lunes, noviembre 11, 2013

Advierten sobre el deterioro progresivo de la calidad del agua en los arroyos y ríos del noroeste de Chubut

Fuente: Observatorio del Agua - Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNPSJB

El dato surgió del encuentro para la elaboración de informe “El Agua en Patagonia 2013”, convocado por el Observatorio del Agua de la Universidad Nacional de la Patagonia (UNPSJB), del que participaron Lino Arturo Pizzolon, Marcos Damian Mare, Ricardo Daniel Otal y Gerardo

1. SANEAMIENTO, ESCASÉS Y DETERIORO DE LAS AGUAS NATURALES. Lino Pizzolon.

1.1 Deterioro de la calidad del agua por efluentes cloacales.

Los trabajos del Laboratorio de Ecología Acuática realizados en ríos y arroyos urbanos el noroeste de Chubut desde 1989, en ningún caso han demostrado un mejoramiento de la calidad del agua, no obstante las inversiones realizadas en saneamiento. Las plantas de tratamiento biológico (lagunas de oxidación, con y sin aereación forzada o humedales artificiales con juncos) construidas en la región, no realizan una depuración completa del agua, como suele afirmar la publicidad oficial y empresaria. En el mejor de los casos (humedales artificiales) realizan aceptablemente el tratamiento primario y secundario con reducción del 80-90% de sólidos en suspensión y de la materia orgánica, pero solo reducen alrededor del 50 % de la carga de nutrientes. El resto se le transfiere al arroyo o río más cercano. La planta de Esquel, a diez años de funcionamiento emitía entre 7 y 13 mg/l de N- amonio (257 kg/día en promedio), una pesada carga, además de la bacteriana, para un arroyo de 1-2 m3 de caudal. Su digestión a lo largo del curso consume oxígeno disuelto y provoca bajantes críticas de este elemento en los meses de aguas bajas. El trabajo de depuración transferido al río no alcanza a completarse a lo largo de su recorrido, por lo que transfiere su carga contaminante al río Percey, especialmente notoria en los meses de verano..

La principal fuente de contaminación del río Percey hasta hace pocos años eran las aguas del A° Esquel, y, en ocasiones de grandes lluvias, también del lavado de campos pastoreo. A partir de la construcción de la planta de tratamiento de Trevelin (lagunas de oxidación en serie, parte con aereación mecánica), el sitio de mayor impacto se encuentra ahora aguas abajo de la descarga de la misma. La construcción de la red cloacal y de la planta de tratamiento centralizada ha transferido al río la función de completar la depuración de los efluentes. En el caso del arroyo Esquel, pese a las inversiones realizadas a lo sumo se ha logrado atenuar el aumento de la contaminación cloacal.

La planta depuradora de efluentes de Cholila consta de una laguna de aireación, con desagote en un meandro cerrado del río Los Mosquitos, con pobladores a menos de 50 metros. Otros barrios desagotan sin tratamiento en el A° Carbón de donde el agua sigue al → A° Mosquito → río Blanco → río Carrileufu → lago Rivadavia, en la alta cuenca del río Futaleufú. Ya en 1992/3 el lago Mosquito era una densa sopa de cianobacterias de especies potencialmente tóxicas (Aphanizomenon). En el mismo período el lago Rivadavia presentaba una densa floración de Anabaena y otras, con similar potencial de toxicidad, durante varios meses del año. Los feed-lots, el aporte cloacal de Cholila, de urbanización de la costa de lagos y ríos, de emprendimientos turísticos y el crecimiento de la villa Lago Rivadavia, solo permiten avizorar un agravamiento de las condiciones referidas.

Posiblemente el caso más alarmante sea el del río Azul, (Río Negro-Chubut), uno de los más prístinos de la región. En poco más de 10 años experimentó un deterioro alarmante de la calidad del agua, detectable a simple vista por la proliferación de algas, por el mal olor. La concentración de nutrientes aumentó un 600 % en ese período y más del 1000 veces la del río. La reciente construcción de la planta de tratamiento de Epuyén a escasos metros de las nacientes del río Epuyén pone en serio riesgo el futuro de este río.

