Fuente: La Tijereta *
Maristella Svampa hizo, en su columna en La Tijereta, un análisis de los saqueos que marcaron diferentes puntos de conflicto histórico en estos 30 años de democracia, bajo el signo constante de una gran asimetría social.
Svampa reconoce tres hipótesis que intentan explicar el fenómeno ya recurrente de los saqueos de 1989, 2001, 2012 y 2013. La hipótesis catastrofista que asocia los saqueos a las grandes crisis económicas o políticas, o al fin de época, que claramente se pueden asociar a 1989 con la hiperinflación y a 2001 con el corralito. La hipótesis conspirativa o exógena que sostiene que todo saqueo es organizado e intenta identificar los responsables políticos o sociales que instigan estos comportamientos colectivos. Finalmente, la hipótesis sociológica sostiene que los saqueos son un repertorio de acción colectiva de los sectores populares asociados a fuertes estructuras de desigualdad. Sin embargo, Svampa aclaró que los saqueos constituyen fenómenos sociales complejos que no pueden ser reducidos a una sola dimensión, aunque alguna de ellas pueda identificarse más claramente por sobre las otras. “Córdoba marcó una inflexión, porque develó los contornos posibles de una guerra social… por parte de diferentes sectores sociales en el marco de una gran desigualdad o asimetría. Este es un doble retroceso, para los movimientos sociales y para todo el discurso en relación a la defensa de los derechos humanos”.
“El pronóstico que yo veo es realmente preocupante porque sin cambios verdaderamente estructurales que cuestionen estas desigualdades sociales y espaciales, y a su vez generen instrumentos políticos capaces de rever el rol de la fuerza de seguridad, la sociedad argentina de los próximos años corre el riesgo de consolidar un esquema de distribución cada vez más perverso basado en un Estado securitario policial como hoja de ruta y horizonte político social”, concluyó Svampa.
Extracto de la columna de Maristella Svampa
Maristella Svampa hizo, en su columna en La Tijereta, un análisis de los saqueos que marcaron diferentes puntos de conflicto histórico en estos 30 años de democracia, bajo el signo constante de una gran asimetría social.
Svampa reconoce tres hipótesis que intentan explicar el fenómeno ya recurrente de los saqueos de 1989, 2001, 2012 y 2013. La hipótesis catastrofista que asocia los saqueos a las grandes crisis económicas o políticas, o al fin de época, que claramente se pueden asociar a 1989 con la hiperinflación y a 2001 con el corralito. La hipótesis conspirativa o exógena que sostiene que todo saqueo es organizado e intenta identificar los responsables políticos o sociales que instigan estos comportamientos colectivos. Finalmente, la hipótesis sociológica sostiene que los saqueos son un repertorio de acción colectiva de los sectores populares asociados a fuertes estructuras de desigualdad. Sin embargo, Svampa aclaró que los saqueos constituyen fenómenos sociales complejos que no pueden ser reducidos a una sola dimensión, aunque alguna de ellas pueda identificarse más claramente por sobre las otras. “Córdoba marcó una inflexión, porque develó los contornos posibles de una guerra social… por parte de diferentes sectores sociales en el marco de una gran desigualdad o asimetría. Este es un doble retroceso, para los movimientos sociales y para todo el discurso en relación a la defensa de los derechos humanos”.
“El pronóstico que yo veo es realmente preocupante porque sin cambios verdaderamente estructurales que cuestionen estas desigualdades sociales y espaciales, y a su vez generen instrumentos políticos capaces de rever el rol de la fuerza de seguridad, la sociedad argentina de los próximos años corre el riesgo de consolidar un esquema de distribución cada vez más perverso basado en un Estado securitario policial como hoja de ruta y horizonte político social”, concluyó Svampa.
Extracto de la columna de Maristella Svampa
• De lunes a viernes, de 9 a 13, por Radio Kalewche (Esquel)
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