientes al director.
Yo me pregunto si a esto lo llaman “calidad educativa” y
también me pregunto si esto va a formar parte de las jornadas de educación
rural a llevarse a cargo el próximo
31/10 en la localidad de “El Hoyo”, si estos manejos son parte de esa nueva
estructura que piensan implementar en la educación rural, y si esto va a ser
mostrado por la propaganda oficial como un “logro” del gobierno. Pero ese tema
lo voy a tocar en otro momento, con mayor detalle.
Volviendo al “director organizador” que a la vez es locutor
de radio en horario escolar a 140km de distancia de su lugar de trabajo, cabe
preguntarse… ¿Quién avala todo esto? ¿Por qué no se inició el correspondiente
sumario administrativo para investigar lo sucedido y demostrar si es verdad o
no todo lo denunciado? ¿Cómo es que ni siquiera me dieron un número de legajo
sobre semejante denuncia, como para poder hacer un seguimiento?
La respuesta quizás se encuentre en la simpatía política
–totalmente evidente-del locutor cuestionado con el oficialismo. Y estas sospechas nacen no sólo de la falta
de respuestas del ministerio sino también del rol de “locutor oficialista” que
parece repetir de memoria los discursos del gobierno en una versión local de
bajo presupuesto del programa 678, en un
espacio radial con una considerable cantidad de publicidad oficial. Y lo que
terminó de afianzar mi sospecha fue nada menos que una nota muy particular que
Sergio Costa realizó el jueves último pasado. Mientras todas las escuelas
estaban en horario escolar, Sergio Costa entrevistaba al dirigente de Atech
Carlos Magno, a quien trató de una manera inaceptable, siguiendo fielmente el
discurso oficialista en contra del dirigente. Paradójicamente Costa le
reprochaba al dirigente sindical sobre “actitudes incorrectas” en su accionar…
“La paja en el ojo ajeno”… dice el dicho…
Es entonces que quizás esta falta de respuestas del
ministerio alimente las suposiciones de que la tarea de vocero radial
oficialista que asumiría Costa, lo convierta en una especie de “intocable” al
cual no se le cuestiona su accionar y se le permitirían ciertos “privilegios”.
Pero hay que recordarles a “los intocables”, que por más que
en el orden administrativo tengan ciertas ventajas que presuntamente les
permitan estar al margen de la ley y las normativas, existe un poder judicial
el que tarde o temprano le va a poner los límites. Y somos muchos, muchos y
muchos los que estamos hartos de las situaciones de desmanejos de la
administración pública y los ministerios en particular, de los abusos y las
persecuciones, de los que se creen vivos e intocables.
De hecho, la esposa de Sergio Costa, Laura Isabel Mendoza,
cobró durante alrededor de un año y medio un sueldo del Estado en un cargo directivo de un colegio que nunca
existió (colegio 7714), institución fantasma que desapareció de un día para el
otro tras haber radicado la denuncia penal correspondiente. La justicia sigue
el caso. Esto no termina acá.
* DNI 23.968.540
Nota relacionada: “No iría a trabajar”: un docente denunció a un director ante el ministerio de Educación chubutense
0 Comentá esta nota:
Publicar un comentario