En la práctica prima la atención a la obra pública por la obra pública en sí, sin la previsión de recursos que aseguren las condiciones de funcionamiento posteriores a su construcción. Los humedales artificiales y en general las plantas con tratamiento biológico requieren superficies de tierras que no siempre están disponibles, por lo su intrusión en áreas suburbanas y cercanías de pobladores preexistentes frecuentemente se generan conflictos judiciales. Tal es el caso de las plantas de Esquel y de Carrenlefú, esta última detenida previamente a su construcción, por un recurso de amparo vecinal, hasta su ubicación de un nuevo emplazamiento.

El ecosistema más fragil de la cordillera es sin duda el bosque de lengas, ubicado aproximadamente entre 800 y 1600 m sn.m., madre del agua. Las perturbaciones en las cabeceras de cuenca tienen efectos múltiples y multiplicativos aguas abajo. El asalto a la alta montaña con emprendimientos vinculados a los deportes invernales es la principal causa de estas perturbaciones. Por solo mencionar un ejemplo, las aguas servidas de Chapelco afectan todos los años a comunidades mapuches y barrios de San martín de Los Andes.

1.2. Cambios en los criterios de saneamiento.

El inodoro clásico → red cloacal → planta de tratamiento → y vuelco a cuerpos de agua conforman desde hace poco más de un siglo la panacea del saneamiento; se consideran indicadores básicos de desarrollo; las obras requeridas cuentan con apoyo financiero de organismo nacionales e internacionales. Con el crecimiento demográfico sin embargo, estos criterios están conduciendo al deterioro generalizado de cuerpos de agua y a la pérdida progresiva de muchas de sus funciones ecosistémicas y sociales. Por más cómodo que resulte no se podrá seguir utilizando el agua como vehículo de transporte de excretas.

La crisis hídrica, lejos de ser una declamación abstracta, llega incluso a regiones donde nunca se pensó que faltaría, como es el caso de la zona cordillerana de Chubut. Si bien es cierto que los sistemas convencionales de tratamiento han resuelto en gran medida el problema sanitario de la región, y representan un gran avance en ese sentido, también en cierto que en muchos casos no han hecho sino transferir el problema a los cuerpos de agua, dando lugar a severos procesos de contaminación orgánica y eutrofización. En cierta medida, al pasar de los pozos ciegos originales al sistema cloacal, se ha transferido a los cuerpos de agua la función de completar el tratamiento, generalmente incompleto o deficiente.

El reciclado de aguas residuales por lo general no tiene buena prensa; trae consigo innumerables problemas a la salud, tales como diarreas y helmintiasis; de hecho, el parasitismo es una de las enfermedades más extendidas en Latinoamérica (A.F. Muñoz, 2004
– Organización Panamericana de la Salud). Más de la mitad de la población de Latinoamérica utiliza las aguas servidas en riego, sin ningún tipo de tratamiento previo. Por este motivo las enfermedades infecto-contagiosas de origen hídrico se encuentran entre los principales factores de mortalidad infantil. Es oportuno reconocer que el porcentaje de domicilios conectados al sistema cloacal en Chubut (y en Esquel) se encuentra entre los más elevados del país (Maceira y otros, 2007).

La necesidad de agua y de agua de buena calidad, requerirá tarde o temprano el ensayo y la adopción de sistemas de tratamiento de excretas, que sean más económicos y ahorrativos en el  uso del agua. Los baños secos separan orina de materia fecal y su tratamiento se hace por separado previo a su uso. Los baños húmedos utilizan el agua potable como medio de transporte de las excretas; los baños secos, por el contrario, permiten un ahorro de más del 70 % en el consumo de agua, a la vez que evitan la contaminación de lagos y ríos o contribuyen a su recuperación. Si a ello le agregamos el reuso de las aguas grises, se trata de ahorros altamente significativos.

