lunes, mayo 22, 2006

El “nene” de María Luisa, entre El Desquite y Patagonia Gold

Por Puerta E

Si María Luisa Bemberg hubiera filmado una película sobre la fiebre del oro en Esquel, su “nene”, Carlos Miguens, hubiera sido el protagonista. La ingeniería financiera, entre compras y ventas de acciones y empresas, resulta farragosa y laberíntica para los que la miramos de afuera: los nombres se ocultan y vuelven a aparecer por otro lado, como fantasmas. Sin embargo, una cosa es cierta: el “nene” reaparece cada tanto donde hay un negocio dorado.

Carlos Miguens, presidente de la cervecería Quilmes y cara visible del grupo Miguens-Bemberg (MBH) fue director de la polémica minera El Desquite S.A. (Meridian Gold) hasta el 2003, cuando el negocio se tornó problemático por la oposición del 81% de los esquelenses. Pero el “nene” no se duerme, y el 19 de noviembre de ese mismo año ingresó al directorio de Patagonia Gold S.A., donde actualmente se desempeña como vicepresidente.

Embarcado en este nuevo “proyecto gold”, en el año 2005 el grupo Miguens-Bemberg “readquirió el 60% de las sociedades controlantes de los yacimientos metalíferos Huemules, Leleque y Nahuel Pan”, tres minas ubicadas en Chubut “que en 2002 había vendido a la compañía canadiense Meridian Gold”
(
http://www.clarin.com/diario/2005/11/01/elpais/p-02301.htm).

El grupo MBH se pone patriótico y afirma con orgullo que las tres minas vuelven a estar bajo control del “capital nacional”, como si el dinero de los criollos fuera a contaminar menos que el de los extranjeros.
Lo cierto es que María Luisa debería haber dedicado menos tiempo a filmar enanas enamoradas y haberse preocupado más por la educación del “nene”, porque parece que ahora a Carlos sólo le interesan la birra y las minas.

2 Comentá esta nota:

Anónimo dijo...

Esta bueno tu comentario y bien lograda la figura literaria. Lo que no comparto el hecho de "demonizar" a un empresario porque invierte en mineria.

Anónimo dijo...

No veo que se esté demonizando a alguien, simplemente queda demostrado, como lo supusimos desde un primer momento, que los empresarios mineros no tienen escrúpulos.

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