En China el reuso de excretas es milenario, pero el sistema de baños secos es relativamente reciente y se ha institucionalizado en gran medida desde 1970. Dos ciudades suecas exigen actualmente el uso de inodoros separadores de orina, la que se recicla en cultivos. El gobierno nacional se ha propuesto la meta de recuperar y re-usar el 60 % del fósforo cloacal hacia el 2015 (Childers 2011). En lugar de ser una fuente de problemas, los aguas servidas bien manejadas serán un factor de mejoramiento del ambiente, lo cual a su vez llevará a aumentar la seguridad alimentaria, la salud y en consecuencia la economía. Un municipio de la provincia de Bs. Aires ya ha incluido en la normativa edilicia el reuso de aguas grises. No se trata por lo tanto de propuestas aisladas. Incluso entre los organismos internacionales se observa un cambio de enfoques respecto de los indicadores de desarrollo y salud ambiental tradicionales. El Programa de las Naciones Unidad para el Ambiente – UNEP recomienda  expresamente a los organismos de crédito internacional la financiación de inversiones en formas alternativas de tratamiento de excretas (Corcoran y otros, UNEP 2010). “Es igualmente claro que las futuras demandas de agua no podrán ser satisfechas a menos que se revolucione el manejo de las aguas servidas” (Corcoran y otros - UNEP. 2010); recomiendan igualmente incentivar el ensayo y uso de sistemas alternativos mediante la reducción de impuestos.

1.3 Concentración poblacional y problemas de agua potable y saneamiento

Siempre se creyó que el agua sobra en la región andino-patagónica, sin embargo comienza a faltar hoy debido al crecimiento demográfico. El cauce del A° Esquel se seca en verano porque la mayor parte de su caudal se introduce en la red de distribución urbana. Se han ido proponiendo diversas alternativas: un acueducto desde la represa Futaleufú, la construcción de una represa en el alto Percey y el respectivo acueducto, un retrobombeo desde el Aº Pescado y la más factible y menos faraónica, un acueducto por gravedad desde la alta cuenca del Percey hasta las nacientes del Aº Esquel.

Las constricciones hídricas, los cuantiosos movimientos de tierras para construir en zonas inundables, hacen al constante encarecimiento de la vida en la ciudad, a las dificultades crecientes para adquirir un terreno, construir una casa; los impuestos inmobiliarios se incrementaron el 400 % en años recientes. Se genera así una dependencia creciente de planes asistenciales otorgados la mayor parte de las veces en forma clientelística. La concentración excesiva de población impacta cada vez más negativamente en los ecosistemas perirubanos y plantea una demanda a la naturaleza circundante, en particular una demanda de agua para uso urbano y de saneamiento, que solamente puede satisfacerse al precio de nuevas obras de ingeniería y tecnologías Se requiere una nueva política de tierras, la urgente limitación de su concentración en muy pocas manos y el apiñamiento de población en suburbios urbanos que no satisfacen muchas de las dimensiones del buen vivir. Se requiere una política de reconversión de tierras improductivas, o simplemente de las que se poseen como bienes de cambio. La propiedad  privada tiene un rol social intrínseco y no puede erigirse como un derecho absoluto. (Lorenzetti, Teoría del Derecho Ambiental).

Más que agrandar incesantemente los centros urbanos existentes se requiere una política de alumbramiento de pequeñas aldeas, poblaciones, comarcas allí donde está el agua. El territorio estará asegurado solamente con una red fractal de poblados y poblaciones de diferente tamaño.

Particular atención se debe prestar al enorme vacío poblacional existente entre las ciudades de la costa y los pueblos cordilleranos. En particular el valle medio del río Chubut, con un microclima envidiable en el que pueden producirse frutas de todo tipo, vides, cereales y hortalizas, se presta muy especialmente para un poblamiento con pequeños agricultores y agriculturas familiares, comenzando por el reconocimiento de la propiedad de la tierra de sus pobladores originarios. Con riego podrían integrarse alrededor de 60.000 has.

Este modelo agrario no debe repetir el modelo sojero, ni el del Alto Valle de Río Negro, fuertemente comprometido por más de medio siglo de uso de agrotóxicos (véase el trabajo de Miglioranza y otros al. 2013). Los fuertes cambios climáticos acaecidos en las últimas décadas, acordes al calentamiento global del planeta, conspiran a favor de esta vocación agraria de la Patagonia. Vaya como ejemplo alentador, el reciente chardonay “Rincón de Leones” producido artesanalmente a orillas del río Chubut, a los 42º 44’ de latitud sur, en pleno “desierto”.
 

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